Palabras del Rector de la Universidad de Chile, Profesor Luis A. Riveros Cornejo, con motivo de la Inauguración del XXII Taller de Ingeniería de Sistemas.

Desde hace 22 años, nuestro Departamento de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas lleva a cabo este Taller de Ingeniería de Sistemas. Una historia que es de destacar no solo por lo significativo que es el hecho en sí mismo, considerando que en nuestro país estos eventos académicos tienen usualmente una vida relativamente corta, sino por lo que ha significado como una importante instancia de conexión entre Universidad y empresa. Su larga historia muestra que ha creado el necesario soporte institucional, y que la inspiración de los iniciadores ha continuado siendo bien protegida, como corresponde a un centro académico de nivel. Los primeros pasos fueron seguramente cautelosos, pero ciertamente inspirados en un modelo de colaboración con el sector productivo que fue en su época, simplemente innovativo, y por lo mismo constructor de una vocación orientada a ligar investigación y actividad empresarial, utilizando ese eje como una efectiva herramienta de desarrollo en lo formativo y en la propia investigación académica, que se fue haciendo de esa manera algo mucho más conectado con las necesidades de la empresa y la actividad productiva.

Años difíciles los de la partida. Una Universidad creciente dislocación, con serios problemas en relación al ejercicio de su misión. Un sector productivo con todavía pocas oportunidades de desempeño más dinámico, al estar saliendo de un severo plan de estabilización combinado con un ajuste estructural cuyas dimensiones efectivas levantaban crecientes dudas. En ese panorama surgió la actividad de un grupo de académicos que logró soñar con días mejores en ambos mundos. Soñó con una Universidad de Chile que volvía a cumplir el rol tradicional que visionariamente pensaron sus fundadores, para que en ella se desarrollaran las iniciativas atrevidas que permitieran que la Universidad colaborara activamente con su entorno. Soñaron con una Universidad efectivamente nacional, preocupada de los temas de país que en el ámbito productivo y empresarial eran crecientemente decisivos para asegurar un mejor destino material. Soñaron también con una excelencia académica que se fortalecía por medio del contacto activo con el entorno, y que así permitiría abrir oportunidades a tantos estudiantes de pre y posgrado, como a nuestros académicos jóvenes.

La creciente receptividad que fue logrando nuestro Taller en el sector privado tanto como en el público, en el ámbito empresarial, y en la capacidad de atraer a las más significativas figuras nacionales en los campos temáticos que postulara en cada ocasión, ayudó a construir un prestigio buen ganado. Hoy día, celebrando el último Taller de este siglo, las preguntas que aquí se desarrollan plantean nada menos que el lanzamiento de la empresa hacia el próximo milenio. "Gestionando el Nuevo Siglo" no es solo un buen nombre para una reunión de cuatro días, sino que la traducción de un ideal que se basa en la historia reciente de aporte de este Taller al desarrollo empresarial. Hoy en día, cuando el manejo de la tecnología de la información, y la gestión del recurso humano son dos elementos cruciales para el desenvolvimiento de la empresa el Taller de Ingeniería de Sistemas abre un abanico de preguntas y de temas n ese ámbito que permiten avizorar las temáticas y aventurar respuestas. La búsqueda está a cargo de los mejores profesionales y académicos, y ciertamente lanzara una serie de resultados que podrán apreciarse solamente en el curso del tiempo.

La mezcla de excelencia académica y Universidad Nacional son dos pilares del desarrollo que avizoramos para la Universidad de Chile. Una, es la característica que debemos proteger en orden a garantizar efectivamente nuestro mejor trabajo académico, con los mejores posibles, y produciendo los más destacados profesionales y posgraduados. Por otro lado, atendiendo las preguntas que son prioritarias para el país como un conjunto, que escapan al a veces estrecho marco de las utilidades financieras, pero que corresponden estrictamente a la rentabilidad social que nuestra Institución debe privilegiar en su actividad. Chile necesita a una Universidad de Chile no solo por una tradición, que en el caso de este Taller queda patentemente demostrada, sino también por la calidad de un trabajo que gira en torno a preguntas pertinentes que son prioridad para un país que busca mejor destino.

Las deliberaciones que tendrán lugar aquí serán de extrema relevancia para los problemas que se enfrentan hoy día en término de los planes de desarrollo estratégico y de la inversión de las instituciones y las empresas. El ritmo frenético del cambio tecnológico, el cada vez más complejo mundo de las decisiones en el área de los recursos humanos, la amplia de problemas de gestión financiera y del mercadea, y en fin tantos otros, constituyen desafíos en un mundo que se globaliza crecientemente, y en que la competencia y el concepto de mercado adquieren dimensiones geográficas y culturales impensadas. Tenemos que prepararnos para dar un salto productivo y en modernización que es indispensable para sostener tasas de crecimiento y de mejoría en la productividad compatibles con nuestro sueño de alcanzar el piso del mundo industrial en dos décadas. Creo que este Taller está haciendo su aporte para pensar estos temas al nivel que corresponde, para obtener visión de futuro y así atacar en los problemas conceptuales y procedimentales más relevantes.

Quiero felicitar a la Facultad y al Departamento por este nuevo logro. Así hacemos verdadera Universidad, con compromiso, convicción y calidad. A todos ustedes señoras y señores, a los participantes, a los relatores y a todos quienes nos han distinguido con su auspicio y su participación de cualquier manera, mis gracias a nombre de la Universidad de Chile y del esfuerzo que aquí y en tantas partes hacemos para seguir relevantes y pensantes para Chile.

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