Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Graduación de la Promoción 2003 del Programa de Bachillerato.

Con motivo de la instauración de la llamada nueva Prueba de Selección Universitaria, tuve la oportunidad de recorrer muchos colegios y conversar con muchos estudiantes en todo el país, y muchos de ellos dijeron que eran conejillos de Indias, porque con ellos se había practicado una reforma curricular, con ellos se practicaba esta prueba de selección y, en consecuencia, muchos de ellos sostenían que era injusto que el cambio se aplicara de esa manera a esta generación de estudiantes egresados de la enseñanza media. Y mi reflexión sobre este problema fue que, en realidad, hoy día tenemos todos que estar preparados para una transformación permanente en la educación. Ya no son más los días en que las cosas no cambiaban, en que las cosas iban permanentemente lentas y en que los programas eran los mismos muchos años, y las pruebas o mecanismos de selección eran los mismos muchos años. Hoy día el conocimiento está cambiando, y eso no es una frase sino que es un hecho de verdad, que tiene entonces que tener, de alguna manera, el reflejo en lo que es el quehacer educacional, y entonces cuando hoy día vemos una graduación de bachilleres, claro, ciertamente, como se ha dicho, mucha gente pregunta ¿y qué es lo que es eso? Y creo que la mejor respuesta es que esa es la nueva Universidad, es la Universidad de los que aprenden interdisciplinariamente, de los que aprenden a mirar los problemas no desde el punto de vista de la disciplina o del problema específico, sino desde un punto de vista general y transversal y es, por lo tanto, también la Universidad que forma profesionales con una base transversal que los hace mejores profesionales, porque qué duda cabe hoy día, que un mejor abogado es el que entiende mejor problemas que vienen de la economía, de la sociología, también del análisis cuantitativo, de los temas internacionales, tal y como un mejor médico es el que entiende disciplinas que están fuera de su área de formación profesional específica.

Entonces esta graduación para mí constituye una señal de lo que es la Universidad, y qué nos debe esperar hacia el futuro. Si tenemos éxito, nos debe esperar en el futuro un sistema distinto de ingreso a la universidad, en lo cual hemos estado trabajando con Pablo Oyarzún (1), a la cabeza, desde hace algún tiempo, para tener una formación general transversal, de manera que los estudiantes sean de Medicina, de Sociología, o de Estadísticas, y se sienten juntos a mirar problemas en ámbitos disciplinarios que les deben ser comunes. Y cuando esto se transforme en una manera distinta de hacer carreras, o de entrenar profesionales, vamos a tener también una nueva Universidad, carreras que deben sufrir también una reingeniería, porque ciertamente no podemos tener la misma extensión que veníamos teniendo hace años atrás, cuando se trataba de poner todo en los currículo de las carreras. Hoy día tenemos que ser más selectivos, definir carreras en sus contenidos de formación general, y dejar todos los aspectos de especialización en los posgrados. Las cosas están cambiando y tendremos que acostumbrarnos a que esta transformación permanente en la forma de desarrollar el trabajo educacional, específicamente en el universitario, debe ser una forma de entender cómo progresa la vida, el conocimiento, el tránsito nuestro por esta sociedad que nos demanda tanto cambio.

Por lo tanto, ustedes son de alguna manera la inyección que necesitamos poner en nuestras facultades para que este cambio se haga sostenible. El ejemplo de ustedes como estudiantes, que siempre tienen tan buen rendimiento en las carreras, es el mejor ejemplo para convencer a quienes todavía dudan de que ésta sea la dirección de las transformaciones que hay que llevar a cabo. Ustedes, los estudiantes del bachillerato, son una vez egresados en las carreras, la mejor demostración de que la mejor forma de entrenar profesionales es la que ustedes han ido adquiriendo en este programa y posteriormente. Por lo tanto, el trabajo de ustedes, la disciplina de ustedes, el liderazgo de ustedes, es fundamental para el éxito de esta transformación que es vital para la universidad en general y para la Universidad de Chile, en particular.

Por lo tanto, esta ceremonia de graduación, no es una ceremonia más donde les decimos que está bien, suerte y ahora vendrán otros el próximo año, no, para nosotros ustedes son muy importantes, porque son parte fundamental de lo que queremos para la Universidad de Chile en su transformación permanente en la formación profesional y, por lo tanto, lo que ustedes hagan en las carreras y en las facultades ayudará mucho a derribar esas murallas de este feudalismo, en el que al estilo de la década del 60, creemos de que las murallas del conocimiento no pueden traspasarse y que, por lo tanto, están agotadas y definidas de primera mano; eso no es así, eso no debe ser así, y ustedes tienen que demostrar con su trabajo que justamente esta preparación que han adquirido es la mejor posible para poder tener al mismo tiempo la mejor formación profesional.

De manera que les demandamos esa tarea, les demandamos ese esfuerzo y les deseamos suerte en lo que hagan. Y lo más importante, quizás, ustedes seguirán en la Universidad de Chile; unos, por allá por las biologías, otros en las humanidades, otros, en las ciencias sociales o en las médicas, pero donde estén es muy importante que sigan tiñendo su corazón de azul, para entender que esta Universidad es la Casa de todos nosotros, es la Casa de Chile y, por lo tanto, hay que defenderla permanentemente con la calidad y la pertinencia de nuestro trabajo.

Que tengan muchas felicidades, les deseo lo mejor.

 

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Notas
1. Prof. Pablo Oyarzún, Decano de la Facultad de Artes.
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