Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Clausura del Primer Seminario "Liderazgo Juvenil".

(Transcripción)

Cuando el Prof. Jorge Valdés (1) me propuso venir a esta reunión, me entusiasmó inmediatamente, y quizás por cuatro razones. La primera, es que este es un colegio público, y creo que hay que defender a los colegios públicos, hay que proyectarlos, sobre todo cuando existen iniciativas que yo considero tan perversas como privatizarlos para que lo hagan "mejor", de manera que estar en los colegios públicos, en las actividades que ellos realizan, me parece a mí un elemento muy importante y muy fundamental.

Razón número dos, es que ésta es una actividad de los estudiantes, y me parece que, como educadores, el mínimo de responsabilidades es justamente impulsar y apoyar las actividades que ellos realizan. En definitiva, el proceso educacional tiene una gran responsabilidad en el contexto histórico. Nosotros somos, por así decirlo, quienes formamos el futuro y, por lo tanto, comprometerse con esto, en una actividad que a mí me parece tan relevante como formar líderes juveniles, es algo que ameritaba la presencia del Rector de la Universidad de Chile por derecho propio.

Tercero. Don Manuel Barros Borgoño fue Rector de la Universidad de Chile, médico y gran Rector de la Universidad, de manera que lo menos que podía hacer el Rector de la Universidad es estar en el liceo que lleva el nombre de uno de sus rectores más distinguidos.

Cuarto. Porque este liceo queda en la calle San Diego, y la Universidad de Chile también al final de la calle San Diego es donde tiene su Casa Central, de manera que podemos decir que hay algo muy fuerte que nos une, y creo que eso es así mucho más allá de la calle, ciertamente.

Yo siento que esta iniciativa de pensar, formar y desarrollar liderazgo juvenil es tremendamente importante. Quizás uno de los defectos que hoy día todavía tenemos como sociedad en desarrollo es la ausencia de suficiente liderazgo. El liderazgo no es sólo una competencia general que se da en el ámbito político o empresarial, el liderazgo tiene que ver con todos los mundos en que se desempeña nuestra sociedad, y el liderazgo es, en mi opinión, simplemente la capacidad de poder concebir ideas y propuestas y encabezarlas y defenderlas, y creo que como sociedad todavía no nos estamos acostumbrando a enfrentar las ideas, a debatirlas y a tomar opciones entre ideas, y de hecho, lo que uno menos ve hoy día en los medios de comunicación, por ejemplo, o en nuestra realidad política, es el debate de ideas: si nos gustaría más una cosa u otra en función de la esencia de su contenido.

Creo, entonces, que la formación de los jóvenes en esta dimensión de ser quienes propongan ideas, por malas que nos parezcan, por atrevidas que nos parezcan, o por inapropiadas que nos parezcan, tiene un valor en sí mismo, y el debate sobre las ideas tiene un valor en sí mismo. Ser capaz de optar es fundamental en un sistema democrático, y cuando no hay propuestas para optar es lo peor que le puede pasar a un sistema democrático, porque siempre vamos a pensar que alguien toma las decisiones por nosotros y que las cosas importantes se discuten en alguna parte que no tiene que ver con nosotros y, por lo tanto, creo que lo que ustedes han hecho y lo que ustedes han escuchado del Presidente del Centro de Alumnos (2), es seguir ampliando este espacio que es tan importante.

Importante porque, como ustedes han escuchado seguramente en muchos discursos, este país tiene un proyecto país, un proyecto que uno lo puede mirar a 10 años, a 20 años, y quizás todavía un poco más cuando uno escucha sobre estas perspectivas económicas del país que, por lo tanto, es un proyecto más de ustedes que de nosotros como generación, pero a ustedes nadie les ha preguntado qué piensan sobre ese proyecto, y créanme que a nosotros tampoco. Y qué bueno sería que en Chile tuviese lugar una discusión permanente no sobre temas laterales, no sobre temas secundarios como a veces aparecen, sino sobre los temas centrales: qué queremos ser como país y cómo queremos lograrlo. Qué bueno es, por lo tanto, que los jóvenes puedan compartir ideas sobre esas materias, que cruzan naturalmente los espectros disciplinarios, porque como aquí se ha mencionado, esto tiene que ver con la filosofía, con la historia, desde luego con la ciencia política, con la economía, con el derecho, con la sociología, bueno, con todos nuestros ámbitos de quehacer. Desgraciadamente, uno también observa que entre las distintas disciplinas, especialmente las sociales, existe un diálogo que es cada vez más difícil. Cuando se escucha a un economista, el sociólogo no entiende y no está de acuerdo, o cuando habla el sociólogo, el economista tampoco está de acuerdo y no entiende su lenguaje. Entonces estamos en un mundo en que el debate es difícil, en que el debate no es transparente, en que el debate de alguna manera se deja de lado para adoptar decisiones que, en definitiva, son más bien arbitrarias en lugar de ser el resultado de una discusión relativamente meditada. Uno mismo observa que cuando hay todas estas discusiones sobre precandidaturas presidenciales, la verdad es que uno siempre busca qué pensarán unos u otros respecto de los grandes temas, y la verdad es que uno no encuentra ese tipo de debates, sino que más bien lo que dicen las encuestas o más bien lo que dicen los expertos en marketing de cuáles serán las mejores imágenes para poder presentarse ante el electorado. Y la verdad es que un país que tiene esa pobre calidad de debate político, en un sentido amplio, no es un país que tenga grandes oportunidades para dar un salto significativo hacia su desarrollo integral, no solamente el económico, sino también el social.

