La invención de la leche: Arqueología de una fragilidad

La invención de la leche: Arqueología de una fragilidad
Dr. Yuri Carvajal, académico Escuela de Salud Pública.
Dr. Yuri Carvajal, académico Escuela de Salud Pública.

El Ciudadano, 21 de diciembre de 2014

1 INVENCIÓN DE UN PAISAJE

Es aconsejable que el lector se dirija hasta la calle Salas Errázuriz, dejando a su espalda Conferencia, con todo el horror que eso implica. A su izquierda verá tres chimeneas ligeras y enormes. Dos metálicas y la otra de cemento, con su remate roto. Al llegar a Exposición, le sugerimos que rote en sentido anti horario y camine por la fachada de esta maestranza de noche, admire la insoportable levedad de los faroles colgantes, sostenidos por una armazón de fierro y luego, tenga un encuentro fenomenológico con la fachada, en el ocultamiento provisto por una arboleda canosa y despeinada. Vuelva su mirada al norte y husmee en el pasaje poblacional.

Si lo propuesto no le acomoda, entonces recurra a Google maps y usando el homúnculo del extremo superior izquierdo, navegue simplemente.

Si tampoco esto le complace, pues recurra a las imágenes que se adjuntan.

No hay nada de qué preocuparse. Mi invitación sólo pretendía recorrer la superficie de esta invención, que como animal pre diluviano herido, jadeando sin avergonzarse de su anatomía, escamas y espinas, sobrevive en nuestros días merced a una fisiología, que podría ser tanto posmoderna como poiquiloterma.

No más que un intento por desfragmentar las preguntas que produjeron esta bio-arquitectura, y tanteando sus glándulas, por sobre todo otro propósito, sugerir cuál habría sido su gruñido frente a los arponeos de biopolíticos y foucaultianos, antes de volverse una especie extinta.

2 “UN LÍQUIDO TAN FRÁGIL”

2.1 STASSANIZACIÓN

La fábrica central de leche, hoy reencarnada como Liceo Industrial de la Construcción “Héctor Bezanilla Salinas”, fue una respuesta pausterizadora e industrializante, al recién nacido “problema de la leche”.

Esas chimeneas animaron la estassanización que, entre 1935 y 1960, hacía posible un consumo masivo de leche segura entre los habitantes de la ciudad de Santiago. El sistema, ideado en el Instituto Pasteur en 1927 por Enrico Stassano, consistía en el paso de agua calentada a 77 C por fuera de un cilindro, en el cual se movía a contracorriente la leche. Llevada a 75 y a una presión de dos atmósferas, las bacterias eran sometidas a una política de exterminio casi total. La aniquilación se encontraba amparada por la ley N 4869 Sobre Pasteurización obligatoria aprobada en 1930. Aunque su entrada en vigencia debió ser negociada, hasta hacerse efectiva en Noviembre de 1937, 5 años después de lo presupuestado.

Toda una tecnología de gobierno para producir una leche homogénea, limpia, estable y al pie del consumidor. Mas que una biopolítica, un esfuerzo por producir un objeto sin vida, con dinámicas laminares de sus flujos, aséptica y estéril, sin signos de la animalidad vacuna, conteniendo su liquidez en botellas de vidrio, con el logo oficial de la industria y una re-organización de sus componentes según las recomendaciones nutricionales.

Normalización, estabilización, estandarización, estassanización.

Política económica liberal y proteccionista que el 26 de junio de 1937, constituyó la sociedad anónima “Central de Leche Santiago”, con cien mil acciones de la Caja del Seguro Obligatorio y doscientas en manos de otros diez socios: Gregorio Amunátegui Solar, Victor Celis Maturana (1), Luis Quezada, Guillermo Noguera Prieto (2), Joaquín Echeñique Letelier (3), Hernán Edwards Sutil (4), Alfredo Santa María (5), Fernando Errázuriz Lastarria, Carlos Morel Hesketh y Miguel Ruiseñor Rodrigo. Y que simétricamente, provocó la centralización de los productores en la Cooperativa Agrícola Lechera Santiago Ltda., ese mismo 1935.

