Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile en Ceremonia de entrega de la Medalla Rectoral al Honorable Senador Don Gabriel Valdés S.

(Transcripción)

Yo quiero agradecerles que nos hayan acompañado esta tarde. Este es un acto en el que la Universidad le ha querido dar reconocimiento a quien ha sido un paladín en defender el desarrollo del arte y la cultura. Gabriel Valdés ha sido insistente, con mayor o menor éxito, pero ha sido insistente en que no hay desarrollo en su sentido más profundo sino existe esta protección a los valores esenciales y que tienen que ver con el humanismo que esta Universidad tanto propicia. El fundamento de esta distinción que hemos querido entregarle es porque Gabriel Valdés a defendido algo que esta Universidad ha defendido durante toda su historia. Son los valores del humanismo, la persona es el fin de las cosas y no el medio y Gabriel Valdés con su defensa y su trabajo fecundo en arte y cultura para defender las expresiones distintas y diversas, para promover su mejor financiamiento, ha sido en definitiva también; un defensor de un principio que es muy caro para esta Universidad. Gabriel Valdés no es hijo de esta Universidad, nadie es perfecto, pero es igualmente desde hoy día un hijo de la Institución porque le hemos reconocido por el aporte y por la defensa que ha hecho de valores que son tan importantes para nosotros, y claro, como él muy bien lo ha señalado, hoy día vivimos en Chile una situación tan contradictoria de un país que ha tenido éxitos materiales que esperamos que se renueven y que se refuercen, pero que ha retrocedido en aquellos valores que son tan fundamentales para que ese éxito material efectivamente nos permita construir una sociedad más humana. Hoy día, cuando se nos dice: "háganlo, pero vea como lo autofinancia", evidentemente que los parientes pobres son las humanidades y las artes. Nosotros hemos insistido en que es necesario tener mecanismos distintos para financiar las ciencias y las tecnologías de aquello que se necesita para financiar el desarrollo de las artes, las humanidades y las ciencias sociales. Para esta Universidad su desarrollo equilibrado debe precisamente consistir en proteger a unos y otros. Esta Universidad puede hacerlo muy bien con sus indicadores de investigación, con sus indicadores en materias de Doctorados, muy bien en su progreso en términos de su vinculación con la empresa en los temas tecnológicos. ¿Pero que sería de esta Universidad si tuviésemos que declarar redundante a la Orquesta Sinfónica, inútil al Teatro Nacional o cosa del pasado al Ballet Nacional? Una contribución fundamental de esta Universidad al progreso del país ha sido el aporte de estas manifestaciones al desarrollo y formación integral de nuestros jóvenes y al llevar la cultura a la gente. La Orquesta Sinfónica no es la Orquesta Sinfónica de la Región Metropolitana, es la Orquesta Sinfónica de Chile, y nuestro Teatro, es el Nacional Chileno, así como también el Ballet. Lo que queremos es que estas expresiones lleguen a Chile, que lleguen a toda la gente sin necesidad de que se nos pregunte cuan eficientes son, cuando pudiera tenerse probablemente en opinión de muchos Orquesta Sinfónica de 20 músicos y no de 100.

Hoy día aquí hay un tema central en el país, que tiene que ver, qué es lo que entendemos efectivamente por eficiencia. Si son solamente los parámetros estadísticos, si son solamente esos números a los que nos hemos acostumbrado, o también tiene que ver con eficiencia, aquello que Gabriel Valdés a defendido tanto, que son estas manifestaciones de cuanta gente va y siente emoción con un concierto, de cuántos van y aprenden con nuestro Teatro, de cuántos se sientan a ver nuestro Ballet y empiezan a comprender la vida en una dimensión distinta. Eso también debe incorporarse en lo que se entiende comúnmente por eficiencia y no solamente los números, a los cuales no les tememos, pero que deben ser complementados con cosas que son distintas precisamente al entendimiento estrecho de lo que es el progreso material.

Señor Senador, es cierto que hemos tenido muchas veces diferencias, pero son diferencias que han construido en definitiva un gran entendimiento de lo que hay que hacer para Chile. Nosotros hemos defendido con mucha fuerza la necesidad de que esta Universidad tenga un financiamiento acorde con su rol nacional y público, y lo seguiremos defendiendo así, pero esa no es una defensa de una Universidad para esta región ni para ninguna en específica. Esta es la Universidad de Chile, la que siempre le ha dado una acogida como en su casa, la que siempre lo recibirá a usted como a un hijo, y la que le entrega este reconocimiento con el cariño que se debe a quien precisamente se ha constituido en un instrumento importante para que el desarrollo de Chile sea eso, un desarrollo para todos. Gracias señor Senador por aceptar esta distinción que con tanto cariño le entregamos. Esta Universidad siempre ha tenido en usted un amigo, que como los buenos amigos se discute y se tiene diferencias, pero también un amigo que al final del día se pone junto a uno, como usted lo ha hecho, para defender precisamente lo que es importante para Chile y, por lo tanto, también importante para esta Universidad de Chile.

Muchas gracias a todos ustedes por estar acá esta noche.

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