Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Titulación de la Carrera de Ingeniería en Información y Control de Gestión.
(Transcripción)
Yo creo que es cierto que aquí se cumple una etapa, pero es sólo eso, el cumplimiento de una etapa. No hay, hoy día, en la vida profesional y universitaria, un punto final en que uno deja la universidad y se olvida de la creación, de la generación, de la renovación del conocimiento.
Ustedes cumplen esta etapa en un momento muy importante para Chile. Como muy bien lo ha expresado el Decano (1), estos son los días en que hay que pensar sobre el mañana de Chile con mucha mayor materialidad y compromiso, con que lo hicieron las generaciones anteriores a ustedes. Hoy Chile tiene una oportunidad. Pero esa oportunidad debe concretarse con un esfuerzo, con un compromiso, con una tarea de la política pública y también para el desempeño privado. Si ese compromiso se cumple, ciertamente, podremos, en un cuarto de siglo, legarle a una generación más, posiblemente, un Chile mejor y distinto. Si no lo hacemos, quizás, vamos a legarle lo mismo que nosotros recibimos como generación: una gran frustración histórica y un país que se desenvuelve más bien en una permanente mediocridad. La decisión está en la generación de ustedes, porque allí es donde radica la capacidad para cambiar y mejorar las cosas, la capacidad para innovar y proyectar el Chile que ustedes le quieren dejar a sus hijos y a sus nietos.
Tienen ustedes la potencialidad, la capacidad, el entrenamiento para hacerlo. Cada uno es una gota de agua para formar ese mar que es el futuro de nuestra patria. Ustedes han sido entrenados para convertirse no en meros artefactos instrumentales para desempeñarse ahí en la gran masa, sino que han sido entrenados para ser los mejores, para ser capaces de conducir, de crear, de organizar, de proyectar, de hacer futuro. Ustedes son egresados de la Universidad de Chile, y esa no es sólo una marca de fábrica distintiva, notable, ambicionada, sino que es también un potencial que se ha creado, se ha generado, se ha anidado en los corazones y en las mentes de ustedes y ahora llegó el momento que hay que mostrarlo allá afuera.
Ustedes salen de una Universidad que no por casualidad es la primera Universidad del país. Para eso no hay que mirar titulares, ni especulaciones, ni ataques, ni infamias contra la Institución, baste mirar sus indicadores, baste mirar los puntajes de ingreso, el número de doctorados, el número de becados en programas de doctorado, las publicaciones clasificadas nacional e internacionalmente, los proyectos de investigación, en número, en monto, en cantidad, en calidad, la presencia internacional: eso es esta Universidad. Los demás pueden tener un marketing aceptable, páginas de colores en los periódicos, pero no tienen lo principal: la excelencia de su cuerpo académico que es lo que ha permitido a lo largo de la historia, que ésta, su Universidad, sea la Universidad.
Es por eso también, quizás, que estamos siempre sometidos a tanto ataque. Estamos siempre sometidos a este tratamiento injusto que se da cuando se mira con envidia hacia el primero de la lista. Cuando se mira también con afanes secundarios a quienes tratamos de hacer de esto una Universidad pública, una Universidad nacional, una Universidad comprometida con Chile, y no un negocio donde hay directorios, donde hay reparticiones de utilidades, donde hay la defensa del lucro y no la defensa de las ideas. Se nos ataca, es cierto, pero la mejor defensa nuestra está en nuestra historia, en el pedestal firme que hemos logrado construir y que ha sido producto de la tradición, del trabajo y del empeño de sus egresados. Es por eso que ustedes son tan importantes para nosotros. Esta Universidad no sería la Universidad que es, si no tuviese ese mar inmenso de egresados destacados que allá afuera muestran lo que esta Universidad es capaz de hacer.
Es por eso que de acá nunca un egresado se ha de ir sin conservar lo que, en mi opinión, son tres tareas principales. La primera, ciertamente, es que esperamos que nuestros egresados, nuestros profesionales, sean los mejores. Ustedes están entrenados para ser los líderes, no solamente para ser instrumentales de los liderazgos provistos por otros. Ustedes están entrenados para ser una muestra de la competencia profesional, de la valentía de hacer las cosas nuevas, de inducir las nuevas ideas, de pronunciarse por el cambio que definitivamente tiene que tener día a día la actividad productiva.
Pero también, y al mismo tiempo, ustedes tienen la obligación de defender a esta Institución, porque uno tiene que defender su casa, porque es su nombre, es su marca de fábrica. Ustedes, de aquí en adelante, serán de la Chile. Y así serán identificados, para bien o para mal. Esperamos que sea para bien, eso depende en gran parte de ustedes mismos y de tantos otros que desde la medicina, del derecho, de la ingeniería, de la agronomía o de las ciencias forestales, están trabajando por Chile con ese corazón azul que se forma en la Universidad de Chile.
Finalmente, la tercera tarea, es que nadie se va de esta Casa para siempre. Ustedes pasan a ser hijos de esta Casa, como todos nosotros, pero tenemos siempre el compromiso de volver. Volver a preguntar qué está pasando y qué es lo nuevo, volver con las preguntas que todavía nosotros no adquirimos, volver para permitir que a través de esas preguntas y de ese trabajo, esta Universidad se pueda seguir engrandeciendo en su creación, en sus ideas, en la proyección del futuro, en la proyección y en la construcción del mundo que deseamos para Chile.
Vayan ustedes con suerte allá afuera, con éxito y con la seguridad de que sí, ciertamente, ustedes no sólo cuando llegaron a esta Casa eran los mejores, sino que ahora cuando se van, también son los mejores. Esa es la clave fundamental para ganar y para mostrarse como son: egresados de la Universidad de Chile.
Suerte, mucho éxito.
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Notas | |
1. | Prof. Joseph Ramos. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. volver |