Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inauguración Edificio Prof. Dr. Juan Colin de la Facultad de Odontología.

(Transcripción)

Estamos acá por un motivo de celebración, bien lo ha dicho el Decano (1). Creo que en primer lugar debemos celebrar el hecho de continuar haciendo crecer a la Facultad de Odontología en sus nuevas instalaciones. No es éste un hecho menor, ya que en la historia hay por lo menos seis o siete primeras piedras de Facultades que nunca se concretaron, sino en los sueños y en los discursos en que se colocaron esas iniciativas. Y ha sido éste un paso importante, pero no con el ánimo tan corriente hoy día de tener edificios bonitos para atraer mejores y más estudiantes, o clientes para que paguen, sino para seguir haciendo lo que esta Facultad ha hecho por muchos años: el mejor desarrollo académico, la mejor investigación en el área profesional, en el área científica. Creo que ese es un motivo de celebración, pues esto ratifica una historia. Esto ratifica una voluntad, un compromiso, un desarrollo que hoy está tan vigente como en los años del Presidente Barros Luco, y que ha de seguir estando vigente porque ahora ya lo testimonian estas nuevas instalaciones que hoy disfrutamos. Es tan distinta ésta de aquella vieja sala de actos de la vieja Escuela en Santa María, pero creo que el espíritu es el mismo, el espíritu de seguir haciendo trabajo universitario. Eso debe ser un motivo de celebración.

Pero también debe ser motivo de celebración este acto que, en el fondo, y de una manera particularmente sensible, representa el agradecimiento de un egresado de esta Escuela, de un egresado de la Universidad, de un ex profesor de la Universidad para con la Institución. Y en los días en que el agradecimiento no es la actitud humana más frecuente, me parece que es muy importante celebrarlo. Y reconocer, emocionado, en las propias palabras del Prof. Colin, leídas por su distinguida esposa, que hay aquí un acto de agradecimiento a la Universidad de Chile, por lo que la Universidad de Chile le entregó y por lo que la Universidad de Chile ha entregado a tantos y a tantas. Eso me parece a mí que debe ser un motivo de celebración, porque ese es el acto de compromiso con la Institución que uno espera. Y es particularmente importante que se provoque en estos días, cuando hay tantos, quizás no tantos, pero sí muchos y notorios que tratan de destruirnos desde los medios de comunicación. Desde muchos sitiales que denuncian, acusan, fabrican y mienten para poder acallar y aplacar esta Universidad de Chile que no les gusta, porque esta Universidad de Chile es pensante, es tolerante, es abierta, es creciente, es una Universidad magnífica. Hoy, cuando incluso, muchos callan, la solidaridad de la Universidad se manifiesta en cosas tan importantes y tan significativas como este acto en que damos inicio a las actividades en un nuevo edificio gracias a la donación de un agradecido egresado de esta Escuela y de la Institución. Ese es un motivo para celebrar.

Me parece a mí que las instituciones no son los edificios, las instituciones no son solamente su presente, las instituciones son las personas. Las personas vinculadas y comprometidas con la Institución es lo que ha hecho a la Universidad de Chile la gran Institución que es, aunque a muchos les duela, aunque a muchos les aprobleme, aunque a muchos les cause dificultades en sus propias proyecciones en aquellos negocios de la competencia. Para nosotros, la Institución se construye sobre la base del compromiso de las personas, de quienes estamos en la Institución, de quienes hemos estado en la Institución como estudiantes, como profesores o como funcionarios, porque la Institución es su memoria y el alma de la Institución es su compromiso con Chile. Ese compromiso con Chile es la esencia histórica de la Universidad de Chile sostenida por todos nosotros.

Es también un motivo de celebración el que estemos inaugurando un edificio cuyo propósito será la investigación. Es muy importante reseñarlo de esa manera. Las universidades no pueden ser solamente entidades docentes destinadas a fabricar recursos sobre la base de entregar conocimiento a los estudiantes de hoy. Las universidades deben ser por definición de su esencia, de su rol: creadoras de conocimientos, capaces de adelantar los problemas que se enfrentan en las distintas disciplinas; por lo tanto, la investigación es un elemento consustancial al desarrollo universitario. Entonces, hoy, cuando hay muchos edificios bonitos que tienen muchas salas de clases y parqueaderos amplios para los automóviles y los taxis en que van los profesores, es importante decir que aquí nosotros seguimos comprometiéndonos con la tarea más fundamental de una Universidad: la investigación. Esta Escuela de Odontología ha sido una gran institución. La gran institución formadora de odontólogos en Chile porque ha sido capaz de desarrollar a lo largo de su historia una investigación que sin su existencia no se habría nunca desarrollado y, probablemente, ni siquiera tampoco se habría nunca importado.

Por lo tanto, ratificamos con la inauguración de este edificio un compromiso esencial de la Universidad de Chile. Nosotros somos, por excelencia, la Institución de investigación y de creación de conocimiento para Chile. Con esto ratificamos esa historia, esa tradición, ese compromiso.

De manera que hay razones importantes para celebrar. Pero a ellas, sin lugar a dudas, cabe sólo agregar el agradecimiento nuestro a quien ha permitido que esto pueda concretarse. Pero no sólo por el acto de la donación que ha permitido edificar eso que está allá al lado y que pronto veremos, sino porque la edificación que él ha permitido es mucho más importante: ha permitido edificar o ha permitido re-edificar la voluntad de todos nosotros de seguir siendo fieles suscritos a la Universidad de Chile. Esa voluntad, que a veces se manifiesta tibiamente, que a veces nuestros propios egresados quizás desconocen, esa voluntad de pertenecer, esa voluntad de creer en la Institución, esa voluntad de confirmar el futuro para la Institución, me parece a mí que debe ser también agradecida.

Yo, a nombre de la Institución en este acto, y de la manera más solemne, agradezco al Prof. Colin esta oportunidad de repensar lo que todos nosotros significamos y la responsabilidad que todos nosotros tenemos con la Casa de Estudios que nos ha visto crecer y a la que le hemos dedicado esfuerzo, trabajo y amor. Pero tenemos también que dedicarle futuro, tenemos que dedicarle compromiso, tenemos que dedicarle el poder volcar con fuerza hacia los jóvenes chilenos esta Institución que ha sido y es la historia de Chile.

Muchas gracias Prof. Colin. Gracias por estar con nosotros, gracias por construir Universidad, gracias porque en este momento difícil usted ha hecho realzar de nuevo el espíritu voluntarioso de Bello, de Letelier, de Domeyko, de los grandes Rectores de la Universidad. Nos permite reconstruir y nos permite pensar de nuevo con gran ansia en el futuro.

Gracias a todos ustedes.

 

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Notas
1. Prof. Dr. Julio Ramírez.
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