Y por otro lado, porque también domina a nuestro país una enfermedad que es muy grave, que se llama intolerancia. Cuando no existe tolerancia a las ideas de otros, cuando no existe la capacidad de escuchar porque estamos en desacuerdo, entonces ahí no hay en operación un sistema democrático, un sistema que tenga capacidad de progresar, y eso francamente que es algo que lleva a una serie de los males que vemos hoy día en nuestra sociedad: los fundamentalismos, el enfrentamiento de grupos casi ya no por ideas, sino por preconceptos: "si tú eres judío, eres malo; si tú eres árabe, eres malo". Un mundo en que las discriminaciones surgen, así como ha surgido históricamente la discriminación contra las mujeres en nuestro país, en otros lugares se agrega la discriminación racial, la discriminación religiosa, que en gran medida es la incapacidad justamente de poder enfrentar debates sobre cosas sustantivas.

Por eso encuentro que lo que ustedes hacen, lo que ustedes han hecho y lo que seguirán haciendo, es tan importante, porque para poder tener debate de verdad y crear liderazgo de verdad, es necesario tener tolerancia en las ideas distintas a las de uno, y tener la capacidad de creer que alguien, quizás, puede convencerlo de ideas mejores que las que uno tiene, y eso se logra en este ejercicio que ustedes han escuchado de comparar visiones distintas respecto de los grandes y monumentales momentos que vive la humanidad con el cambio tecnológico, con el ingreso a la era del conocimiento y con este cambio técnico que nos está provocando una revolución cada semana, aproximadamente, y quizás dónde estaremos de aquí a 5 años en la capacidad para poder manejar información, pero nosotros para poder manejar eso, junto con mejorar la capacidad de computadores, tenemos también que mejorar la capacidad de nuestras cabezas y nuestros espíritus. Por eso la creación de liderazgo en mi opinión es tan importante, porque liderazgo no es solamente saber hacer buenos discursos y saber estructurarlos bien, sino que realmente convencerse de sus ideas y ser capaces de argumentar en favor de ellas.

Creo que es muy importante, además, porque la formación para la universidad requiere liderazgo. Las buenas y grandes universidades lo que necesitan formar son líderes para el futuro, no poner más abogados, arquitectos para que vayan a un montón, sino formar quienes van a conducir las grandes ideas en el derecho, en la economía, en la arquitectura, en las ciencias de la ingeniería, y a veces uno siente una gran frustración cuando ve a estudiantes de altos puntajes en las pruebas de selección cuya capacidad de expresar ideas disonantes es muy baja. Cuando a mí me preguntan cómo es un buen estudiante universitario, mi respuesta siempre es: el estudiante universitario de mejor calidad es aquel que tiene mejores ideas y que es capaz de contradecir a su profesor con las ideas que él tiene, porque eso hace progresar el conocimiento.

Tener una universidad con una sala de clases en que todos escuchan, toman notas y posteriormente replican esas notas, no hace progresar nada, ni mucho menos a esa universidad que entonces tampoco es universidad, porque no tiene esa energía para poder crecer y para que el profesor se sienta todos los días entusiasmado de llegar a convencer a sus estudiantes, y no a imponerles las ideas a sus estudiantes.

Por eso es muy bueno y muy importante lo que hacen. Yo creo que estas pequeñas cosas en su dimensión cuantitativa son al final las grandes cosas que pueden permitir cambiar un poco el curso de los eventos que a veces nos preocupan, a veces no nos gustan, pero que en definitiva es el curso que irá construyendo el futuro de nuestro país, el futuro que va a ser de ustedes y de los hijos de ustedes y que es una responsabilidad por tanto de nosotros para no dejarles solamente tan malas decisiones como a nosotros nos dejó la generación que nos antecedió, tan malas decisiones sobre lo que pasa. Que eso sea, entonces, también una responsabilidad de ustedes, y eso se prueba con liderazgo, se prueba con fuerzas, se prueba con convencimiento en las ideas, se prueba con una participación activa en el sistema escolar para que puedan ustedes convencernos de que efectivamente vamos mejorando hacia adelante y no quedando igual o peor que antes.

Los felicito, yo he querido estar acá para decirles estas cosas, porque creo, muy de verdad, que lo que han hecho es muy importante. Yo los animo a que lo sigan haciendo, para que puedan dar un ejemplo que venga de un colegio público justamente, un ejemplo a los jóvenes chilenos de que en realidad muchas veces estar en desacuerdo significa construir ideas alternativas y un liderazgo alternativo fundamental para que este país pueda efectivamente salir adelante.

Muchas gracias por la invitación señor Presidente del Centro de Alumnos, y muchas gracias a todos ustedes por lo que han hecho.

Buenas tardes.

 

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Notas
1. Prof. Jorge Valdés, profesor de matemáticas del Liceo Manuel Barros Borgoño.
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2. Jesús Orellana, Presidente del Centro de Alumnos del Liceo Manuel Barros Borgoño.
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