Brechas salariales, barreras de acceso y limitaciones en el desarrollo de la carrera profesional son parte de la realidad del mercado laboral que las mujeres enfrentan a nivel mundial. Desde la academia plantean que uno de los factores que contribuye a esta desigualdad es el impacto negativo ocasionado por la maternidad, fenómeno conocido como “multa por hijo o hija”, el cual fue objeto del más reciente estudio del académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y subdirector del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), Dante Contreras, junto a los investigadores, Pablo Muñoz y Cristóbal Otero.
La investigación, titulada “Maternidad y Desigualdad de Género en el Mercado del Trabajo”, fue presentada en el Seminario «Multa por hijo(a) en Chile: La permanente desigualdad en el mercado laboral», evento organizado por COES, Comunidad Mujer y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) del Cono Sur. La actividad, además, contó con la participación del investigador COES y subsecretario del Trabajo, Giorgio Boccardo; del country manager de Statkraft, María Teresa González; y la especialista en salarios y tiempo de trabajo de la OIT, Sonia Gontero.
En su discurso inaugural, la Oficial de Programación de OIT del Cono Sur, Patricia Roa, agradeció el trabajo investigativo desarrollado por el equipo encabezado por el profesor Contreras y destacó la importancia de pensar el cuidado como una necesidad social. “Este es un tema urgente y que debemos abordar desde la evidencia, desde las normas y la protección. Tenemos que comprometer a trabajadores y empleadores y a la sociedad a abordar el cuidado de los niños y las niñas como un bien de la sociedad para que ejercer el cuidado o la maternidad no sea multada”, declaró.
De acuerdo al estudio, la trayectoria de hombres y mujeres es similar hasta 9 meses antes del nacimiento del primer hijo/a, momento en que la probabilidad de empleo comienza a aumentar para los hombres y a disminuir para las mujeres. 20 meses después del nacimiento, la brecha de empleabilidad entre hombres y mujeres es de aproximadamente 15 puntos porcentuales. Ante estas cifras, el subsecretario del Trabajo, Giorgio Boccardo, sostuvo que el problema radica en la dificultad de compatibilizar la vida laboral con las labores de cuidado.
Para Dante Contreras, lo crítico del problema reside en que se trata de una situación que se mantiene en el tiempo. "Cuando nace un hijo se genera la brecha y esta persiste en el tiempo. No observamos que se vaya cerrando y es ahí donde está el problema principal”, advierte.
Salas Cunas como política pública
El subsecretario Boccardo indicó que, desde el Gobierno, una de las políticas que apunta a reducir la disparidad laboral entre hombres y mujeres tiene que ver con la extensión del derecho a Sala Cuna, para lo cual es necesario el pacto fiscal. En este ámbito, comentó el interés del Gobierno de replantear el artículo 203 del Código del Trabajo, que establece el mínimo de 20 trabajadoras requerido para que las empresas ofrezcan salas cunas a sus trabajadoras. “Eso nos parece una condición de justicia elemental en un diseño de política pública. Nosotros creemos que hay condiciones para poder avanzar en esto (…) Siempre aparecerá el sistema de los costos laborales en la discusión, pero creemos que los efectos en empleo, en productividad y en redistribución tienen un beneficio tan superior con relación al costo”.
“Desde un punto de vista más tradicionalmente económico, el hecho de lograr una mayor incorporación y permanencia en el largo plazo de la mujer en el mercado de trabajo tiene un montón de beneficios. Agregar un ingreso más a las familias, y eso tiene consecuencias directas sobre los niveles de pobreza”, precisó Contreras.
Otras sugerencias
Una de las recomendaciones planteadas por el estudio para ayudar a reducir la desigualdad de género en el trabajo tiene que ver con la implementación de políticas de conciliación laboral y familiar, como licencias parentales compartidas y horarios de trabajo flexibles, que permitan a ambos padres participar activamente en el cuidado de sus hijos. “Además, para apalancar la participación tanto de madres como padres es necesario apoyar los horarios de inicio y los horarios de salida de tal forma de facilitar la participación laboral. Yo creo que ese sería un diseño correcto”, argumentó Contreras.
Por su parte, la especialista en salarios y tiempo de trabajo OIT, Sonia Gontero, recordó otra medida que ayudaría a equilibrar la disparidad de sueldo entre hombres y mujeres, y que apunta a transparentar la remuneración en las ofertas de trabajo, proyecto de ley que se encuentra en tramitación en la Cámara de Diputados desde 2022. “Ayuda tanto a hombres como a mujeres a negociar sus salarios y a enfrentarse a entrevistas de trabajo sabiendo exactamente cuál es el salario que se paga por dicho puesto. Se trata de transparentar un poco la cancha. Aquí creo que es muy importante que haya mujeres involucradas en los liderazgos, y en el proceso de toma de decisión de estas políticas, para incorporar la perspectiva de género en el diseño de políticas, es importante la voz de las mujeres”, explicó Gontero.
Por su parte, la Country manager de Statkraft Chile, María Teresa González, puso el foco en la responsabilidad del sector empresarial de velar por la generación de entornos laborales adaptados a la necesidad de cuidado de sus trabajadores y trabajadoras. “Tenemos que crear en las organizaciones espacios donde las personas hombres y mujeres se sientan libres, se sientan que el deber de cuidado, tanto de hombres como de mujeres, no es penalizado”.
El trabajo sugiere también otro tipo de medidas, como el pago directo a las mujeres por el monto estimado de dicha brecha. Este pago puede ser financiado de distintas maneras, por ejemplo, con impuestos generales de la nación o a través de pago directo por parte de los padres.