Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Presentación del libro "Derecho de las Relaciones Laborales", del Prof. Francisco Walker E.

(Transcripción)

He venido con mucho gusto a esta presentación, aunque debí levantarme para combatir una gripe. Pero quería estar acá por el enorme cariño que yo tengo por Francisco Walker, y por la enorme importancia que le asigno a su trabajo. Quiero, primero que nada, felicitarlo. Cada vez que un académico produce un libro es como tener un nuevo hijo, y espera que de ese libro surjan ideas, surja la influencia, surja el poder de convencer a otros con las ideas de uno. Y creo que Francisco ha dado acá origen a un hijo importante, voluminoso, y que tendrá una enorme influencia en la enseñanza y en la investigación posterior.

Yo quiero felicitar también a la Editorial Universitaria, porque con esto da un paso más en su notable tarea, que a lo largo de la historia, ha significado contribuir al conocimiento y a la cultura, y que lo ha hecho en estos últimos años no sin problemas; muy por el contrario, con agudos inconvenientes. Pero el trabajo de gente como Francisco Walker, en la conducción de Reinaldo Sapag (1), y el convencimiento que la Editorial es un capital no sólo de la Universidad de Chile, sino que de Chile, creo que le ha permitido salir adelante. Ésta es, nuevamente, una prueba importante que la Editorial está allí, para retomar con vigor el trabajo que ha realizado a lo largo de la historia.

Quiero agradecer a Francisco Walker, porque todos los que lo conocemos, y que no somos de la profesión de juristas, del Derecho, hemos podido aprender de él su visión amplia de los temas que siempre le han preocupado académicamente. Creo que los economistas siempre fuimos, de alguna manera, educados en la idea de una cierta imposibilidad de diálogo operativo, de diálogo académico con los abogados. Y nos decían mucho: son dos visiones muy distintas del mundo. Y la práctica muchas veces enseñaba que eran visiones contradictorias del mundo. Sin embargo, Francisco Walker nos ha ido convenciendo a todos, y muchos nos educamos en esa visión amplia y diversa que está contenida en esa obra: los problemas de las relaciones laborales no son económicos, ni son problemas legales, ni son problemas sociológicos, ni son problemas de administración, sino que es un conjunto. Por lo tanto, poder manejar, entender, desarrollar ideas en torno a ese conjunto, creo que es la importante contribución de Francisco Walker en su trabajo académico.

Yo por eso quiero agradecerle, porque él ha logrado convencer a muchos. En nuestros tiempos, en la Facultad era él ese motor dinámico que nos obligaba a hacer seminarios en conjunto, a discutir trabajos en conjunto; a mirar el problema del salario mínimo no solamente como un problema legal y económico, sino que como un conjunto que tenía amplias dimensiones sociales, políticas y de todo orden. Francisco ha sido, de alguna manera, una influencia intelectual en muchos de nosotros para mirar los problemas en una forma mucho más amplia, de esa mirada disciplinaria que muchas veces es estrecha, insuficiente, incompetente, quizás, y para poder abordar los problemas del mundo real. Los especialistas han hablado, han dado reconocimiento a esa obra, pero yo quisiera valorarla sobre todo por eso, porque esa no es una obra que esté escrita para abogados, sino que para todos aquellos preocupados de los temas laborales, los temas de las relaciones laborales, que hoy día, como ayer, cobran una importancia fundamental en el destino productivo, social y político de nuestra sociedad.

Quiero, finalmente, destacar la enorme contribución que a lo largo del tiempo Francisco Walker ha hecho en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Creo que él, mejor que nadie, ha sido una persona que por años ha estado allí siempre enseñando sus cursos, escribiendo sus apuntes, atendiendo a sus alumnos; pero, por sobre todo, empujando a sus colegas académicos a tener ese diálogo tan importante para el trabajo y para el desarrollo intelectual. Es por eso, y sabiendo que Francisco está pensando en reducir su vinculación con la Facultad por razones naturalmente entendibles después de una larga jornada con nosotros, en que ha dejado una estela importantísima en torno a su contribución académica, la Universidad ha decidido entregarle la Distinción Valentín Letelier, que está diseñada, justamente, para reconocer el mérito del trabajo académico de quienes por años, han estado en esta Institución, le han entregado su vida, su cariño, su trabajo, su competencia, su intelectualidad.

Yo con esto quiero terminar, reiterando mis agradecimientos a Francisco por esta contribución que es importante por lo que ella significa para las nuevas generaciones, que hoy aprenderán a mirar los temas de las relaciones laborales desde una perspectiva distinta de la que nosotros en nuestra generación tuvimos la oportunidad de hacerlo.

Muchas gracias a todos.

 

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Notas
1. Prof. Reinaldo Sapag. Gerente de Editorial Universitaria.
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