Administración de los espacios no sólo industriales, si no de las habitaciones obreras:

Con el ánimo de mejorar las cualidades físicas de la planta y las de sus obreros, fue la Caja del Seguro Obrero Obligatorio la que tuvo a cargo la construcción de la Población Central de Leche asociada a la Fábrica a partir de 1938. Como resultado, se construyen dos manzanas al norte de la fábrica con tipos edificatorios diferentes: bloques de departamentos de tres pisos, por un lado, y casas en hilera de dos, por otro.

Nicolás Carmona cuenta que si “la década de 1940 fue, sin duda, un periodo de apogeo para la Central de Leche”, en 1948 los problemas empiezan a notarse. Su denunciante sistemático, la Cooperativa Agrícola Lechera se transformó en Sociedad de Productores de Leche(SOPROLE) y en 1951 inauguraron una planta pasteurizadora propia. Las inversiones de la Fábrica Central de Leche desplegadas ante una perspectiva de expansión, contrastan con la reducción creciente de la leche recibida. La constitución en 1952 del SNS limita su autonomía y lastra con nuevas dificultades financieras a la Central, que culminan por colapsarla: “Según consta de la escritura pública otorgada el 11 de Agosto de 1960, ante el notario de Santiago, el 11 de agosto de 1960 la Sociedad Anónima, don Renato Gazmuri Gomez, suplente del titular don Jaime García Plazuelo, la Sociedad Anónima denominada “Central de Leche Chile S.A” acordó su disolución anticipada en Junta General Extraordinaria de Accionistas, celebrada el 31 de Mayo de 1960”.

2.2 DELICADA Y FRÁGIL

Carlos Porcher en 1929 califica la galactorrea de las vacas con especial terneza: “… esta materia prima tan delicada que es la leche … hasta qué punto es frágil la leche” en charla de 1928. Su propuesta de creación de un Instituto de la Leche, es parte de la Reforma de la Enseñanza Agrícola del gobierno de Ibáñez. En la presentación que le hace Alvaro Blanco, traza el problema y su solución: “La Ciencia y la Técnica habíanse mostrado incapaces de penetrar el ambiente rural; rústico, duro, reacio de suyo … Y se recordó que la agricultura moderna, esencialmente evolutiva, tiene sólo una senda: la Ciencia; sólo un medio, la Técnica: una finalidad, la Riqueza y el Bienestar social …” Porcher ”contratado al servicio de nuestro país, viene él pletórico de cariño por esta tierra y ansioso de prestar su concurso al progreso de nuestra Enseñanza Agronómica”.

El énfasis de Porcher en la inestabilidad de la leche, quiere dar cuenta de la multitud de involucrados en su adecuada producción y del cuidado en los detalles: la enumeración considera al productor, agrónomo, industrial lechero, transformador, químico, bacteriólogo, veterinario, médico,las personas que se dedican a las obras de la infancia, hombre público, consumidor: “Tenía pues, razón, hace un momento, cuando decía que el problema de la leche interesaba a todo el mundo”.

La delicadez de la leche exige para Porcher un cuidado especial de las tecnologías del cuerpo: “Queremos preparar obreros atentos y cuidadosos, que comprendan bien el trabajo, que puedan explicarse todos los movimientos que hacen y que en estas condiciones no son ya más simples empíricos”. Pero estas técnicas, no serán suficiente. Las infecciones asociadas a las mammites, requieren además: “un verdadera policía sanitaria que se aplique a ella”.

