Discurso del Rector, Prof. Luis A. Riveros, en el acto de Inauguración de la nueva sede de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).
La Fech ha vuelto a la Alameda, y creo que esa es una buena noticia cuando precisamente a comienzos de siglo la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile fue colocada en la Alameda y simboliza algo especial para nuestra Universidad, para la ciudad de Santiago y por supuesto para Chile. Los estudiantes son una fuerza que compromete a lo que debe hacer la Universidad para cumplir con su rol Nacional, su rol Público como Universidad Estatal. Los estudiantes han sido tradicionalmente la fuerza que ha empujado a la Universidad a asumir su responsabilidad, no como una fábrica de profesionales sino como un centro de reflexión de nuestros problemas, no como una entidad productora de utilidades sino como un centro en que se investiga y se propone para Chile. La Universidad ha estado siempre en la historia de este siglo, ligada a la Federación de Estudiantes, pero también es importante reconocer que la Federación ha ocupado un lugar muy importante en la historia nacional. Cuando uno revisa la historia del siglo XX, la Fech no ocupa lugares menores en las evoluciones, en los desarrollos más importantes de nuestra centuaria. La Fech nace en 1907, precisamente cuando en la ciudad de Santiago hay grandes manifestaciones y movimientos sociales producto de graves problemas económicos estructurales, cuando los debates se dan en torno a la vivienda obrera, cuando en el norte de Chile ocurre la masacre de la escuela Santa María de Iquique y cuando más tarde Chile empieza a sufrir un grave deterioro de la industria salitrera y Santiago se ve inundada por albergues miserables para los cesantes del norte y, es la Fech en los años 20, la que irrumpe con su protesta social, levanta este hecho y lo pone en las agendas. Así la Fech fue también un movimiento impulsor, un actor importante dentro del Frente Popular y la generación de un movimiento nuevo que supo dar educación a Chile y que imaginó construir una industria para el país. La Fech estuvo comprometida en los cambios importantes que se empezaron a generar a partir de la segunda mitad de los años 60 y por supuesto a comienzo de los 70 y para qué decir en la época en que había que restaurar en Chile, valores tan fundamentales como la Democracia y la credibilidad de las personas y de la Universidad, en lo que la Fech ocupó un sitial de vanguardia. La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile ha sido un elemento importantísimo en el devenir histórico de este siglo, un actor central en lo que ha ocurrido y creo que no podemos olvidar hoy día, quienes tuvimos la oportunidad de vivir épocas hermosas de estudiante en la añorada sede frente a la Biblioteca Nacional, no olvidamos al viejo y querido Mamerto, el mayordomo abnegado que estaba dispuesto a trasnochar esperando el término de las reuniones y a los más amigos proveerles café, y era la Fech, en que las grandes discusiones que allí había, eran políticas y muchos calificarían como enfrentamientos, pero en ella había grupos de estudiantes de distintas sensibilidades que podían compartir, que podían creer y soñar juntos independientemente sus diferentes vertientes. Creo que ha sido importante nuestra Fech en estos días, que ha ido rescatando con fuerza y poco a poco esa tradición de una productora de ideales, de una Federación constructora de sueños y esperanzas, de una agrupación de estudiantes que va mucho más allá de los problemas cotidianos y quizás de las dificultades pequeñas de la Institución, se proyecta a los temas de país y nos ayuda a pensar, nos empuja a soñar y los que creemos en esto señalamos que los estudiantes efectivamente son un aire fresco para poder adoptar mejores políticas en los compromisos que la Universidad tiene y debe asumir. La Universidad de Chile ha vivido años difíciles y no se recupera de una historia todavía dolorosa, una Universidad que necesita reuperar su rol Nacional, su papel relevante como un centro de reflexión y de propuestas, como un lugar de excelencia académica, que necesita de una política de Educación Superior distinta, de mecanismos de financiamiento diferentes, de definiciones fundamentales que el país debe adoptar y sobre los cuales estamos haciendo propuestas, pero queremos que exista y fomentamos ese debate. Nos dicen que el próximo gobierno será el gobierno de la Educación Superior, queremos que esa afirmación se transforme efectivamente en propuestas que podamos discutir respecto de la Enseñanza Superior, propuestas que van mucho más allá de los problemas presupuestarios o de las cuestiones organizativas, una propuesta que entienda a las Universidades como centros de formación integrales y que entienda a las Universidades Públicas como la Universidad de Chile, como una institución que es más que una fábrica de profesionales.
Creo que hay importantes desafíos y que eso simboliza el hecho que el próximo siglo se inicie con la Fech en la Alameda. Son grandes tareas para construir mejor Universidad, enfrentamos tantos desafíos, hemos perdido tanto tiempo, hemos dejado atrás tantas cosas, hemos sufrido tanto como institución, y creo que ya es tiempo que empecemos a considerarnos cada vez más como una comunidad capaz de construir su propio futuro con fuerza, con decisión, con capacidad de soñar y de imaginar y por eso necesitamos a los estudiantes. Cuando el presidente de la Fech nos propuso esta idea de venirse aquí a la Alameda, nosotros aceptamos con entusiasmo la idea, porque es muy importante que los estudiantes sean nuestros aliados, para ser Universidad. Podemos y vamos a discrepar muchas veces porque es natural y lógico. Somos una Universidad que está hecha para eso, pero en la esencia, en lo fundamental, en lo más profundo, compartimos la idea de un proyecto que esta Universidad sea como se ha dicho, una Universidad que está para servir los intereses de Chile y de su pueblo y también sea consecuente con el principio que inspirara al rector, profesor Valentín Letelier "Gobernar en Educar" y es en esa responsabilidad, en esa convicción sobre la cual tanto tenemos que conversar, que dialogar, y para lo cual además estamos creando las instancias participativas, para que esto no sea sólo una cuestión declaratoria, para que tengamos la oportunidad de sentarnos y decidir cómo vamos a hacer todo esto y cómo vamos a garantizar esa Universidad, constructora de ideas para el país, en consecuencia con nuestra tradición, para todo eso necesitamos a los estudiantes y que los estudiantes estén en la Alameda, nuevamente, nos provean de ilusiones, de empuje, de ganas de hacer cosas, porque nosotros ya estamos saliendo de la chanca y muchos tendrán que ingresar a ella, pero queremos salir por lo menos con el orgullo de legarle a la generación que viene una gran Universidad de Chile.