Cada 31 de mayo, organizaciones sociales, científicas y salubristas conmemoran el Día Mundial sin Tabaco, efeméride creada por la OMS en 1987 para generar conciencia en las personas respecto a los efectos nocivos derivados del consumo de tabaco y la exposición ambiental al humo. En este contexto, especialistas de la Universidad de Chile enfatizan la necesidad de cuidar nuestra salud, y tomar conciencia de los daños que fumar genera en nuestra piel, pulmones y cuerpo en general.
De acuerdo a Marco Cornejo, académico del Instituto de Investigación en Ciencias Odontológicas (ICOD), de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile, este hito va asociado a una campaña internacional que año a año busca "contribuir a prevenir el consumo de tabaco, ya sea la iniciación del consumo como la promoción de la cesación de este”.
La también académica de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile, Andrea Muñoz, destaca que la conmemoración de esta efeméride cobra relevancia debido “al altísimo daño provocado por el consumo de productos de tabaco en el país. Si bien en las últimas décadas este consumo ha disminuido en Chile, sigue siendo el más alto de Latinoamérica, superior al 35 por ciento general”.
Consumo de tabaco: problemáticas multisectoriales
La conmemoración contempla la difusión de diferentes mensajes, destacando este año, por primera vez, el daño ambiental que genera el consumo de tabaco, por ejemplo, en la contaminación de las aguas que producen las colillas.
Respecto al enfoque de salud, el tabaco es el principal factor de riesgo prevenible de mortalidad. “En Chile, diariamente mueren cerca de 50 personas por causas atribuidas al consumo de tabaco. También, 1 de cada 10 casos de cáncer al pulmón se asocian a consumo de tabaco”, señala el doctor Cornejo.
Ante esto, el especialista recalca la urgencia de avanzar en políticas públicas que aborden el tema y propone algunas ideas, como “el aumento de impuestos al tabaco, la implementación del empaquetado plano, la prohibición de aditivos que enmascaran el daño del tabaco y facilitan la adicción al mismo, limitar la publicidad en los puntos de venta, entre otras”.
La regulación de la industria tabacalera es otro de los desafíos necesarios de abordar. Así lo destacó la Dra. Muñoz, ya que “sigue intentando posicionar sus productos en el segmento de menor edad, generando adicción a la nicotina para garantizar un consumo a largo plazo. Saborizantes, formatos promocionales, eventos de temáticas atractivas para jóvenes, influencers, influencia sobre tomadores de decisión política, son algunas de las nuevas estrategias de la industria”.
Asimismo, Muñoz plantea que “la evidencia está demostrando en forma vertiginosa su daño, y la emergencia de otras secuelas, por ejemplo, daños neurológicos y cardiovasculares agudos, por las formas de uso y los componentes de los líquidos para calentar o vapear. Estos últimos se han masificado en el último tiempo”.
Otro de los desafíos de la política pública tiene que ver con la ayuda profesional farmacológica que puedan recibir personas que desean dejar de fumar. Ante esto, Cornejo señaló que “para dar financiamiento a estas intervenciones y concretar atenciones de salud que requieren las personas con daño a su salud, se justifica y existe evidencia internacional sobre la efectividad de implementar impuestos saludables que impriman carga tributaria a la producción y consumo de tabaco”.
Por último, dentro de las iniciativas políticas en curso, urge la tramitación de la actualización de la Ley de Control de Consumo de Tabaco. “La ley que está en trámite en el Congreso contiene medidas que han sido avaladas como efectivas para el control del tabaco, como lo es el etiquetado plano o genérico en las cajetillas, prohibición del uso de aditivos saborizantes en productos del tabaco, prohibición de exhibición en puntos de venta y restricción del consumo en espacios públicos compartidos”, sostuvo la académica.
¿Puede el tabaco dañar nuestra piel?
La respuesta es sí. La dermatóloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y experta en envejecimiento prematuro, Dra. Irene Araya, explica que el tabaco puede producir complicaciones tanto directas como indirectas sobre la piel. “La toxicidad se llama cutánea directa, en que tú ves a los pacientes que tienen más arrugas, en el caso de hombres y mujeres porque daña en la dermis regular, media y profunda, es como que se desintegra el colágeno”.
Además, plantea que en los labios se produce una contractura peribucal al aspirar que termina dañando el labio superior. “Esa musculatura más el daño propio, genera más arrugas sobre todo esas típicas que se forman sobre el labio que se les conoce popularmente como “código de barra”. También se producen los “comedones del fumador”, que es como un efecto de acné en la zona del rostro que está expuesta al humo. “Las uñas cambian de color porque se produce una acumulación de tóxico en ellas, se ponen amarillas, pigmentación en la boca y el olor clásico del fumador”, dice.
También detalla que se altera la cicatrización de la piel. "Por eso, cuando uno va a hacer una gran cirugía debe pedirles a los fumadores que dejen de fumar porque hay una alteración directa”, puntualiza la especialista. Al respecto, agrega que “el 91 por ciento de los cáncer de cavidad oral en los hombres es por el tabaco y en las mujeres un 59 por ciento”.