2.3 DE LA CUESTIÓN SOCIAL A LA PASTEURIZACIÓN

La Fábrica de Leche Santiago, devenida Chile en febrero de 1941, con Allende como Ministro de Salubridad, no es el único litigante en el debate sobre la pasteurización. El tránsito del epónimo capitalino al nacional, más que significar la distribución a lo largo de la república, de su producto, implicaba el monopsonio sobre la leche y el monopolio de la pasteurización.
Durante la primera mitad del siglo XX, la leche de vaca ha pasado a ubicarse en el centro de lo que antes era la cuestión social y la vitalidad de la raza. Mientras en las Gotas de Leche se consideraba “La alimentación natural, que es la única que debe usarse por los menos hasta que el niño tenga 9 meses”, en los años 30 nos encontramos ubicados en el problema más general de la alimentación, condensando y multiplicando oposiciones. La leche ha tomado un lugar jerárquico como representante de los alimentos y una peculiar taxonomía de los nutrientes la ha puesto a la cabeza de la monarquía republicana de lo que comemos: “La leche figura entre los alimentos en déficit en primer lugar y a gran distancia de los otros, por lo cual la mayor parte del esfuerzo financiero y administrativo en favor de la alimentación debe dedicarse a ella” comenta Mardones y Cox en 1942. Es el indiscutible delegado de vitaminas, proteínas, grasas y calorías y el punto crucial en que se juega el destino del pueblo: “podemos decir que de la cantidad de leche de que disponga el organismo en crecimiento dependerá la futura constitución del adulto y por consiguiente del pueblo entero”. Allende a su vez comenta en 1939 que “la leche constituye el más importante de todos los alimentos protectores”.

No quiero hablar aquí de lo que la leche representa como alimento ideal para una multitud de funciones y de cómo, a través de su consumo creciente, los grandes países civilizados han construido la fortaleza de sus hombres.

Si a los niños chilenos sucediera algún día la desgracia de que, por nuestra desidida, llegara a no gustarles la leche, deberíamos inventar los medios para hacerles recuperar este justo y constructor apetito decía el médico Cruz-Coke en 1946.

Schwarzenberg y Steeger por su parte enfatizan: “Tendremos que concluir que en la leche encontramos un alimento precioso, casi irremplazable para la infancia”. De alguna manera, el problema organizado como “cuestión social” en torno a la población en Murillo (1896) y Orrego Luco (1961), de raza, alcoholismo, higiene y salario, ahora se ha vuelto un problema de calcio y fósforo, de albúminas y grasa, de bacilos. Pero también, y esto es lo que resulta importante destacar, un problema agronómico, comercial y económico.

Convocados en 1942 por la Sociedad Chilena de pediatría, el jueves 10 de septiembre, los relatores Scroggie y Schwarzenberg debaten. Scroggie dice que “El problema de la leche no puede ser abordado por especialistas en niños, sino que desde un punto, el médico-social”. Schwarzenberg y Steeger, replican: “De ahí que para llegar a la finalidad que nos preocupa, a más de lo que pueda interesar al médico sociólogo, que se fundamenten y formulen ciertos principios agronómicos, comerciales y económicos”.

Scroggie califica la producción nacional de “exigua… Ahora si aplicamos las resoluciones del Comité de la Liga de las Naciones en que hasta el menor de 15 años debía ingerir 1/2 litro de leche al día, tenemos un déficit en la alimentación en base de leche”. Lo que vale para el niño desde el punto de vista de su crecimiento y desarrollo, puede valorarse también para el adulto, considerando la necesidad de mantener las funciones normales de los tejidos del organismo a esa edad, en que el trabajo físico y psíquico aumenta sus consumos y por ende, sus exigencias”. Citan luego un informe del Comité de expertos de la Sociedad de las Naciones, evaluando la entrega de un vaso de leche entre el desayuno y el almuerzo o repartido en dos raciones: “Parece que en todas partes la salud y el rendimiento de los obreros ha mejorado; las ausencias por razones de enfermedad han disminuido sensiblemente y los obreros mismos se han declarado todos muy satisfechos de la medida”.

