Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Titulación de Egresados de Ingeniería Comercial.

(Transcripción) 

Ésta es una ceremonia muy solemne. Ocurre en este recinto que a lo largo de sus 132 años de vida edificada ha visto pasar por acá muchas graduaciones, muchos actos como éste, muchos que se marchan por esa puerta, con ese diploma y esa responsabilidad bajo el brazo. Han sido varios los Presidentes de la República que han estado acá sentados donde están ustedes, muchos Ministros de la Corte, Parlamentarios, Ministros de Estado, Embajadores, que han salido de estas aulas, han ocupado esos asientos, han dicho: "gracias", y se han comprometido, como lo hacen ustedes, a servir a Chile y a los ideales de esta Universidad.

Pero quizás, hay una diferencia que es importante resaltar entre aquellas viejas tradicionales graduaciones y las de hoy. Graduaciones que conservan toda su tradición, toda su trascendencia, todo su significado, pero que hoy adquieren también implicancias distintas. En el pasado era posible decirles a los recién titulados: "adiós", y no nos veremos nunca más. Se van de la Universidad, se van allá, a la vida, al trabajo, a la sociedad a entregar; y llegarán otros y serán generaciones que irán saliendo, pero que nunca estarán de vuelta. En la actualidad, esa lectura es muy distinta. Hoy enfrentamos el reto de la sociedad del conocimiento. Enfrentamos el reto de que Chile lo haga bien en su estrategia de internacionalización. Enfrentamos el reto de responder todos los días nuevas preguntas. No las del pasado, las preguntas para mañana, y en eso, evidentemente, hay un trabajo que tenemos todavía que desarrollar juntos.

La Universidad hoy, a diferencia de lo que muchos creen, no es un lugar donde se repite conocimiento almacenado en las bibliotecas; ni siquiera se repite conocimiento almacenado en la Internet. Una Universidad, de verdad, tiene que hacer investigación, creación, reflexión, propuestas nuevas que surgen de las ideas de sus académicos. Y esas preguntas, esas ideas nuevas, esas instancias para reflexionar, vienen precisamente de ustedes, que son nuestro cable a tierra. Son ustedes, quienes estarán hoy día en la empresa, en los servicios públicos, en el mundo, para decirnos: "aquí hay preguntas que no se han respondido, aquí hay preguntas que necesitan todavía enfrentarse". Esa relación hace que hoy la Universidad sea una comunidad mucho más grande que antes. Hoy el concepto de egresado es, en realidad, un concepto de alumno en una dimensión distinta: alumno que ha pasado barreras, que ya ha probado que cumple con los estándares, que se ha ejercitado en la profesión; pero, después de todo, alumno siempre de la Universidad. Un egresado, hoy, no es quien se marchó. Un egresado, hoy, es quien tiene un compromiso distinto del ser un estudiante regular de la Universidad, pero sí con el compromiso de estar volviendo a la Universidad con las preguntas que nosotros necesitamos saber para responder. Y, en ese sentido, creo que ustedes se llevan responsabilidades importantes. Nosotros, desde luego, mantendremos la nuestra que es la de seguir construyendo una Universidad sólida, una Universidad líder. Vamos a seguir manteniendo a la Universidad de Chile como la primera. Vamos a seguir proyectando a la Universidad de Chile hacia el resto del mundo. Vamos a seguir siendo de las primeras universidades latinoamericanas. Vamos a seguir siendo la Universidad que reconoce Europa, que reconoce el mundo, Asia Pacífico, que reconoce los Estados Unidos como "la" Universidad, con el nivel, con el estándar, con la competencia, con la calidad que hoy el mundo, el mundo del conocimiento, requiere.

Pero así, también ustedes llevan responsabilidades. Y la primera, quizás la más importante, es mostrar la competencia que ustedes deben tener como profesionales. Eso es número uno, eso es esencial, eso es vital para nosotros y para ustedes. Nosotros no formamos, y lo digo siempre, gente para el montón. Nosotros seleccionamos a los mejores porque preparamos líderes, preparamos los mejores, preparamos los que van a ser seguidos por sus ideas, por su competencia, por su capacidad, por su entrega, por su profesionalismo y, por tanto, exigimos de ustedes eso. Ustedes tienen ahora los instrumentos que todos estos señores y señoras que están acá se han sacrificado tanto para entregarles, para promoverlos, para que creen raíces en ustedes, para hacerlos mejores, y demandamos que sean los mejores. Solamente el otro día, en un periódico de Santiago, en una reunión en La Moneda, cuatro personas se congratulaban por el éxito de la firma del Tratado de Libre Comercio: el Presidente de la República, la Ministra de Relaciones Exteriores, el Ministro de Hacienda y el Director de la Dirección Económica de la Cancillería. Los cuatro: egresados de "la Chile". Y dos de ellos, egresados de esta Facultad (1).

Nosotros exigimos de ustedes que también estén en esas fotos en el futuro. Que estén en la foto donde están los mejores, los líderes, los que conducen, los que crean, los que nos hacen a nosotros -los que ya estamos aquí, más viejos y más sensibles- llenarnos de orgullo.

También, les exigimos una segunda cosa que es vital e importante. Entendemos, y ustedes mejores que nadie, Ingenieros Comerciales, entienden, que cuando uno sale de aquí con un título, evidentemente que tiene que captar el retorno de la inversión que ha hecho, es indiscutible. Pero asimismo, como parte de ese retorno y como parte de la responsabilidad que se llevan, no se olviden que un factor decisivo, que un sello distintivo de "la Chile", es que tenemos una vocación de servicio público. Tenemos que tener una vocación de servicio a los demás, porque aquí no preparamos máquinas, sino que personas. Y nosotros nos preocupamos, con mucha sinceridad y profundidad, de proyectar allá afuera seres humanos, personas que sean eficientes, capaces, comprometidas, profesionales, pero que también tengan ese toque importante de solidaridad y de humanismo que en nuestra sociedad hace tanta falta como maximizar alguna función.

Y finalmente, se llevan una responsabilidad que es ineludible: esta Casa es la marca de fábrica de ustedes, eso no se borra nunca más. El apellido, "es de la Chile", quedó para ustedes por siempre. Son todos hijos de esta Casa como todos nosotros. Y por lo tanto, uno aquí, que ha aprendido a quererla, que ha aprendido a admirarla, que ha aprendido a construirla y ha aprendido que es un proceso permanente, uno tiene el deber de defenderla y proyectarla, y la manera de hacerlo, es ser los mejores y las mejores personas.

Por eso, cuando ustedes ahora se van, en realidad no se van. En realidad, llevan algunas tareas allá afuera, cambian su rol con nosotros, cambian su sentido de dependencia. También nuestro sentido de responsabilidades con ustedes cambia, pero no desaparece ni desaparecerá nunca, porque un egresado de "la Chile" lleva el azul de "la Chile" aquí adentro y lleva el norte de Chile en su frente.

Ustedes, que tengan toda la suerte del mundo. Que les vaya siempre lo mejor posible. Y no se olviden, ésta es su Casa. Nosotros nos debemos a ustedes y ustedes a ella. Y así, ustedes y nosotros, como siempre, tantos años, 160 ya, estaremos ayudando a construir el país que queremos.

Muchas gracias y mucha suerte.

 

____________

Notas
1. Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas.
volver
Compartir:
https://uchile.cl/u5897
Copiar