Discurso del Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Entrega de la Medalla U. de Chile por años de servicio a Funcionarios y Académicos que han cumplido 40 años en la Corporación.

En el marco de las celebraciones del 161º Aniversario de la Universidad de Chile.

Esta ceremonia se ha instituido como una tradición en la Universidad, y es la tradición de decir: gracias. No es ésta una ceremonia destinada a reconocer los años de servicio solamente, no es esa versión fría y a veces mecánica del reconocimiento que en muchas instituciones se entrega periódicamente a quienes llevan ciertos años; es más que eso, es agradecer. La Universidad nos compensa de muchas maneras, muchas de ellas insatisfactorias y muchas otras llenas de satisfacción: creo que ésta es una de las últimas, es agradecer el trabajo, la dedicación, el compromiso que durante años ustedes han puesto en la Universidad. Y cómo no reconocerlo, cómo no reconocer a Teresa Iriarte (1), que ha sido la dueña de las relaciones internacionales con mucha propiedad y solvencia desde los años del Plan Chile-California. O cómo no agradecerle al Prof. Montecinos (2), que ha puesto de relieve a la Universidad en su trabajo de conservación de iglesias en Chiloé. Esta Universidad laica... protegiendo las iglesias de Chiloé: obra de nuestra Facultad de Arquitectura y Urbanismo, encabezada por el Prof. Montecinos. O agradecerle a Sonia Pinto (3) todo lo que ha hecho por esta Universidad y en esta Universidad, donde además de enseñar hace folclore, y donde como profesora incluso ha hecho sufrir al Rector en sus cursos de paleografía. Cómo no agradecer a Héctor Alcaíno (4), o a Fernando Pérez (5), las contribuciones importantes en sus áreas. Cómo no agradecerles a todos ustedes lo que han hecho. Aquí hay autoridades de la Universidad como el Dr. Rosselot (6), un ex decano; o como el Prof. Charrier (7), un Vicedecano. Aquí están juntos como miembros de una comunidad con otros profesores, con otros funcionarios de la Institución para decirles gracias, gracias por lo entregado. Ustedes han vivido en esta Institución períodos difíciles, años traumáticos, años de cambio y quizás de violencia, años de intervención, años de silenciamiento y años también en que la Universidad fue expropiada, segmentada y casi, en muchos ámbitos, prohibida. Y ustedes sufrieron y vivieron todo eso, y han visto a esta Universidad siempre saliendo adelante de todas esas contingencias, de todos esos momentos en que el Estado patrón y creador de esta Universidad empieza a retirarse y casi a esconderse y no cumplir con sus responsabilidades. Ustedes han vivido estos traumas. Por lo tanto, también es un gracias porque ustedes permitieron que saliéramos adelante de muchos de esos traumas y de muchas de esas situaciones de dolor, de incomprensión y de cambio que remecieron a esta Casa centenaria, pero grande y siempre comprometida con Chile.

Y cómo no decirles también gracias, porque creo que todos hemos aprendido de ustedes. Ésta es una Institución proyectada en el tiempo, y es una Institución que está en las generaciones de recambio, en cada una de las facultades, en cada uno de los institutos, con más o menos dificultades, pero allí están nuestros académicos más jóvenes, mirando siempre el ejemplo que dejan o que dejamos aquellos que ya tenemos más años en la Institución. Yo creo que esta Institución será siempre grande, será siempre fuerte, porque siempre tendremos equipos poderosos para reemplazar a las generaciones que nos dejan, y eso se debe a un ejemplo, a un trabajo, a una dedicación, a una entrega, a un compromiso con la Institución a partir de esa estela importante que han dejado. Porque lo podemos verificar hoy día, cuando vemos a tantos académicos jóvenes dirigiendo departamentos, siendo subdirectores de institutos, muchos de ellos en responsabilidades mayores incluso a nivel central o en las propias facultades. Académicos que se han formado como tales en años difíciles, pero que han mirado siempre un ejemplo, han seguido siempre una huella, y esa la han legado ustedes. Esperamos que ella perdure hacia el futuro.

Ayer un profesor me decía aquí en el patio: "es muy importante lo que va a ocurrir mañana, porque demuestra que si bien El Mercurio no nos quiere, tenemos que aprender a querernos nosotros mismos", y esto es este acto; una manifestación del cariño por nosotros mismos, un aprender a querernos, a apreciarnos, a valorarnos como comunidad, a valorar el aporte que hacemos como unidad al crecimiento de esta Institución, y a cimentar de esa manera lo que viene mañana.

De manera que muchas gracias por lo que han hecho, por defender esta Casa, por comprometerse con ella, por cimentarla y por darle permanentemente ese empujón que con mayor o menor impulso le hemos dado siempre hacia el futuro. Muchas gracias también por haber dejado un ejemplo, porque ese ejemplo garantiza que siempre habrá aquí una comunidad de académicos y de funcionarios comprometidos con la Institución y que, por lo tanto, todos aquellos que desarrollan la competencia, a veces desleal, o que recogen todo lo que pueden para ensombrecer su destino, sabrán que por ustedes y por muchos otros, por lo que queda para el futuro, aquí hay Universidad de Chile para otros 161 años más.

Muchas gracias y felicidades.

 

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Notas
1. Sra. Teresa Iriarte, Directora del Departamento de Relaciones Internacionales.
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2. Prof. Hernán Montecinos, académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
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3. Prof. Sonia Pinto, académica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
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4. Prof. Dr. Héctor Alcaíno, académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias.
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5. Prof. Fernando Pérez, académico de la Facultad de Ciencias Sociales.]
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6. Prof. Dr. Eduardo Rosselot, académico de la Facultad de Medicina.
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7. Prof. Reinaldo Charrier, académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
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