Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Graduación de Profesores del Liceo Experimental Manuel de Salas.

Ceremonia de Graduación de Profesores del Liceo Experimental Manuel de Salas que participaron en el Diplomado en Desarrollo Educativo, La Construcción del Conocimiento.

(Transcripción)

Estaba pensando qué iba a decir yo después de esto, por qué volver, a lo mejor, a una formalidad innecesaria. Creo que fue una buena idea tener acá a un conjunto de jóvenes estudiantes de la Universidad, porque nos transmiten esa alegría que es propia de ellos que tanta falta nos hace en estos días y que además es tan simbólica de lo que es la Universidad de Chile. Ellos son estudiantes de distintas carreras, los une el propósito de hacer reír y hacer música. Creo que la Universidad de Chile es mucho de eso, de unir partes que a veces parecen tan distintas y tan diversas bajo un solo cuerpo, un solo principio, una sola idea.

Me atrevo a decir que hemos sido también testigos de un hecho histórico. Yo creo que nunca antes, en los 130 años que aproximadamente tiene este espacio, que es el Salón de Honor, se había bailado aquí un bolero y, por lo tanto, a partir de mañana, seguramente, van a encontrar eso con las fotografías respectivas en la página web de la Universidad. Pero quiero decir que este espacio en que nos hemos juntado en esta ceremonia íntima, es muy importante. En primer lugar porque creo que hacía muchos años que no tenía lugar una ceremonia de este tipo, envolviendo a nuestros profesores del Liceo de la Universidad de Chile en el Salón de Honor de la Universidad de Chile. Creo que éste es también, por esa razón, un minuto histórico importante, que a nosotros nos importa mucho, porque de alguna manera confirma nuestra vocación de servir a la educación chilena y de ser, efectivamente, la institución líder de la educación pública del país. El hecho que ustedes estén acá culminando este trabajo que han realizado, con esfuerzo nuestro y de ustedes, hace que la vinculación entre el Liceo y la Universidad no sea ya, solamente, una vinculación formal, llena de papeles, llena de procesos administrativos, llena de procedimientos burocráticos, sino que una cosa real y a mí me gustaría mucho, lo digo delante de las autoridades pertinentes, que estas actividades sigan también con nuestros sicólogos, con nuestros biólogos, con nuestros historiadores, porque necesitamos vincular mucho más fuertemente al Liceo con la Universidad para poder convertir esto en un hecho real, no solamente en un hecho derivado de acuerdos, de firmas y de protocolos.

Y lo segundo es expresar, también, mi conformidad por el hecho de que se estén realizando este tipo de actividades. La profesión docente, todos lo sabemos, ha pasado por un período marcado con un significativo maltrato social, una disminución en la valoración del trabajo del profesor que ha ido acompañado, también, de una disminución en la valoración del trabajo desde muchos puntos de vista, incluyendo naturalmente y como también lo sabemos, desde el punto de vista de las remuneraciones y de los estímulos, que hacen que la vida de un profesor sea también la vida de un profesional digno, no solamente la de un servidor público más. Y creo que en esas circunstancias, evidentemente que el hecho que los profesores estén dispuestos a poner su tiempo, a poner su esfuerzo en actividades de perfeccionamiento, adquiere todavía, entonces, una dimensión mucho mayor.

Pero al mismo tiempo, como sabemos, sacar adelante la educación, sacar adelante a nuestro Liceo, va a requerir de estos esfuerzos y muchos más. Aquí no cabe ninguna duda que el éxito de los proyectos educativos depende del grado de compromiso que tiene en primer lugar el profesional docente, los profesores de aula con los objetivos globales del sistema. Nosotros queremos en muy pocas palabras, convertir al Liceo Manuel de Salas en lo que siempre fue y nunca debió dejar de ser: uno de los mejores liceos del país. Nuestro proyecto es sacarlo adelante y convertirlo en una institución de alta calidad, para que vuelva a ser un liceo experimental. Un liceo experimental de verdad, donde se experimenten nuevos procesos docentes, donde se experimenten nuevas formas de enfrentar lo que ustedes tanto, seguramente, han discutido en este Diploma, el tema de la creación del conocimiento y su transmisión a nuestros niños y jóvenes.

