zUm, capítulo 2:

El Orgullo LGBTIQA+ y las dificultades para vivirlo en Chile

zUm 2: El Orgullo LGBTIQA+ y las dificultades para vivirlo en Chile
La comunidad LGBTIQA+ en la U. de Chile ha sido clave para avances que fomentan la inclusión y respeto en la Casa de Bello.
La comunidad LGBTIQA+ en la U. de Chile ha sido clave para avances que fomentan la inclusión y respeto en la Casa de Bello.
Para las organizaciones, pese a los avances existentes, todavía es importante la protesta porque aún existe la necesidad de defender "el derecho a existir" de parte de las comunidades LGBTIQA+.
Para las organizaciones, pese a los avances existentes, todavía es importante la protesta porque aún existe la necesidad de defender "el derecho a existir" de parte de las comunidades LGBTIQA+.
Aunque el mes del orgullo tiene relación con un hecho histórico ocurrido en junio de 1969 en EE.UU., Chile también tiene sus propios hitos como la primera "protesta homosexual" en la Plaza de Armas de Santiago el 22 de abril de 1973.
Aunque el mes del orgullo tiene relación con un hecho histórico ocurrido en junio de 1969 en EE.UU., Chile también tiene sus propios hitos como la primera "protesta homosexual" en la Plaza de Armas de Santiago el 22 de abril de 1973.
Mara Rita fue parte de Diversinap, espacio desde donde surgió el instructivo para uso de nombre social que luego de su muerte llevaría su nombre como homenaje. Hoy, ésta es una de las políticas pioneras de la U. de Chile para la comunidad LGBTIQA+.
Mara Rita fue parte de Diversinap, espacio desde donde surgió el instructivo para uso de nombre social que luego de su muerte llevaría su nombre como homenaje. Hoy, ésta es una de las políticas pioneras de la U. de Chile para la comunidad LGBTIQA+.

Cada 28 de junio se conmemora el Día Internacional del Orgullo, fecha que convoca a la comunidad LGBTIQA+ (acrónomo que simboliza a la comunidad Lesbiana, Gay, Bisexual, Transgénero, Intersexual, Queer, Asexual, y más) para protestar sin miedo, visibilizar sus luchas y celebrar la diversidad. Pero ¿cómo surge el mes del Orgullo? ¿Cuáles son las principales demandas del movimiento? ¿Dónde se han ganado espacios y qué nos falta aún por alcanzar en Chile?

Hay que recordar que ese día marca la conmemoración de las protestas en Stonewall Inn, en Nueva York, de la mañana del 28 de junio de 1969, generadas en respuesta a una redada realizada la noche anterior en este espacio, que se había convertido en un santuario de la diversidad y la inclusión. Espontáneamente, se generaron desórdenes en la zona por cinco noches consecutivas, de maneras diferentes, pero cuyo legado fue mostrar a una comunidad que no iba a dejarse pasar a llevar nuevamente.

Para el subdirector de Género y Diversidades de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU), Martín Torres, este fue “un hito porque efectivamente se visibiliza por primera vez no solo a la comunidad LGBTIQA+ más conocida, que era la homosexual, lésbica y bisexual, sino también aparecen otras corporalidades, trans, travestis, transgénero, aparece la comunidad queer, que se empodera por primera vez en esos términos”.

Aunque Chile no fue ajeno a las protestas desde estas comunidades en esos años. Alex Kri, estudiante e integrante de la Secretaría de Disidencias y Diversidades Sexuales y de Género de la FECh (SEDISGEN) y de Beauchef Diverso, explica que el mes del Orgullo “es un mes que tiene que ser de protesta, y así es como comenzó: una protesta en un bar. Pero sí está muy centrado a lo gringo”. No obstante, recuerda la primera manifestación en Chile, el 22 de abril de 1973, en la Plaza de Armas de Santiago, también en contra de la brutalidad policial hacia la comunidad homosexual. “Si fuera posible celebrar el mes del Orgullo en Chile en abril, creo que sería mucho más potente”, subraya Alex Kri.

Estas formas de maltrato provienen de la discriminación, y por ello es que Andy Co, funcionaria especialista en temas de Diversidades Sexuales y de Género de la U. de Chile, explica que el mayor potencial es el de la politización. “Cuando se vive desde la vereda de la discriminación es súper difícil no politizarla. Está encima todo el tiempo. Sin embargo, no es homogéneo. Hay varias corrientes críticas. Y cuando nos tomamos el mes del Orgullo y nos tomamos las calles, siempre está la contramarcha, los movimientos más hegemónicos o consignas como que ‘no es orgullo, es protesta’”.