Este acuerdo básico, da paso a una oposición categórica en cuanto a la economía de la leche. Landa en 1939 se mostró un defensor de la pasteurización y sus logros: “organismos políticos para que ejerciten sus influencias en el sentido de abolir la Ley de pasteurización, que es y será siempre una seguridad para la salud pública, dada la organización de nuestra producción lechera actual’. En la sesión de 1942 la crítica es de ambos relatores. Scroggie como Schwarzenberg y Steeger, son escépticos de los resultados de la pasteurización. Para ellos la persistencia de enfermedades entéricas en el verano, es un signo del fracaso de la pasteurización. Cuestionan abiertamente el monopolio de la Central, insistiendo en la necesidad de mejorar los precios de la leche, multiplicar el de los productores pequeños, “la eliminación completa del Estado de toda concomitancia en la explotación de la industria lechera y Supresión lo más rápidamente que fuera posible, del monopolio … revisión de la Ley de Pasteurización”. Scroggie valora las leches condensadas y desecadas: “la alimentación a base de leches en conserva, constituye en el medio proletario la salud y la vida del niño la pasteurización debe quedar sólo reservada a leches de óptima calidad y que por su alto precio sirva sólo para el consumo de la gente adinerada”. Mardones en 1941 se sitúa a media distancia: ‘La planta del Seguro Obrero –la central “Santiago”– ha pasteurizado la mayor cuota de la leche de consumo de la capital. Sin embargo, considerada como una inversión industrial, esta planta ha irrogado en sus balances cuantiosas pérdidas a la Caja del Seguro. Como negociacion se ha encontrado siempre en una situación difícil entre los productores y el público consumidor, debido principalmente al problema de los excedentes de leche con respecto a las colocaciones y a la competencia de las pequeñas plantas particulares que más fácilmente pueden hacerse de una clientela segura”.

En 1912 en Nueva York, Milton Rosenau había propuesto la pasteurización como solución a The Milk Question. Sin tardanza en Chile ha emergido en pocos años nuestro problema de la leche. Déficit de producción y falta de consumo, ausencia de demanda y oferta, dos negatividades simétricas, que al ser sumadas y vueltas del revés, trazan la verdad positiva y problemática de la leche.

3 NÚMEROS ARGUMENTANTES

La leche ha logrado situarse en lugar de privilegio, gracias a unas operaciones que también echan mano de una buena cantidad de números. Algunos de ellos, toman especial valor . Cincuenta litros año por habitante y medio litro de leche, constituyen una especie de números argumentantes, pues su sola mención refiere sin citación explícita, a una secuencia de argumentos, que por supuesto se dan ya resueltos, y por tanto, se hacen indiscutidos por indiscutibles. Esos números privilegiados han tenido una suerte de selección darwiniana en los debates, pasando de artículos a tabla y nuevos textos, sobreviviendo como los más aptos, gracias al cuidado de sus criadores. El problema con esos números no se agota en denunciarlos como convenciones, operación que oculta buena parte de la resistencia que han debido mostrar a los variados cuestionamientos, para sostener su existencia. No nos ilusionemos con el trabajo consensual como posibilidad política. Hay una cierta dureza retórica en las cifras que les permite transformar la fragilidad de la leche en una necesidad básica alimentaria. La operación que realizan los guarismos no es del mero orden de las convenciones. Su fuerza está en producir convicciones a través de argumentos materiales, en los cuales la operación retórica se torna opaca.

Uno de los escenarios en que podemos asistir a la disputa del protagonismo lácteo en el seno de una verdadera compañía teatral de números, es el libro de Jorge Mardones y Ricardo Cox, publicado en 1942, como resultado de “una labor de agrupación ordenada de los datos conocidos” sobre la alimentación en Chile. El lugar en donde se realiza este trabajo es el Consejo Nacional de Alimentación. La leche, por supuesto, es el mandala del texto: “El defecto fundamental de nuestra alimentación popular, es el bajo consumo de algunos alimentos protectores. Es especialmente grave la poca participación que tiene la leche y sus derivados en la alimentación del niño y de la madre embarazada y nodriza. En el adulto, que realiza trabajo muscular, es de consecuencias el bajo consumo de alimentos portadores de vitamina B”.

