El 8 de marzo de 1857 la policía de Nueva York asesinó a cientos de trabajadoras de una fábrica textil al manifestarse por mejores condiciones laborales e igualdad salarial entre mujeres y hombres. Este y otros episodios de lucha cimentaron la oficialización del Día Internacional de la Mujer por la Organización de Naciones Unidas.
En el marco de esta conmemoración, el pasado 3 de marzo se convirtió en un día histórico para la Universidad de Chile al ser aprobada la nueva Política de Igualdad de Género por el Senado Universitario, ad portas de un nuevo 8M.
"Es un homenaje a todas las personas que han luchado por los derechos de las mujeres y las disidencias sexuales. No se trata de un simple acto administrativo, es un hito cargado de simbolismo que nos permite avanzar hacia condiciones de justicia fundamentales para nuestra sociedad y para cualquier institución de educación superior. Hoy presentamos una política en la que se supera el asunto binario del género y se releva la posibilidad de habitar cuerpos e identidades en espacios seguros y libres de violencia", señaló la Senadora Carla Carrera, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y Diversidades del órgano triestamental.
Esta iniciativa, agregó, "tensiona los aspectos más patriarcales de la Universidad y está mandatada a enfrentar las inequidades de género, erradicar la violencia y el machismo, promover la educación no sexista y entregar justicia y dignidad a todas/os las/os integrantes de la U. de Chile".
La iniciativa, elaborada de manera colaborativa entre la Comisión de Género y Diversidades del Senado y la Dirección de Igualdad de Género de la U. de Chile (DIGEN), busca superar las desigualdades, discriminaciones y brechas de género en todos los ámbitos del quehacer universitario. Esto, a través de un marco institucional que establezca parámetros comunes para todas las facultades, institutos y unidades.
"Más que promover el rol de la mujer, lo honesto es decir que debemos dejar de obstaculizar su desarrollo. Eso es lo que la sociedad está haciendo. No necesitan más ayuda que el resto, necesitan que no les pongan trabas. Es la sociedad la que genera el problema y es la sociedad la que tiene que corregirlo", enfatizó el Rector Ennio Vivaldi.
Hacia un cambio de perspectiva
Antes de la reciente aprobación, la Universidad de Chile ya contaba con iniciativas enfocadas en disminuir la discriminación y la violencia de género, como la Política para Prevenir el Acoso Sexual (2017), la Política y el Reglamento de Corresponsabilidad Social (2017) y el Instructivo Mara Rita, sobre la utilización del nombre social y trato no discriminatorio a las personas por su identidad de género en la Universidad de Chile (2018).
Sin embargo, pese a los esfuerzos institucionales la desigualdad de género persistió, situación diagnosticada en 2020 por la Comisión de Género y Diversidades del Senado a través del "Informe sobre medidas en torno a las problemáticas de segregación, brechas y violencia de género, educación sexista, acoso sexual y vulneración de los derechos de las mujeres en la Universidad de Chile". El documento evidenció la necesidad de contar con una política que se hiciera cargo de estas falencias institucionales de manera integral.
Para aunar esfuerzos, el 23 de noviembre de 2020 la Comisión de Género y Diversidades y la DIGEN firmaron un memorando de acuerdo, donde establecieron la metodología y pasos a seguir para elaborar una Política universitaria de Equidad de Género. Además, el proceso de elaboración estuvo abierto a la participación de distintas organizaciones, agrupaciones y actores de la Universidad con el fin de recoger e incorporar sus aportes.
Este importante paso en virtud de los derechos de las mujeres y disidencias sexuales, fue producto de años de incesante lucha a nivel mundial e institucional y tiene como catalizador las movilizaciones feministas universitarias de mayo de 2018, que lograron instalar las reivindicaciones de género en la agenda de la Universidad y proponer una perspectiva diferente respecto a las relaciones de género dentro de los sistemas educacionales.
"El feminismo ha tensionado las lógicas patriarcales que también se reproducen en la Universidad, en lo público como en lo privado. La Política no sólo viene a responder a la violencia última, sino que desafía la lógica binaria al plantear que existen diversas identidades en la Universidad", aseveró el Senador Patricio Bustamante, integrante de la Comisión de Género y Diversidades.
Del papel a la práctica
Carmen Andrade, directora de la DIGEN, se refirió a los pasos a seguir tras la aprobación de la Política. "Sabemos que no basta con formular una política, tenemos que tomar medidas concretas para que no sea sólo un documento declarativo. Por tanto, nos interesa mucho garantizar su pronta y adecuada implementación. Para eso es necesario proponer y comprometer algunas medidas para este propósito", aclaró.
Las medidas planteadas por la directora de la DIGEN dicen relación con:
- Diseñar, en el más breve plazo posible, un plan de acción que operativice la iniciativa.
- Coordinar la implementación de la Política a través de la DIGEN –en los niveles centrales- y de las direcciones locales de género -en las facultades e institutos-, para realizar un trabajo descentralizado.
- Monitorear sistemáticamente la Política a través de la Comisión Triestamental de Género, que deberá recibir informes de seguimientos periódicos por parte del Observatorio de Violencias e Igualdad de Género de la DIGEN, para evaluar los avances y dificultades en su implementación.
- Realizar una amplia campaña de difusión para dar a conocer los contenidos de la Política e incentivar la participación de la comunidad universitaria.
"En la Universidad de Chile contamos con voluntad política para sostener esta Política, con instancias especializadas para coordinarlas, y con espacios triestamentales para monitorearla, sólo restaba su aprobación para empezar su puesta en marcha", concluyó Andrade.
