El mundo de las artes y la cultura está de luto, luego que la tarde de este viernes 4 de agosto se confirmará la muerte del histórico actor nacional, Luis Alfonso Alarcón Mansilla a los 93 años. Nacido en Puerto Natales un 23 de octubre de 1929, fue reconocido por una larga y destacada trayectoria de más de 50 años en teatro, televisión y cine. A esto suma un potente trabajo sindical a favor de los derechos de actores y actrices, lo que lo llevó a ser presidente de Sidarte y también presidente fundador de ChileActores.
Es en 1954, cuando Luis Alarcón inició una larga y fructífera carrera actoral, empezando a trabajar como actor de teatro participando en teatros universitarios y en compañías independientes, para más tarde comenzar con su carrera como actor de cine participando en emblemáticas películas como Tres tristes tigres, El Chacal de Nahueltoro, La expropiación, Julio comienza en Julio, Nadie dijo nada, Palomita blanca, Caluga o menta y Los naúfragos.
Inició su carrera profesional en la obra Anfitrión 38, en el Teatro Petit Rex, de Tobías Barros. Su primera incursión en la gran pantalla la realiza en la película Tres miradas a la calle (1957) de Naum Kramarenco, misma filmación en que participa como asistente de dirección Pedro Chaskel, que se transformaría después en el director del Cine Experimental de la Universidad de Chile.
Este amor por las tablas y las cámaras formaba parte de la vida de Alarcón desde niño, dado que su abuelo fue el actor y director Justo Alarcón. En Puerto Natales, lugar donde nació, se hizo amigo de la hija del administrador del cine y ahí conoció el oficio. Además, su padre –quien trabajaba en un frigorífico– era un filmador aficionado de documentales.
Luego, ingresó al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile y formó parte del Conjunto Artístico del Pedagógico (CADIP), dirigido por Pedro de la Barra. Estudió Expresión Corporal y Pantomima con Alejandro Jodorowsky y actuación con Enrique Gajardo.
En 1962, Alarcón participó en la primera película de Luis Cornejo, “La Universidad en la Antártica”, donde realizó la narración. Posteriormente, y con gran parte de la compañía de teatro con la que trabajaba, protagonizó la primera película de largometraje de Raúl Ruiz, Tango del viudo (1967), la cual nunca fue terminada por el inicio de la filmación de Tres tristes tigres (1968), considerada una de las películas más importantes del cine nacional.
Ese mismo año fue convocado a conformar el equipo del Cine Experimental de la Universidad de Chile, que desarrollaba su primer proyecto de largometraje llamado El Chacal de Nahueltoro, basado en hechos reales ocurridos en la región de San Carlos, donde un analfabeto es condenado a la pena de muerte, tras asesinar a una familia entera y, tras ser educado en la cárcel. En principio, Alarcón interpretaría a un periodista, pero luego se involucró en la producción del film con el mismo Luis Cornejo. “El Chacal de Nahueltoro” batió los récords de asistencia de público a las salas de cine, solamente superada por el éxito televisivo adaptado a la pantalla grande “Ayúdeme Usted Compadre” de Germán Becker.
Posteriormente, Luis Alarcón participó en gran parte de los films de Raúl Ruiz como Nadie dijo nada (1970), La expropiación (1971), La colonia penal (1972) y Palomita blanca (1973).
En televisión fue parte de emblemáticas telenovelas como Marrón glacé, Estúpido cupido, Sucupira, La Fiera, Romané, Pampa Ilusión, El circo de las Montini, Puertas adentro, Los Pincheira, Los Capo, entre otras.
Para Luis Horta, coordinador de la Cineteca de la U. de Chile -que custodia y difunde los filmes La Universidad en la Antártica y El Chacal de Nahueltoro- además de su reconocimiento social por sus roles en telenovelas, “creo que es importante poner en valor que Luis Alarcón fue formado en la U. de Chile, donde participó del departamento de creación que renovó distintas estéticas y discursoss del cine chileno de la década de los 60 en adelante, hasta 1973”.
“Creo que es super importante relevar que Luis Alarcón siempre tuvo una vinculación con lo popular y una pertenencia de las artes con los sectores populares. Por ejemplo, cuando él que ya tenía una trayectoria consolidada, regresó a su lugar de origen para hacer una muestra de cine. Esa fue su vocación de querer retribuir a las comunidades con toda la experiencia que recopiló con todos los años trabajados con grandes artistas como Raúl Ruiz, Miguel Littin, Héctor Ríos entre otros”, cerró Horta.