Para describir uno de los problemas de la leche, contrastan dos mapas de producción. Una, la anual y otra, las cifras del día del censo, 8 de abril de 1936. En el contraste de ambas imágenes la conclusión es sencilla: “la producción de la región lechera austral es de temporada”. Las otras dos características de la producción de la leche son: “la lechería es en Chile, una explotación industrial, no doméstica” y “la escasez y pobreza de sus instalaciones”. Situando en Cruz-Coke la figura de un cambio radical en la política de la leche, desde una orientación sanitaria hacia una de alimentación:

Pero en 1937, el Ministro Cruz-Coke inició una política general de alimentación, orientada de una manera concreta a obtener un progreso en el consumo de alimentos ricos en proteínas. Denunciando por una parte el escaso consumo de leche, y por otro, la importancia insustituible de este alimento en el desarrollo y defensa del organismo, especialmente en los niños, acentuó elocuentemente el divorcio entre la necesidad y el consumo de la leche como el aspecto esencial de nuestro problema alimenticio. A partir de esa época, los problemas relacionados especialmente con la leche han permanecido constantemente en el primer plano de la atención pública y oficial sin que haya variado el objetivo central señalado desde el primer día: obtener un incremento útil en el consumo de leche. Una acción dirigida a este objetivo puede considerarse bajo cuatros aspectos distintos, pero solidarios entre si: producción, distribución, consumo y precio de la leche, sin olvidar por eso el aspecto sanitario. De todos esos aspectos se ocupa el Consejo de la Industria Lechera, creado por el Ministro Etchebarne.

En la política de la leche que proponen Mardones y Cox destaca su capacidad de ver en los niños un rol especial como sujetos de consumo:

El estímulo del consumo es pues un aspecto importantísimo de la política lechera. Ahora bien, hay una circunstancia extraordinariamente feliz que caracteriza el consumo de la leche y que permite fundar las mayores espectativas en una política de estímulo de su consumo: es que el consumidor útil de la leche es el niño, y este consumidor es un sujeto pasivo que puede ser compelido fácilmente al consumo y convertido en un consumidor y un propagandista junto con recibir los beneficios del consumo de leche.

3.1 LOS PRECIOS, EL CONSUMO, LA PRODUCCIÓN

Además de la capacidad de invención de consumidores, de co-producción de demanda y oferta, la cuestión de los precios será el afán de la segunda parte del texto de Mardones. Los autores desechan la denuncia del precio elevado y plantean : “lo que en realidad sucede respecto de este artículo es que recibe un escaso estímulo de parte del consumidor”. La segunda parte del libro, “Precios”, se concentrará en la producción de equivalentes entre los alimentos que combinen precios y valor nutritivo:

“Uno de nosotros (Mardones,) ha establecido un método para someter este valor a medida aproximada (Boletín del Ministerio de Salubridad, Febrero de 1940). Este método se basa en la consideración del valor nutritivo de los alimentos. Estos cuatro aspectos son: a) el valor energético; b) el valor proteico; c) el aporte en vitaminas; d) el aporte en sales minerales. El método Mardones, prescindiendo de su aplicación a cada alimento, que es bastante complicada, se basa en atribuir valor a cada uno de estos aspectos del valor biológico de los alimentos … La escala adoptada por Mardones toma como término de comparación la necesidad de un hombre-adulto al día que se considera =100”.

Esta puesta en valor, una verdadera operación de producción de la leche como objeto económico, en el seno de una economización de los nutrientes, termina por ubicarla en una condición privilegiada. En el ordenamiento de 15 alimentos básicos, se ubica en el quinto lugar de valor por unidad nutritiva, antecedido solamente por papas, porotos, pescada y chuchoca. La leche gracias a las operaciones matemáticas resulta se un alimento barato.

Lo más atractivo de este trabajo, son los gráficos preparados para responder tres preguntas económicas, cuyas respuestas hoy nos parecen intuitivas. Las respuestas dadas a partir de los datos, van en sentido opuesto a lo que hoy pasa por sentido común:

“Es corriente oír que los precios y los consumo se encuentran unidos por una relación inversa, según la cual a un mayor precio corresponde un menor consumo y vice-versa”. La respuesta de los trazados es equívoca, crisis del 29 mediante.

La oferta del producto es un factor del precio, pero no el único. Por eso la correlación es baja entre el precio y consumo. Los demás factores del precio suelen determinarlo en forma preponderante, como sucede durante la crisis con la contracción del volumen y de la circulación monetaria.

