Con un total estimado de 23.000 registros, 10 colecciones biológicas de la Universidad de Chile subieron y actualizaron su información en el Sistema Global Biodiversity Information Facility (GBIF). Esta acción permite a las muestras de la Casa de Bello avanzar en la visibilización del conocimiento generado y la vinculación con especialistas y espacios internacionales.
“Global Biodiversity Information Facility” es una plataforma internacional que ofrece acceso gratuito a datos sobre biodiversidad. Funciona como un repositorio y mediador, recopilando información sobre especies de diversas fuentes, incluyendo museos, institutos de investigación, universidades, entre otras. El sistema entrega datos sobre localización y taxonomía de las especies, por lo cual sus usos son esenciales para desarrollar investigación científica en la conservación de la biodiversidad y en la formulación de políticas ambientales.
A través de una convocatoria generada por el Proyecto de Innovación en Educación Superior (InES) Ciencia Abierta (INCA 210002), financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), se ofreció financiamiento para que colecciones biológicas pudieran aportar sus datos a GBIF. En este sentido, de las diez colecciones UCH postulantes, la totalidad fue adjudicada con el fondo, logrando la contratación de estudiantes y su capacitación para la gestión y manejo de bases de datos.
La Universidad de Chile aportó con un total estimado de 23.276 registros, los cuales provienen del “Museo Entomológico Forestal” y la “Xiloteca” de la de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza. Desde la misma Facultad, también está la colección “cráneos de guanaco” y del “Herbario EIF”. A esto se suma el “Banco de Semillas Hortícolas”, el “Herbario AGUCH” y la “Food Quality Research Center” de la Facultad Ciencias Agronómicas.
Por último, se añaden las colecciones de “Coleópteros de la RN Los Queules y alrededores” de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, el “Herbario SQF” de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas y las “variedades de vid criollas para uso en estudios arqueológicos” de la Facultad de Ciencias Sociales.
El académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas y curador del “Herbario AGUCH”, Federico Luebert, aportó a GBIF con un estimado de 13.000 datos. Además, el especialista es el contacto técnico entre la UCH y la plataforma, coordinando el lazo entre la Universidad y el Ministerio del Medio Ambiente y velando para que la información cumpla los estándares de calidad.
Frente a la importancia de participar de este proceso, el profesor Luebert señaló que “el libre acceso a los datos permite que otras personas los utilicen y de esta manera, aporten a la generación de conocimiento. La publicación de los datos en GBIF permite que las colecciones visibilicen su propia labor e importancia. Finalmente, los datos publicados, una vez utilizados, deben ser citados, de manera que las colecciones reciben el reconocimiento correspondiente en las publicaciones científicas”.
Además, el especialista agregó que “La UCH cuenta con más de 35 colecciones biológicas, convirtiéndola en una de las instituciones con mayor número de ejemplares en Chile. Estos sirven de base para investigaciones en diversas áreas, desde la taxonomía biológica básica, el estudio de la evolución y biogeografía de especies, hasta las ciencias sociales o las ciencias biomédicas”.
Por su parte, la académica de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas e integrante del Comité de Biodiversidad Biológica, Gabriela Valenzuela, mencionó que la importancia de vincularse con GBIF se debe a que “representa una gran vitrina que favorece la internacionalización de sus datos e investigaciones y la colaboración científica a nivel mundial. Esta integración no solo amplía el alcance de sus estudios, sino que también promueve la cooperación con expertos y entidades internacionales”.
A su vez, la profesora Valenzuela añadió que “al unirse a GBIF, la Universidad garantiza la calidad y consistencia de sus datos, influyendo positivamente en la formulación de políticas ambientales y de biodiversidad. Además, este compromiso fortalece su papel en la educación y sensibilización sobre la importancia de la biodiversidad a nivel local y global”.
Experiencias con datos de biodiversidad
Dentro de las experiencias de las y los académicos que se han involucrado con el Sistema, se encuentra la vivencia de Amanda Huerta, académica de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza y curadora del “Museo Entomológico Forestal”.
Este espacio logró aportar con 452 registros a la plataforma GBIF y corresponde a un conjunto de insectos terrestres de interés forestal provenientes de diferentes localidades de Chile. Con especímenes de 1968 en adelante, esta muestra cuenta con cerca de 3.500 ejemplares y contiene información espaciotemporal valiosa para sostener estudios dirigidos hacia el manejo integrado de plagas y de agentes de daño del bosque nativo.
Al respecto, la profesora Fuentes señaló que este vínculo “constituye un paso muy relevante en la visualización digital de la colección, de acceso abierto y gratuito; además, da la posibilidad que otros equipos de investigación o personas de forma individual puedan acceder a esta información a nivel mundial y generar colaboraciones. De este modo, esta red contribuye al desarrollo sostenible al aportar con evidencia científica sólida para abordar los grandes problemas ambientales que aquejan a nuestra sociedad”.
A esta experiencia se suma la de Carolina Belmar, académica de la Facultad de Ciencias Sociales y curadora de la “colección de referencia de variedades de vid criollas para uso en estudios arqueológicos”. Esta muestra corresponde a material carpológico, como semillas y frutos, y de elementos microhistológicos vegetales, como granos de almidón. Su segunda línea se asocia al hallazgo arqueológico, es decir, la historia de las plantas en el pasado y su relación con las sociedades. La colección subida a GBIF corresponde a una caracterización morfométrico de las semillas del Vitis vinifera (uva), buscando identificar las diferentes cepas de vid en un contexto histórico.
En esta línea, la investigadora Belmar, aseguró que el vínculo con GBIF, “permite compartir datos con investigadores de otras instituciones y países que pueden tener proyectos relacionados con la historia de la uva. En términos generales, esto significa fomentar los diálogos inter y transdisciplinarios. Esto, a su vez, contribuye a caracterizar la biodiversidad del presente, y, desde la arqueología, aporta en entender la relación humano-planta”.
Finalmente, Magda Orell, académica de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza y curadora de la “Xiloteca”, aportó con 814 registros. Este espacio se conceptualiza como una biblioteca de maderas, contando con gran cantidad de material asociado a las colecciones en esta materia y aportando al quehacer investigativo como también a la certificación y comparación de especies.
En cuanto a los aportes generados con GBIF, la académica Orell afirmó que este lazo le da “un carácter oficial que exige más rigurosidad, porque es una proyección de conocimiento a nivel internacional, entonces requiere mucha responsabilidad en el oficio y mucho ojo para desarrollar investigación”.
A su vez, la investigadora concluyó con que el pertenecer a la plataforma es un incentivo, pues entrega acceso a “información lo más fidedigna posible, conocer otras maderas de otros espacios y no quedarme cerrada solamente con la investigación de Chile. Podemos encontrar lazos investigativos con otros profesionales y desde ese mutualismo, encontrar muy buenas ideas”.