Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inauguración del Ciclo de Conferencias "Derechos de la Mujer en la Sociedad Moderna y Democrática".
Firma de un acta "Compromiso de Apoyo a los Derechos de la Mujer".
(Transcripción)
Quiero darles la bienvenida a esta Casa, con este motivo que nos parece tan importante y tan trascendente, porque esta Universidad ha sido tradicionalmente la cuna protectora de la diversidad. La diversidad ha sido parte del patrimonio histórico generado en y por la Universidad de Chile. Diversidad, en todas las formas, que es necesaria para contar con una universidad en el sentido integral del concepto. Por lo tanto, para esta Universidad participar en una actividad que alienta la mayor realización, la mejor participación de la mujer en las actividades de nuestra sociedad es, por decirlo de alguna manera, una cuestión que surge naturalmente de nuestra tarea, de nuestra esencia universitaria.
En este Salón de Honor, donde por más de 130 años han tenido lugar múltiples reuniones, actividades, discusiones, análisis, trabajos académicos; y que durante el siglo XX puso tanto énfasis en los temas de la organización social, en los temas de la política pública, en los temas de desarrollo del Estado es, sin embargo, en estos pocos años corridos del siglo XXI, un lugar donde ya por lo menos -que yo recuerde- tres o cuatro veces se han realizado aquí actividades que tienen que ver con el rol de la mujer, con el diseño de la nueva sociedad y la integración de la mujer en sus plenos derechos. Un grupo de académicas y de profesionales de la Universidad de Chile están justamente trabajando y preparando un volumen respecto a la mujer en el siglo XXI, que la Universidad ha estimulado y ha alentado, porque nos parece que ese constituye, probablemente, uno de los retos más fundamentales en esta etapa de globalización, de post modernidad, de integración, y de todos los fenómenos sociales y políticos que nos son conocidos.
Por eso, el que esta reunión que da inicio a un ciclo de conferencias tenga lugar en este Salón nos honra y nos sentimos muy comprometidos. Porque ciertamente, ese documento que hemos firmado en términos de apoyar los derechos de la mujer, es para nosotros también la firma por los derechos de todos quienes son discriminados por distintas razones en nuestra sociedad. Eso incluye -y debo decirlo- a los estudiantes pobres que son discriminados porque no tienen recursos para permanecer en la universidad. Estudiantes que hoy protestan, que hoy alegan porque hay confusión en la política pública. Pero ahí, como sociedad -reconozcamos- hay un derecho que se está restringiendo. Tal y como el derecho a obtener educación de calidad se restringe por una serie de razones -todas probablemente discutibles y entendibles- pero que evidentemente también pertenecen a este ámbito de la discriminación que muchas veces decimos rechazar, pero que en la práctica todos los días decidimos practicar. Esto tiene mucho que ver con el rol y la participación de la mujer. Nosotros siempre hemos dicho que en nuestra sociedad la mujer tiene todos los derechos, sin embargo, también hay que reconocerlo, eso es bastante nominal. Muchas veces las alternativas y las posibilidades reales de participación y de realización de la mujer se empiezan a menoscabar, a restringir, por nuestras prácticas, por muestra cultura, por nuestro desarrollo institucional; pero también por la ausencia de una política pública adecuada para promover el ejercicio de un derecho.
Por eso que esta reunión nos parece tan pertinente. Nos parece tan pertinente, además, que sea el mundo universitario el que aborde un problema de esta naturaleza por medio de un ciclo de conferencias. Ojalá que existan más instancias, porque las universidades debemos ser las instituciones promotoras del humanismo. El ser de la universidad es el humanismo. Yo creo que el humanismo se protege en medio de tanta crueldad, tanta devastación, tanta destrucción, muchas veces (a la cual desgraciadamente casi nos hemos acostumbrado) privilegiando el rol de la mujer. Porque al dar ella origen a los nuevos ciudadanos, el dar ella origen a la vida, de alguna manera es ella la que preferentemente tiene un rol tan importante y tan trascendental en proteger el humanismo que los hombres nos hemos preocupado, a lo largo de la historia, de restringir, de reprimir y muchas veces de destruir.De manera que esta actividad que ha congregado a un buen número de personas, creo que es muy importante y muy decidora en los días en que el mundo, en los días en que Chile necesita, así como más progreso material, más y mejores indicadores, más desarrollo en los aspectos económicos y productivos, necesita también más humanismo, más generosidad, más trascendencia, más proyección hacia el futuro. En eso la mujer tiene un rol en el cual nosotros, creo, no somos totalmente capaces de sustituirla.
Muchas gracias por estar aquí.