Luego los grafos van a ser usados para responder a la cuestión de si “el precio de un producto agrícola actúa según sea alto o bajo, como estimulante o calmante de su producción” , a lo que se responde que no está probado que esta tendencia general de desarrollo de las siembras se encuentra su vez influida por las grandes fluctuaciones ni por la tendencia general de los precios.

La tercera pregunta es si

El público consumidor, cuando un determinado alimento baja de precio, lo consume con cierta preferencia, o a la inversa, se retrae de consumirlo cuando su precio sube.

La respuesta:

Se ve entonces que hay algunas coincidencias entre cifras de precios y consumos conformes con la hipótesis de un desplazamiento de los consumos originados por los precios. Pero estas coincidencias son escasas, las divergencias mucho más numerosas. De modo que la hipótesis de que los consumos se desplazan de acuerdo con los precios se ve en conjunto desmentida por los hechos.

Desencastrados mediante estos gráficos, cifras y argumentos, precios, demanda y oferta, se torna posible comprender como entre los silencios del consumo y de la producción, se ha establecido el ruidoso problema de la leche.

4. NEOLIBERALISMO Y BIOPOLÍTICA

Hemos intentado movernos en sentido inverso a la sentencia foucaultiana: “una vez que se sepa qué es ese régimen gubernamental denominado liberalismo, se podrá, me parece, captar qué es la biopolítica” [Foucault, 2007, p. 41]. Poniendo la operación intelectual en la dirección liberalismo biopolítica, me parece que Foucault nos ha dado una clave engañosa. Clave, porque permite pensar si acaso la economía no es más que el efecto de un régimen de gobierno. Engañosa, porque intenta vincular en forma establecida, dos cuestiones que por su parte son asimismo frágiles y delicadas.

Al seguir los meandros de la aparición de una economía de los objetos, junto con la producción de las cosas, la formalización de sus valores y precios y la estandarización industrial de sus materiales, a la vez que la expresión gráfica y tabular de esas cifras, hemos escojido senderos erráticos que a la manera de los cadillos, se agarran unos a otros y a nosotros.

4.1 COSAS Y COLECTIVOS

Allí donde hay colectivos, hay invención, artificio y creación de objetos. Si hubiera que dibujar el sentido de las relaciones, las flechas habrían de moverse en varias direcciones, interrumpirse y continuar un poco más allá. De los objetos a los colectivos y viceversa. Elegimos la leche por sus múltiples ambigüedades: entre la biología y la química, entre la física de fluidos y la veterinaria, entre la medicina y la economía, hasta hoy la clasificación de la leche está pendiente. Mirados de cerca, ¿cuántos de los objetos de los que está hecha la salud pública, comparten una evanescencia parecida? Acostumbrados como estamos a despolitizar las cosas, a deshistorizarlas y a no escarbar en sus costuras, damos por sentado que ellas son de una vez y para siempre, nacidas adultas. Y sin embargo, basta asomarse a las destempladas declaraciones de hace algunas décadas, para leer cuánto tienen de erráticas y posibles. Como ni siquiera basta el médico sociólogo para dar cuenta de ellas, sino que necesitamos convocar al calculador de precios, el agrónomo y el comercial. Y al político y empresario.

La leche tiene la marca de una intimidad confusa entre humanos y animales y por eso mismo, la provocación regular a una indistinción. Punto evidente de lo errático que se tornan la decisiones que hacen ser a las cosas como son. Hileras de elecciones anónimas, históricas y fragmentadas, que han separado lo vivo de lo no vivo, lo humano de lo no humano, lo social de lo natural. La economía de la leche, sus cifras, sus mediciones, tabulaciones y comparaciones, son uno de tantos ejemplos de esos anonimatos, historicismos y fragmentaciones. La estabilización de las medidas, precaria. No en vano, Carlos Ramirez Sánchez, técnico en Lechería e Industria de Leche, ex-ayudante del Control Lechero de la Sociedad Nacional de Agricultura, Ex Ayudante del Laboratorio Químico de la Central de Leche Santiago, ex ayudante de la Sección Ganadería y Lechería de la Escuela de Agronomía de la Universidad de Chile, dedica su libro a desplegar las técnicas indispensables para producir una leche más o menos regular. Pero, un vez que las técnicas de esterilización parecían aquietar las leches, la biotecnología ha venido a poner a la hormona bovina del crecimiento en su forma recombinante (rBGH) en medio. O los residuos de DDT en los pastos y la persistencia y concentración grasa de los órganos clorados. O la lactosa, que por su parte ha endulzado y acelerado el tránsito de los debates.

