Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de entrega del Premio Amanda Labarca 2000, a la Prof. María Teresa Ruiz.

(Transcripción)

Quiero que mis palabras sean fundamentalmente para expresar la alegría de la Corporación por esta distinción tan merecida a María Teresa Ruiz. María Teresa Ruiz es una de las académicas más destacada de esta Universidad, qué duda cabe, no resistió la tentación de darnos una clase tan maravillosa como la que le hemos escuchado anteriormente y que nos descubre ese infinito de conocimiento y esa pequeñez que uno empieza a sentir respecto a la inmensidad que ella describe con tanta simpleza y con una maravillosa didáctica. Creo que María Teresa ha hecho un aporte importante, reconocido nacional e internacionalmente. Quiero también decirle que ella representa muy bien la calidad de nuestros astrónomos de la Universidad de Chile, por quienes yo tengo el mayor de los respetos; luego, además, de haber asistido hace una semana atrás a la inauguración del nuevo telescopio en Las Campanas, y conversando con muchos astrónomos presidentes de universidades de todas partes del mundo, manifestaron el profundo conocimiento y el profundo respeto por los astrónomos chilenos, entre ellos, naturalmente, María Teresa.

Aquí hay un capital importante que sería tan bueno que el país reconozca, sobre todo cuando se dice que ésta es una Universidad más y todavía de la Región Metropolitana. Aquí nos han mostrado que estamos todavía pensando un poco más allá de la Región Metropolitana, y sería tan bueno que la política pública defina claramente reglas que permitan distinguir universidades de otras entidades que muy respetablemente realizan un trabajo distinto. Este es un trabajo importante como el que realizamos en tantas otras disciplinas pero que no siempre es adecuadamente reconocido a través de una política pública definida.

María Teresa Ruiz es además un gran ser humano, dotada de una extraordinaria sensibilidad; quienes la hemos visto actuar en otros campos, no sólo el estrictamente académico, no podemos dejar de tener por ella el mayor de los respetos por su sensibilidad como persona, por ese enorme humanismo que despliega en las cosas que hace y, por supuesto, por ser además de todo el tiempo que dedica a las estrellas, de todo el tiempo que dedica a sus viajes al norte o fuera del país, ser una excelente madre y una excelente esposa.

Y finalmente, porque creo también que María Teresa Ruiz es una gran mujer y aquí esto ratifica que esta medalla, esta distinción, no se da a las mujeres solamente porque sea una manera de conformarlas en un ambiente en que en realidad existe todavía una gran disparidad entre las oportunidades que tienen las mujeres universitarias respecto a los hombres universitarios. Eso existe y es una realidad, pero aquí no la estamos reconociendo por eso, la estamos reconociendo por su aporte que es independiente del género, es su aporte puro, es su aporte académico, es su aporte profundo a la creación y diseminación de conocimiento como le corresponde a un académico de la Universidad de Chile.

María Teresa Ruiz es una hija de la educación pública, educada en el viejo liceo público y en la Universidad de Chile. Yo creo que doña Amanda debe estar muy contenta de que una de las integrantes de su cofradía sea también una hija de la educación pública y que, por lo tanto, tenga esa sensibilidad y ese compromiso. Nosotros debemos procurar imitarla para poder tener muchas más "Amandas" y más "Amandos", que sean capaces de reproducir esa gran fuerza que ella imprimió a todo su trabajo universitario.

Felicidades María Teresa, es un premio tremendamente merecido y naturalmente felicidades a nuestra Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y a nuestro Departamento de Astronomía, porque esta es una distinción que también largamente se merecen por el trabajo que ellos realizan.

Buenas tardes.

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