Bajo el título “Historia, circunstancias del presente de los estudios curriculares en Latinoamérica, programas de investigación”, se desarrolló la tercera edición del seminario internacional sobre currículum, conocimiento y experiencia educacional, organizado por el Núcleo de Estudio Currículum, Conocimiento y Experiencia Escolar (NECCEE), perteneciente al Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. La actividad contó con la colaboración del Centro de Estudios Saberes Docentes y el Programa Transversal de Educación de la misma casa de estudios. El evento se dividió en dos paneles, buscando instalar un espacio de reflexión donde pensar el currículum en el contexto actual, desde el conocimiento y la experiencia educacional, bajo una perspectiva histórica y a la vez contingente que se transforme en una invitación a revisar el modelo imperante con una mirada innovadora, más cercana a la realidad observada en el ejercicio del proceso educativo.
Procesos y contexto de la realidad latinoamericana
El primer panel buscó hacer una revisión de las circunstancias presentes del currículum latinoamericano, a partir del trabajo específico de dos importantes académicas que expusieron en el mismo, siendo moderado por Marcela Bornand, coordinadora del Núcleo Convivencia Escolar, Ciudadanía y Género del Centro de Estudios Saberes Docentes.
El espacio contó con la participación de Inés Barbosa de Oliveira, doctora en Ciencias y Teoría de la Educación por la Universidad de Ciencias Humanas de Estrasburgo, postdoctora en el Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra (Portugal), catedrática de la universidad de Río de Janeiro, profesora del programa de postgrado en Educación de la UNESA y expresidenta de la Asociación Brasileña de Currículum.
Integró también este panel, desde su especialidad en currículum y formación docente, la académica Mirtha Abraham, magíster en Pedagogía por la Universidad Nacional Autónoma de México, candidata a doctora en Educación por la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, docente de postgrado en la misma universidad en temas de currículum e investigadora del Grupo de Investigación en Políticas e Innovaciones Curriculares de la misma casa de estudios. La profesora Abraham además se ha desempeñado como directora de la publicación Paulo Freire, Revista de Pedagogía Crítica, entre 2007 y 2015.
Inés Barbosa compartió su mirada del currículum como una acción esencial del quehacer periódico al interior de las aulas, entendiéndolo como una creación cotidiana: “Hay un proceso permanente de influencias y cambios que nos permite suponer que es imposible repetir una experiencia curricular, ya que, en cada momento, tenemos la posibilidad de crear un conocimiento nuevo”, señaló, agregando que los currículum no pueden ser solo impuestos porque siempre son una respuesta de las personas reales a lo que es posible y deseable hacer en clases, siendo siempre más ricos y completos que los formales por incluir otros conocimientos y valores (morales, sociales y políticos) de las relaciones entre sujetos, premisa a partir de la cual instala el concepto de currículos practicados-pensados.
En su ponencia la académica también propuso trabajar el currículum desde la justicia cognitiva, sacando a docentes y estudiantes del rol de meros/as transmisores/as de conocimientos producidos por cientistas, idea que invisibilizaría la creación cotidiana. “Los currículum practicados-pensados pueden contribuir a la emancipación social al ser prácticas de formación ciudadana y de solidaridad que pueden ampliar la justicia cognitiva social”, señaló Barbosa, agregando que de esta manera se visibilizaría y multiplicaría la experiencia emancipadora de las escuelas, con currículos que superen las jerarquías y exclusiones producidas por el actual modelo dominante, “no puede haber justicia social si no hay justicia cognitiva y conocimientos interdependientes ecológicamente relacionados”, aseveró.
Análisis local
Enfocada en un relato que traza una suerte de cartografía sobre la configuración del campo curricular en distintos momentos políticos y sociales, la magíster en Pedagogía, Mirtha Abraham, se refirió al campo curricular a partir de algunas reflexiones en torno a una investigación que desarrolla para su tesis doctoral, referida a la construcción del campo curricular en Chile desde la década de los 60.
Abraham señaló que, a través de la historia, “el campo curricular se ha construido como un área de saber donde confluyen distintas disciplinas y dimensiones que han aportado miradas diferentes para su constitución, teniendo como contexto los fenómenos sociales y políticos vigentes en cada periodo”.
Abraham planteó que en Chile aún impera el modelo curricular impuesto por Ralph Tyler entre 1965 y 1970, “una lógica de construcción tecnocrática vinculada a la racionalidad técnica, que busca estandarizar los procesos educativos y curriculares, en la que interesa el objetivo, que ojalá sea evaluable y medible”. Romper con este modelo es un desafío actual, por ser un “currículum pragmático, poco participativo de las comunidades escolares; se instala verticalmente desde el Estado con una lógica de construcción que dificulta mucho incorporar otro tipo de elementos”, señaló.