¿Será la palabra biología lo suficiente estable en el tiempo para ponerle un cuño epocal a la política, ese otro animal tan esquivo? Tal como se preguntaba Ana Arendt ¿Habrá en esa biología un secreto guiño a “la doctrina moderna más perniciosa de todas desde el punto de vista político, es decir, la idea de que la vida constituye el bien más alto y que el proceso vital de la sociedad constituye la trama de la actividad humana”?

Sospechamos que hasta los mismos biólogos han visto transformarse vertiginosamente sus objetos ante sus narices y con ellos, a la biología misma. Como aquellas lascas que tallamos hasta hace pocos años, que finalmente casi no tenían que ver con la obsidiana original, ¿qué nos queda de la inocente doble hélix de Watson y Crick de abril de 1953? ¿Cómo habría podido sobrevivirle a su vez, una biología-cosa, materialmente estable, idéntica a sí misma, durante estos años?

Quizás la Fábrica Central de Leche, echada, rumiando y con sus glándulas marchitas, oculte en este barrio industrial de Santiago envejecido, algunas marcas ordoliberales, pero más de aquellos que como Wilhem Röpke que tuvieron vivas controversias y distancias con Ludwig von Mises, o del liberalismo de un William Beveridge y sus evidentes preferencias Keynesianas. Pretender que ese ordoliberalismo es también idéntico a sí mismo hasta devenir en monetarismo y desembocar en el triunfo violento de Arnold Haberger contra André Gunder Frank, obligaría a deshacerse de buena parte de la invención que aquí hemos bosquejado.

La economía de la leche es una historia. La del encuentro de muchos artificios para sostener un objeto, para moverlo, para hacer un colectivo con él, por él y para él. La hazaña de producir el bosón de Higgs se empequeñece ante la leche en las botellas de la Fábrica Central, con su tapa, a veces de cartón y a veces de alumnio. Nada esencial, ni detrás ni debajo, ni mucho menos, en el filo de estas palabras.

Yuri Carvajal B. & Jorge Gaete A.

Escuela de Salud Pública
Revista Chilena de Salud Pública
Universidad de Chile
NOTAS:

(1) Abogado, diputado y senador radical en 1918-24, subsecretario del Ministerio de Salubridad, Vicepresidente de la Caja del Seguro Obrero, explotó con sus hermanos Armando y don Manuel Antonio, los fundos Santa Felícitas y Rastrojos, en Caupolicán y el fundo y balneario El Tabo en Cartagena [Empresa Periodística Chile, 1944, pp. 213-214]

(2) Ingeniero civil, presidente de la Cooperativa Lechera Santiago, sus hermanos Alfredo y Hernán, agricultores y lecheros en Melipilla [Empresa Periodística Chile, 1944, p. 736-214]

(3) Agricultor. Explota el Fundo Tobalaba en Santiago que dedica especialmente a Lechería con ganado Holstein. Director Sociedad Nacional de Agricultura desde 1936 y Presidente de ella desde 1943, Presidente de la Cooperativa Lechera Santiago [Empresa Periodística Chile, 1944, p. 322]

(4) Ingeniero civil, Experto en electricidad y comunicaciones, intervino en la confección de los contratos destinados al suministro de energía y a la Soc. Fábrica de Cementos El Melón y a las Cristalerías de Chile, por la Cía. Chilena de Electricidad. Propietario del Huerto San Luis en La Florida y Gerente de Cemento Melón

(5) Abogado, ex alcalde de Santiago y miembro honorario del Directorio del Cuerpo de Bomberos, Socio del Club de la Unión y de la Liga de Estudiantes Pobres [Empresa Periodística Chile, 1944, p. 938]

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