Para mí el Orgullo como concepto es, primero, identidad, fuerza”, comenta Javi, estudiante e integrante de SEDISGEN y Derecho Disidente, quien además comenta que “cuando hablamos de orgullo siento que es un grupo que manifiesta todo esto y que provoca una fuerza enorme, increíble”.

Pendientes para el Orgullo

Martín Torres, quien además de su trabajo en FAU es activista trans por los derechos humanos, dice que lo que sigue pendiente hoy “es que los derechos de la vida todavía no están garantizados para la comunidad LGBTIQA+. Hoy podríamos pensar que existe un piso básico tanto internacional como nacional para ciertas comunidades, pero eso no quita la precariedad. Eso no quita la posibilidad de que algo te ocurra en la calle, de que efectivamente son consideradas personas y corporalidades más asesinables, mutilables, violables, entonces me parece que la demanda todavía va por el derecho a existir”.

“El orgullo implica necesariamente visibilizarse. Pero, a la vez, cuando te visibilizas como una persona no heterosexual, como una persona no cis-género o no bio-mujer o bio-hombre, aumenta la violencia”, indica Andy Co, y agrega que “hay una cuestión de clases que es la base. No tener miedo a perder tu techo, no tener miedo a perder tu ingreso económico, tu acceso laboral, y miedo a perder a tu familia. Porque carecer de apoyo emocional, más allá de que sea tu familia o no, cuando uno es excluido de las personas que te criaron, que te cuidaron, y que en teoría a nivel social son incondicionales, eso te provoca una sensación de soledad tremenda. Por eso creo que ahí va el concepto de comunidad LGBTIQA+”.

Mara Rita, nombres sociales y el trabajo que viene en la Universidad

Actualmente, Chile cuenta con distintos avances y protocolos, entre ellos, la Ley Antidiscriminación de 2012, la Ley de Identidad de Género de 2017, y la Circular 21 en el ámbito de la salud. Además, la U. de Chile junto a organizaciones estudiantiles desarrolló el instructivo Mara Rita, documento que permite a personas trans, intersexuales y no binarias que estudian o trabajan en la Universidad usar su nombre social, y así respetar sus identidades de género.

Andy Co, quien utiliza su nombre social en la U. de Chile, explica que la Casa de Bello, en general, tiene un ímpetu de vanguardia, “pero lo que yo realmente sí rescato de que fue una vanguardia fue en el tema del nombre de uso social. Mara Rita estaba trabajando con Diversinap en este decreto y cuando ella fallece, las personas de esta organización dijeron ‘bueno, este es el decreto Mara Rita’”. Desde su punto de vista personal, Andy reconoce que “el hecho de poder trabajar en un lugar o estudiar en un lugar que reconozca tu nombre social es una tranquilidad y un reconocimiento a la dignidad humana que no tiene precio”.

La SEDISGEN ha trabajado en la generación de una política de disidencias sexuales y de género. Alex Kri explica que está en proceso de redacción en el último año, con un rol muy activo desde la organización estudiantil. “Este es un paso importante en la institucionalización y reconocimiento de las personas de la comunidad LGBTIQA+, y también es una herramienta que es exigible y es integral, que abarca a toda la Universidad”, sostiene Alex, quien destaca cómo cuando la inclusión y el respeto son consagrados desde espacios como el Senado Universitario, esto se convierte en un tema de la universidad completa.

¿Y qué nos falta?

Educación” es el primer concepto que menciona Martín Torres como algo que falta “y no solo educación desde lo formal, sino también lo que se enseña en casa. Cómo educamos culturalmente a una nación para que se entienda que la diversidad es parte y no solo para que se le incluya, que no me gusta tanto, sino que somos un todes. Todes estamos incluides, entonces no es incluir en mi mesa, sino que compartamos la mesa. Y ahí solo la educación puede equilibrar las visiones”, subraya el docente de FAU.

Alex Kri también explica cómo aún se ve que “un eje super importante es la aceptación social. Normalizar en la gente estos temas de inclusión y esta aceptación, que parte sí o sí desde la visibilización. Es algo político porque la sociedad quiere que nos invisibilicemos, que nos ocultemos, que no digamos en voz alta lo que somos y el orgullo es una forma de decir ‘no, yo no me voy a quedar callade, voy a ser lo que soy sin ninguna vergüenza’”.

Javi concluye explicando que el Orgullo va “muy de la mano con la identidad de una persona que debe sentirse orgullosa de ser quien es. Al aceptar tu identidad personal, el Orgullo se vuelve algo en conjunto y se vuelve una experiencia muy linda”.