Dentro de la historia de la Universidad, uno de los aspectos poco conocidos del funcionamiento de la institución es cómo los funcionarios pueden desempeñarse en distintas unidades. Muchos comienzan en un determinado departamento, pero terminan en otra unidad gracias a las oportunidades de movilidad interna. Este es el caso de Orlando Fernández, quien desde 1982 se ha desempeñado al servicio de la Universidad. Su trayectoria comenzó en la Facultad de Medicina y, actualmente, se desempeña como contador en el Instituto de Estudios Internacionales (IEI), ubicado en la Avenida Condell 249, comuna de Providencia. Este lugar, además, pronto se trasladará al nuevo edificio de Vicuña Mackenna 20, un cambio que Fernández reconoce que lo tiene expectante.
- ¿Cómo fue su ingreso a la Universidad?
Yo llegué lolito a la Universidad. Salí del colegio y atravesé la calle -como se dice- para entrar a la Universidad. Porque en esa época uno estudiaba para trabajar y no como para seguir los estudios, ya que la situación económica no daba para tanto. Aparte que somos siete hermanos. En esa época, obviamente, estábamos en gobierno militar. En el año 1981, yo salí del colegio y no había trabajo, como se dice. Mi papá jubiló en la Facultad de Medicina y, por lo tanto, nosotros conocíamos la Facultad de Medicina desde chicos. Al final, él fue a hablar con la gente en la jefatura en esa época y se nos dio la oportunidad de trabajar allí.
- ¿Cuál fue su primera impresión cuando llegó a trabajar allí?
Mi papá era auxiliar y yo llegué como administrativo. Entonces, eran dos funciones diferentes, aparte que era mi primera vez que trabajaba, porque antes había hecho cosas pequeñas, pero nunca remuneradas. Fue un trabajo que me impresionó, me refiero a tomar responsabilidades, asumir funciones y eso.
Igual, la Universidad estaba en ese momento bajo Rectores designados por la propia dictadura. Obviamente uno no podía hablar de ciertos temas, tanto políticos como de religión, porque se suponía que los curas y la Iglesia Católica también estaban metidas en política. En ese entonces, yo también participaba en la comunidad donde yo vivía en esa época y todo lo que nosotros no conocíamos -tampoco teníamos una cultura cívica- nos enterábamos por vivencias de otras personas, de compañeros, y de cómo era la situación antes en democracia, todas esas cosas se perdieron. Después nos empezamos a enterar del asunto de los derechos humanos y que fueron vulnerados. Aparte que en todos los trabajos había personas involucradas o espías, que uno ya después supo que eran del gobierno militar y que también a uno lo tenían bajo la mira.
- ¿Cómo llegó al IEI y cuáles son sus funciones hoy en esta unidad?
Bueno, yo de la Facultad de Medicina me fui a la Vicerrectoría de Asuntos Económicos y Gestión Institucional (VAEGI), y desde allá postulé mediante movilidad interna al cargo y quedé. Esto fue el año 2012, cuando yo llegué acá al Instituto. En este momento yo ejerzo la función de Contador, soy la única persona que trabaja en el área, y tengo que ver todo el sistema contable, financiero y de tesorería. El Instituto no es grande tampoco, pero en la actualidad es harto trabajo que requiere mucho tiempo y dedicación.
Uno debe tener la contabilidad del día y cumplir con los plazos que nos instalan, ya sean los libros legales, la fecha de balance, los cierres contables o cierres financieros. Todos los requerimientos que hacen servicios centrales y que aquí sirve para la toma de decisiones también en el Instituto, y estar pendiente y trabajar al día nomás, como debe tener todo al día, tratar de no atrasarse demasiado. Cuando uno trabaja en una facultad tú ves que trabajan hartas personas en una misma área. Entonces, acá todo, es menor en cantidad de cosas que se hacen, también hay que hacerlas todas, tanto la parte de inventario, de finanzas, revisar los saldos de las cuentas del banco. En este caso, se lleva todo un sistema de conciliación bancaria, que es ir viendo cada peso que ingresa y cada peso que sale, tener siempre su respaldo.
- Tras todos estos años, ¿qué significa para usted trabajar en la U. de Chile?
Bueno, la Universidad, desde que yo ingresé en el año 1982 hasta ahora, ha cambiado mucho en cuanto a la tecnología y a la modernidad. Antiguamente, no existía lo que es la computación de ahora. Teníamos máquinas de escribir y máquinas sumadoras con rollos, teníamos que ir revisando así. Ahora, en la actualidad, ya es diferente, ya son puras planillas, ya uno se puede conectar de cualquier parte.
Lo que me gusta a mí de ser funcionario de la Universidad es que -comparado con la empresa privada- aquí tú eres persona. En la empresa privada eres un número. Yo me puse la camiseta hace mucho tiempo y ya no me lo voy a sacar hasta cuando me jubile, si es que me la saco también porque la Universidad se lleva adentro. Ha sido todo en el fondo.
Yo me siento parte de la Universidad desde chico, desde cuando mi papá trabaja y nosotros andábamos paseando en la Facultad de Medicina, hasta ahora que prácticamente pasó la generación. Ahora mis hijos, bueno, ellos no están en la Universidad ahora, pero todos han sido parte del vivir a través de la Universidad. Se criaron con la Universidad también.
Si deseas escuchar el relato completo de Orlando Fernández, te invitamos a escuchar el capítulo 3 de En Función de los Hechos. Disponible en Tantaku, Spotify y Youtube.