Reflexiones sobre la Contingencia Actual desde las Ciencias Sociales

Sebastián Piñera, Andrés Chadwick, Alberto Espina y Javier Iturriaga tendrán un lugar en la Historia de Chile

Sebastián Piñera, Andrés Chadwick, Alberto Espina y Javier Iturriaga

Todo hacía presagiar que, al igual que el primero, este segundo gobierno de Sebastián Piñera también pasaría sin pena ni gloria. Que, salvo alimentar su ego, al entrar al grupo de los pocos presidentes que han gobernado por dos períodos, no iría mucho más allá.

Esto cambió, sin embargo, una vez que declaró el estado de emergencia: ahora se ha ganado un lugar de privilegio en la Historia de Chile.

Que su gobierno haya enviado a los militares a aplacar el movimiento social no es un hecho aislado. En su historia (y en la de otros países de Latinoamérica) las elites dominantes han recurrido de manera sistemática a las fuerzas armadas para defender la estructura de privilegios que han construido, cuando ésta ha sido seriamente cuestionada.

Este recurso demuestra su escasa vocación democrática o, mejor dicho, cómo ésta sólo la hacen valer mientras nadie amenace sus intereses.

Los casos más extremos han sido el derrocamiento del Presidente José Manuel Balmaceda, en 1891, y el golpe cívico-militar contra el Presidente Salvador Allende, en 1973.

Estos hechos, con distintos grados de intensidad y violencia, se han repetido en varios momentos de nuestra historia. En la tabla presentada más abajo se listan las ocasiones en que este tipo de sucesos se han producido, la respuesta que la elite gobernante invariablemente les ha dado y sus lamentables resultados.

La lista no contiene todas las numerosas veces que movimientos populares particulares fueron reprimidos (unas 55), en las salitreras, minas cupríferas o carboníferas, faenas portuarias, suburbios obreros urbanos o alejados lugares campesinos, sino sólo aquellos en que la élite convocó a las fuerzas armadas para reprimir a los manifestantes producto del nivel de cuestionamiento que estos hacían al orden social y económico por ellas construido. Convocadas, además, siempre en aras de defender el orden y a los propios ciudadanos, según pregonan.

En esta lista, como señala el título del artículo, Sebastián Piñera se ha ganado un lugar de privilegio. Luego de casi 30 años de relativa paz social, su gobierno se ha integrado al grupo de aquellos que decidieron sacar los militares a la calle. En este caso, para defender el modelo neoliberal (del cual el actual presidente ha sido uno de los principales beneficiarios) y para reprimir a su propio pueblo, agregando a su escuálido legado una extensa lista de compatriotas muertos y heridos.

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