Respecto de las exposiciones, Marcela Bornand, coordinadora del Núcleo Convivencia Escolar, Ciudadanía y Género de Saberes Docentes, valoró el espacio que entregó este seminario: “Resulta muy interesante la comprensión del currículum como construcción cotidiana de las prácticas pensantes”, señaló, agregando que lo planteado por Inés Barbosa “permite comprender el currículum de construcción cotidiana como un tejido circular en el que, a pesar de los mandatos de reproducción social del currículum oficial, nunca habría un tejido igual a otro, siendo esta siempre una respuesta del cotidiano escolar a lo instituido. Al mismo tiempo señaló que resulta revelador ver “cómo el currículum nacional deja tan poco espacio para la construcción local desde los contextos y el cuerpo docente”.
El segundo panel del Seminario fue moderado Daniel Johnson, doctor en Educación y académico del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. Este segundo panel se centró en la búsqueda de una reflexión general acerca del currículum, a partir del breve análisis de los proyectos intelectuales personales de los panelistas que lo integraron.
Este segmento contó con la participación de Abraham Magendzo, Premio Nacional de Educación 2017, profesor de Estado en Educación, máster en Educación e Historia por la Universidad Hebrea de Israel, Doctor en Educación por la Universidad de California, postdoctor por el Instituto de Educación de la Universidad de Londres, académico de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y líder del Grupo de Investigación en Currículum e Innovación de esa casa de estudios.
El segundo exponente de esta etapa fue Ángel Díaz-Barriga, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien lidera el proyecto de mapear el proyecto curricular en ese país, maestro de Segunda Enseñanza en la especialidad de Pedagogía y Técnico en Educación, maestro en Pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, doctor en Pedagogía por la misma casa de estudios.
Currículum controversial – problematizador
Aseverando que en Chile históricamente se ha insistido en trabajar el currículum desde un modelo asignaturista, el profesor Abraham Magendzo, propuso implementar lo que él define como un currículum controversial-problemático que permita “transitar desde un currículum de conocimientos fijos e incuestionables a uno con diferentes miradas, ligadas a los temas sociales, económicos, a las situaciones cotidianas”, señaló.
El académico aseveró que el currículum debe hacerse cargo de las situaciones emergentes que confrontan las sociedades, abordando temas como la desigualdad, delincuencia, corrupción, libertades, discriminación, migración, entre otros, agregando que esto se debe implementar “insinuando cómo trabajarlas pedagógica y didácticamente”.
Lo anterior en el marco de la necesidad de alejarse y cuestionar los diseños académicos existentes, aseverando que “el sistema mecanicista reproduce las inequidades sociales y culturales”. Quien fuera Premio Nacional de Educación, sustenta su propuesta en el hecho de que “no estamos insertos en una existencia de verdades absolutas”, señaló.
Andares del currículum latinoamericano
La ponencia del profesor Ángel Díaz-Barriga, docente de la Universidad Nacional Autónoma de México, presentó una mirada más general de la implementación del currículum a nivel latinoamericano, señalando que el modelo tecnicista se implantó en la región en los años 60 y 70, asignando al sistema educativo una visión fabril que aspira a conseguir un producto homogéneo y que instala fórmulas de evaluación y medición de logros educativos, lo cual se instauró en la escuela en el siglo XX y donde el currículum participa, pese a los debates.
El académico agregó que, a pesar de que en algunos de nuestros países se ha logrado el cambio del grupo político que conduce el país, “no logra separarse de la visión fabril homogenizante, con lógica de medición desde la perspectiva dominante”, sentenció agregando que el currículum, como plan de estudio, se convierte en el mecanismo para consolidar esta mirada.
Por último, el docente mexicano se refirió al rol de las comunidades educativas refiriendo que “el reto es seguir consolidando las comunidades académicas, reconociendo que necesitamos leer más autores latinoamericanos, sin descuidar otras lecturas”, finalizó.
Daniel Johnson, del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, concluyó de ambas ponencias que la idea de un currículum controversial “es una propuesta que se centra en temas emergentes más que en objetivos de aprendizaje y pone en el tapete la necesidad de entender los grandes temas de nuestra época para poder ser un real aporte. Al mismo tiempo, relevó la importancia de la visión crítica y autocrítica de los avatares del currículum de América Latina y de las comunidades sociointelectuales a las que pertenecen”.
A modo de cierre, y como conclusión general de las cuatro ponencias, el profesor Manuel Silva, miembro del Núcleo de Estudios de Currículum, Conocimiento Escolar y Experiencia Educativa, señaló que “en lo esencial, el campo curricular está asediado por dos campos de fuerza: la educación, que es la forma en la que la sociedad se reproduce en el tiempo, que existe antes de la escuela y busca incorporar sus elementos, y el campo del Estado, que define lo que debe ser seleccionado. “Como centro del campo curricular, tenemos la responsabilidad ética de incorporar un currículum que debiera tener la tarea de desarrollar la educación en su más alto nivel y eso debiera alejarnos de la visión fabril que busca uniformar. Debemos buscar la forma de abrir el campo curricular a todas las dimensiones que tienen que ver con la humanización, pertinencia, singularidad y la dignidad humana, que es la que finalmente debe prevalecer”, sentenció Silva.