Hoy, cuando enfrentamos, como muy bien decía la Prof. Llaña (1), los días de la globalización, en que uno no puede dar los esquemas educativos dados, predeterminados, como un objeto inamovible en el tiempo, los procesos educativos son de una dinámica tal, que hoy día, probablemente, la manera de enseñar será completamente distinta de la que prevalecerá mañana. Por lo tanto, esa idea de innovación en la educación, esa idea de transmitir educación de una manera significativamente distinta y en forma permanente, que es lo estamos tratando también de aprender en la Universidad, requiere mucho más de experimentación. El país, todos los sabemos, está tremendamente atrasado en sus indicadores educacionales. Claro, si uno mira los indicadores económicos, los indicadores financieros, los indicadores de inversión, uno ve un país que avanza significativamente en los últimos años en las metas que se ha propuesto, y que probablemente redundará algún día en un país de un mejor nivel de vida al que nosotros heredamos como generación; pero sabemos que eso es absolutamente insostenible si no hay una educación sólida, una educación que ligue esos resultados con la realidad de las personas. Una educación que además pueda brindar la formación valórica que hoy día es tan débil y tan necesaria. Una formación que pueda consolidar los valores cívicos y democráticos que hoy día están tan menos preciados entre nuestros jóvenes. Todo eso requiere un esfuerzo que el país no está haciendo, en nuestra opinión, pero de todas maneras un esfuerzo que ha de requerir más experimentación y, al mismo tiempo y por lo mismo, más compromiso docente con el proceso educativo y con los objetivos finales. Nosotros no hemos adoptado esta idea de alianza, esta idea del retorno del Liceo Manuel de Salas, simplemente por una cuestión histórica o por una mirada al pasado, porque antes era así y queremos que siga siendo así, desde luego, hay una fuerza de la tradición, a la cual nosotros tenemos que obedecer y tenemos que respetar, pero el compromiso es más bien mirar hacia el futuro, y Chile necesita una educación muy distinta en calidad a la que hoy día tenemos, particularmente en el sistema público. Chile necesita una educación en que el profesorado de nuevo tenga el rol de líder de grupos de jóvenes, más que de servidores para un sistema que ofrece pagos y servicios. Nosotros tenemos el compromiso de que la educación vuelva a ser un instrumento de realización de las personas y de convertir a nuestros jóvenes estudiantes en seres humanos que piensen en valores, seres humanos dignos que contribuyan a que los avances que experimenta nuestra sociedad no sean sólo materiales, sino que también estén en el plano humanista y espiritual.

Por lo tanto, nuestro proyecto es que el Liceo sea un líder en esos cambios. Un líder naturalmente en materia del rendimiento, en materia de los indicadores, en materia de los resultados, pero un líder también en su condición de ser innovador, en su condición de cambiar, en su condición de impulsar un cambio que necesita nuestro sistema educacional globalmente: ese es nuestro proyecto. Y nosotros queremos que ustedes nos acompañen en ese proyecto, muchos dicen: "bueno, pero y dónde están los cambios en el Liceo Manuel de Salas". La verdad es que todos sabemos que los cambios en materia educacional son cambios lentos, porque deben al mismo tiempo ser cambios seguros, necesitan cambios de cultura, necesitan cambios organizacionales, necesitan cambios en muchas dimensiones que hay que implementar, naturalmente, con las debidas precauciones para que el cambio también sea sostenible y no sea una transformación de hoy día, simplemente, y que vuelva atrás el día de mañana. Nosotros queremos que ustedes sean parte del proyecto Liceo Manuel de Salas, el primer Liceo de Chile, el primer Liceo Experimental de la República, y naturalmente la parte, por lo tanto, consonante a nivel de la educación media de lo que es la primera universidad del país, la Universidad de Chile.

De manera que por eso yo me alegro mucho que finalice esta actividad, pero quiero desear que éste sea el preludio de muchas otras de estas jornadas que han de envolvernos a nosotros y a ustedes para marchar acompasados en eso que necesitamos hacer con tanta urgencia, que es llevar el cambio en las ideas, en la cultura, en las realizaciones y en los resultados al Liceo, a los niños que serán, en definitiva, los beneficiarios de este esfuerzo que juntos tenemos que hacer.

Yo los felicito por haber terminado este Diploma, porque todos sabemos, y yo lo sé muy bien, el sacrificio que estas cosas envuelven en tiempo, en horas, en dejar de hacer otras cosas, pero créanme que es un sacrificio importante y necesario, y que de esto tenemos que hacer mucho más. Nosotros estaremos dispuestos a poner todos los recursos, humanos y de todo tipo, que sean necesarios para poder avanzar a pasos más importantes hacia aquello que queremos efectivamente, que es la dirección del cambio que necesitamos hacer, sustentable y real en el caso de nuestro Liceo Experimental Manuel de Salas.

Yo les agradezco mucho que ustedes estén acá, yo quiero que ustedes sientan que ésta es su Casa, ustedes pertenecen a la Universidad de Chile, nosotros sentimos cada día más fuerte esa ligazón, que, creo, es la piedra angular que permitirá construir el liceo y la educación que todos soñamos para mañana.

Felicitaciones y buenas noches.

 

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Notas
1. Prof. Mónica Llaña, Coordinadora del Programa de Magíster en Educación con mención en Currículo y Comunidad Educativa, y académica del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales.
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