Tanto los espacios laborales como educativos se han abierto a dinámicas y modelos más inclusivos, atendiendo a la diversidad de personas y realidades que confluyen en todos ellos. No cabe duda que los desafíos y, especialmente, los aprendizajes, continúan siendo múltiples y variados. Por ello, instituciones como la Universidad de Chile y su Facultad de Ciencias Sociales se encuentran problematizando y trabajando en pos de una educación universitaria más inclusiva.
Para hablar de estos procesos desde una perspectiva internacional comparada, la Casa de Bello organizó el ciclo de Encuentros “Hacia una universidad + inclusiva”, a cargo de Pablo Rodríguez Herrero, destacado académico experto en docencia inclusiva de la Universidad Autónoma de Madrid. La actividad fue organizada por la Facultad de Ciencias Sociales y contó con el apoyo logístico de la DAE (Dirección de Asuntos Estudiantiles) de la Facultad de Economía y Negocios.
Los encuentros o talleres tuvieron carácter de triestamental en su diseño, ya que contó con la participación de funcionarios(as), estudiantes y académicos(as) de distintas facultades de la Universidad de Chile, entre ellas, las facultades de Economía y Negocios, Medicina, Odontología, Filosofía y Humanidades, Ciencias Forestales, Derecho y de la VAEC (Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios). Participaron, además, otras universidades de Santiago y regiones, tanto privadas (UDP, USS, U.Central) como públicas (UMCE, UTEM, UOH).
Miradas introspectivas y críticas a los modelos de enseñanza
El académico Pablo Rodríguez abordó los errores que se estaban cometiendo en inclusión, así como los conocimientos y prejuicios que dificultan e impiden ser un docente más inclusivo o inclusiva. Se refirió en profundidad al concepto del DUA (Diseño Universal para el Aprendizaje), un diseño y modelo universal para el aprendizaje, el cual está pensado para la inclusión y enfocado principalmente en la diversidad funcional. No obstante, indicó que el DUA no habla de quién enseña ni para qué, por lo que se puede ir más allá del DUA. “Otra estrategia didáctica para la inclusión es la codocencia y cocreación curricular y didácticas inclusivas. Esto permite cuestionar prejuicios e ideas previas”, sostuvo.
Respecto al rol y la figura docente, el doctor Rodríguez destacó que quien ejerce la docencia universitaria trae consigo una identidad, una biografía de vida desde su infancia. Esta biografía, afirmó, es muy importante tenerla en cuenta porque condicionará “nuestra mirada sobre la vida. Desde esa biografía emerge el cómo entendemos nosotros(as) la inclusión. Si es una prioridad, entonces es algo que en mi vida profesional tiene sentido y en su caso qué sentido tiene. Desde esta conciencia de nosotros(as) mismos(as) y posicionamiento en el mundo, viene la ejemplaridad positiva”. Añadió, además, que “no podemos olvidarnos de la figura de quien enseña y quien acompaña, y esa suposición de lo que quiere o requiere el otro viene de la falta de reconocimiento del otro como una persona distinta a mí, con sus ideas e intereses".
Por otro lado, en el marco de esas relaciones, es crucial “poder salir formados(as). Así pensamos en la persona con discapacidad como un(a) maestro(a)”. También estar disponibles en quitarnos las máscaras que podamos tener, mostrarnos con autenticidad. Tiene que producirse una relación auténtica con nuestros(as) estudiantes. Qué importante es esto para nuestra enseñanza”, apeló.
Otro pilar del triángulo expuesto inicialmente es el Currículo Inclusivo; algunos(as) hablan incluso del epistemicidio a la descolonización. Al respecto, indicó, “nos tenemos que preocupar de las raíces de la formación. En ese sentido, vamos a distinguir dos conceptos: la educación con su contrario, que es el adoctrinamiento. Una experta decía que en la educación se producía la apertura y buenas preguntas de estudiantes. Sin embargo, si nos vamos de acá con ideas muy claras de cómo hacer las cosas eso produce este cierre, y el conocimiento sesgado es el adoctrinamiento”. A su juicio, hay que revisar esos procesos de adoctrinamiento a estudiantes para tratar de evitarlos.
Por otra parte, la profesora Valeria Herrera, académica del Departamento de Educación, comentó que algo que dificulta muchas veces los procesos educativos son las representaciones, mientras que Andrea Greibe, directora de la Escuela de Pregrado de la Facultad, planteó que habitualmente suponemos la necesidad del otro. También asistieron al espacio docentes de Trabajo Social y Psicología como Carlos Andrade, Paulina Castro y Margarita Bórquez.
¿Cómo desde el trabajo voy a aportar para la apertura? Esta fue una de las preguntas planteadas por Pablo Rodríguez. Por último, se refirió a metodologías didácticas inclusivas, las cuales se han basado en la atención a la diversidad, es decir, el recibo y aceptación de la diversidad humana. Esto responde a cómo aceptar e integrar la diversidad. Esto es un enfoque necesario, pero es insuficiente”.
La evaluación, aseguró, muchas veces se transforma en un elemento de exclusión de estudiantes. “Solemos usar los mismos instrumentos y técnicas de evaluación para todos(as). No tiene por qué ser así, porque a lo mejor cada quien puede compartir lo aprendido con un examen, con una presentación, etcétera. La evaluación en la universidad tiene un carácter referencial y, generalmente, somos muy estrictos con los mecanismos de evaluación”, apeló.
A continuación, video del Encuentro sobre didáctica inclusiva en la Universidad de Chile con el profesor Pablo Rodríguez: