Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Celebración del Día de la Asistente Social.
Yo siempre he sentido un aprecio particular por el trabajo que ustedes realizan. Creo que es uno de los trabajos difíciles que ha existido siempre, porque el mundo de las necesidades siempre es mucho mayor que el mundo de las disponibilidades, y entonces ustedes tienen que estar en un trabajo duro, restrictivo y que es cada vez mayor.
Cuando yo estudié en la Universidad, y lo he contado muchas veces, estudiaba con una beca, y mi asistente social era para mí una persona a quien podía contarle mis problemas, podía compartir muchas cosas, más allá del tema exclusivamente monetario que me ayudaba para la movilización y para la compra de libros. Por tanto, ahí entendí que la asistente social no era una simple funcionaria que administraba un programa de donde se generaban asignaciones dados los presupuestos y los requerimientos, era una cosa que iba mucho más allá, es una persona que conocía de los problemas y que tenía una particular sensibilidad para atenderlos, para poder decir un par de palabras de afecto y de estímulo.
Yo en mi trabajo universitario he percibido que los estudiantes que tienen necesidades materiales, quizás también tienen enormes y mayores necesidades espirituales, necesidades de afecto, necesidades de palabras de cariño, de atención; y eso se lo proveen ustedes, porque muchas veces los académicos estamos corriendo de un lugar a otro y no tenemos todo el tiempo, desgraciadamente, que necesitamos para conversar con nuestros estudiantes. Estos mismos estudiantes no tienen en su hogar, muchas veces, los padres con el tiempo -y a veces ni siquiera los padres en un sentido absoluto- para poder comunicarse, y ustedes son parte de esa comunicación y, por lo tanto, en ese sentido ustedes ayudan mucho al desarrollo del trabajo universitario, no sólo por lo que hacen para ayudar en un sentido material estricto, sino también en un sentido mucho mayor y mucho más significativo. Yo siempre he pensado que ese es un trabajo tan fundamental para lo que hacemos en la Universidad, que desgraciadamente está cada vez más debilitado. Debilitado porque nuestra sociedad hoy día pone muy poca atención a las personas, las personas valen poco, las personas son casi instrumentos para conseguir fines, las personas ya no son un fin en sí mismo, y en este tráfago en que vivimos naturalmente hay una desvalorización del trabajo social, de este trabajo solidario, que se entiende, como alguna vez despectivamente se refirió una autoridad del país, hace algunos años, con respecto a que cuando los economistas hablábamos de temas que tenían que ver con las necesidades de las personas él señalaba: "esa es una cosa para las asistentes sociales", y la verdad es que a mí me dolió esa afirmación no sólo por despreciar el trabajo profesional de un economista, sino también por despreciar el trabajo de quienes ponen esta atención en el desarrollo de las personas, en el desarrollo humano que es tanto o más importante que el desarrollo económico en un sentido cabal.
Yo por eso aprecio mucho esta reunión, que es una reunión muy sencilla, es una reunión que no tiene grandes pretensiones, pero que constituye la oportunidad para decirles gracias. Gracias por lo que hacen por la Universidad, porque creo que es muy importante, creo que hay tantos talentos en la Universidad que se pierden, porque a veces no está la instancia para escuchar, para atender, para darle ese pequeño empujoncito que muchas veces todos necesitamos en la vida para salir adelante. Gracias, porque ustedes son parte muy importante de un fin que se olvida en la Universidad. El ser de la Universidad es el humanismo y muchas veces nos olvidamos de eso en medio de nuestros problemas, en medio de nuestras necesidades de financiar la investigación, en medio de la obvia necesidad de poner al día nuestra docencia, de poner barreras cada vez más altas, pero se nos olvida finalmente que es el ser humano el que importa, y ustedes tienen y ponen ese acento que es tan importante en el trabajo de la Universidad.
Gracias por compartir con nosotros, porque ciertamente ustedes no son ni deben ser un anexo al trabajo universitario. Ustedes deben ser, como yo siempre he tratado de hacerlo en las responsabilidades que he adquirido en la administración universitaria, una parte importante, integrante del diseño, del trabajo académico y no solamente elementos anexos que tienen que hacer partes marginales de la labor educativa. Y quiero decirle gracias, porque yo sé que todas ustedes ponen mucho más de lo que deben, en un sentido preciso, muchas veces más allá de los horarios, muchas veces más allá, y eso lo he visto en innumerables oportunidades de las responsabilidades funcionarias estrictas, ponen su empeño, ponen su corazón, ponen su delicadeza, ponen su entrega y eso hay que agradecerlo, porque eso no podemos pagarlo.
Por lo tanto, esta reunión no sólo es para decirles que tengan un feliz día, sino también para decirles gracias por lo que hacen por la Universidad de Chile, por lo que hacen por sus funcionarios, por lo que hacen por sus estudiantes, por lo que hacen en definitiva por Chile, porque esta Universidad es mal que mal, y aunque a muchos les moleste, el corazón de Chile, y ese corazón seguirá latiendo mientras esté la fuerza de personas como ustedes, ayudando a que fluya con fuerza la energía vigorizante de los nuevos jóvenes que saldrán allá afuera y serán entonces un aporte al país, pero llevarán en algún rinconcito del corazón el agradecimiento a ustedes que les dieron el empujón necesario para salir adelante.
Felicidades y gracias, y que no sea, por cierto, ni la última ni la exclusiva vez que estemos juntos para compartir y decirnos un poquito del afecto de las cosas que a veces echamos de menos en la Universidad; aquí también tiene que haber afecto, tiene que haber espíritu, tiene que haber sentimientos y no sólo acciones financieras, no sólo decisiones frías, no sólo decretos, eso es muy importante en el trabajo universitario, eso debe mantenerse y ustedes tienen que ayudar a que eso siga siendo así.
Muchas gracias.