“La valoración de la diversidad interna y el reconocimiento de la importancia de apoyar efectivamente a los y las estudiantes en su progreso académico, en su desarrollo integral y su empoderamiento, ha requerido conocerles mejor, escuchar y valorar sus historias de vida, sus expectativas y sus necesidades académicas. De esta manera, hemos avanzado progresivamente hacia una mayor humanización de nuestra institución, donde cada persona importa, implementando también acciones de acompañamiento que se proyecten hacia los otros estamentos, sin descuidar al cuerpo académico que ha debido sumar, a su ya muy demandante tarea, la de hacerse cargo de la educación inclusiva”, dijo la Rectora Rosa Devés en la inauguración del año académico 2024 de la Universidad del Bío-Bío.
El viernes 19 de abril, en las sedes del plantel estatal en Concepción y Chillán, la Rectora dictó la charla magistral “Nuestro compromiso con la equidad y la inclusión”, donde abordó el camino que ha recorrido la Casa de Bello para promover la diversidad de su comunidad universitaria, un trabajo que ha tenido impactos en todo el sistema universitario y que permanece en constante construcción.
La Rectora Devés fue invitada por el Rector de la Universidad del Bío-Bío, Benito Umaña, quien agradeció su participación en las ceremonias. “La Rectora Devés siempre nos desafía en el sentido de la impronta, del compromiso y del trabajo que debe haber en las universidades del Estado, y de la gran responsabilidad que tenemos con los desafíos del país. Fue un día muy hermoso para nuestra Universidad y para nuestra comunidad, y le agradecemos por haber acogido nuestra invitación a dictar la clase inaugural de este año académico”, dijo el Rector Umaña.
En su charla, la Rectora Devés destacó, entre los antecedentes del camino hacia la equidad e inclusión, a la figura del ex Rector Eugenio González, quien se preguntó en 1968 si quienes estaban llegando a la universidad eran “los jóvenes más capaces para los estudios superiores”. “La selección universitaria se realiza entre jóvenes que, por pertenecer en abrumadora mayoría a grupos sociales de alta y mediana situación económica, pudieron completar el ciclo de enseñanza media. ¿Cuántos niños de talento quedarán, sin ocasión de desplegar sus virtualidades, en las primeras etapas de la educación sistemática?”, planteaba en su artículo “La Universidad de Chile y su responsabilidad nacional” el ex Rector González.
También destacó el trabajo en la materia del ex Rector Víctor Pérez, quien en su discurso de Inauguración del Año Académico de 2007 planteó que “Calidad es equidad”, señalando que “cuando nuestra docencia se hace bien y alcanza un alto nivel de calidad, esa calidad se distribuye entre estudiantes de distintos orígenes”. Cuatro años más tarde, en la misma instancia en 2011, después de un trabajo analítico y reflexivo profundo, dijo que “la Universidad de Chile no estaba siendo una diseminadora de educación de calidad para la diversidad de la población, sino solo para ciertos sectores sociales”. Ese año, el discurso del ex Rector Pérez se tituló “Equidad es calidad”, pues la visión había cambiado hacia “implementar acciones tendientes a generar ambientes formativos que estimulen el desarrollo e integración de las capacidades humanas y profesionales para convivir, dialogar y ser efectivos en contextos de alta diversidad”, añadió.
Con esos antecedentes, que permiten una mejor comprensión del avance de la equidad y la inclusión en nuestra Universidad, la Rectora Devés realizó un repaso de los tres periodos de transformación institucional que se pueden reconocer en la Universidad de Chile. El primero, entre 2010 y 2014, correspondió a la “instalación de la perspectiva de equidad e inclusión estudiantil” y “giró en torno a atraer, atender y valorar la diversidad, reconociendo que en todos los espacios sociales, culturales y étnicos, entre otros, se encuentran personas cuyas potencialidades esperan ser desarrolladas, pero muy principalmente que la diversidad es esencial para desarrollar capacidades para convivir en democracia en una sociedad compleja”. En este periodo se crean iniciativas emblemáticas en equidad e inclusión, como el Sistema de Ingreso Prioritario de Equidad Educativa (SIPEE, 2011) y el Programa de Equidad de Género (2013), el Modelo de Desarrollo Integral de Estudiantes (2012) y la Política de Equidad e Inclusión del Senado Universitario en 2014.
En el segundo período, entre 2015 y 2017, se sumó el Programa Nacional PACE de acompañamiento a establecimientos educacionales de alto índice de vulnerabilidad, el trabajo de la Oficina de Equidad e Inclusión (creada en 2011) con otros grupos prioritarios, como personas con discapacidad, pueblos indígenas, afrodescendientes, migrantes y personas de grupos LGBTIQ+; y la Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género, que se focalizó en la prevención y denuncia del acoso, el abuso y la discriminación por temas de género. “Se instaló la necesidad y convicción de abordar la diversidad desde una nueva perspectiva: los derechos de los grupos prioritarios”, recalcó la Rectora Devés.
El tercer momento, desde el 2018 en adelante, se dio en un contexto de rápida aprobación de leyes nacionales, políticas y programas que apuntaron a abordar distintos aspectos de la diversidad poblacional. Dentro de la Casa de Bello, se buscó dar impulso a las estrategias de adecuaciones curriculares, la implementación del Diseño Universal de Aprendizaje y la Accesibilidad Universal, en los cuales se sigue trabajando. Más recientemente, se incorporó al Modelo Educativo el principio de igualdad de género y no discriminación, y se ha sumado el desafío de “avanzar hacia una pedagogía inclusiva que promueva el cuidado, a la vez que considere al educando como alguien capaz de aportar también al proceso educativo, sobre todo, al proceso de aprendizaje, el que no podía pensarse sino de forma dialógica y colaborativa”, afirmó la máxima autoridad universitaria.
“No solo es preciso defender nuestros enfoques inclusivos, sino que debemos educar para sostener esa defensa en los tiempos difíciles que se avecinan, en los cuales la solidaridad y los principios de igualdad serán especialmente necesarios. Por ello, nos hemos comprometido con la educación para los derechos humanos y para la democracia. No hay ninguna duda de que, si queremos educar a las personas para los derechos humanos y para la democracia, nuestro ambiente educativo debe ser consistentemente dialogante, respetuoso y democrático”, resaltó la Rectora Devés.
La presentación de la charla magistral estuvo a cargo del vicerrector académico Dr. Sergio Vargas Tejada. Junto con exponer los antecedentes académicos y la experiencia en administración universitaria de la Rectora Devés, el profesor Vargas indicó que “al invitarla a inaugurar nuestro año académico, no solo reconocemos su trabajo en torno a los desafíos que suponen la equidad y la inclusión y su permanente preocupación por el rol que en ello les cabe a las universidades, sino que hemos querido también destacar nuestra convicción en la necesidad de la cooperación interuniversitaria, para contribuir colaborativamente al cumplimiento de las demandas de la sociedad actual, poniendo de relieve la trascendencia de la educación superior pública”.
A las ceremonias asistieron también la presidenta de la Junta Directiva de la Universidad del Bío-Bío, Marcela Vidal; la Prorrectora Julia Fawaz; el vicerrector de Asuntos Económicos, Mauricio Gutiérrez; la vicerrectora de Investigación y Postgrado, María Angélica Caro; el contralor universitario, Manuel Cerda; la secretaria general, Romina Bazaes; autoridades regionales y municipales; docentes, estudiantes y la comunidad de la casa de estudios estatal.
Puedes revisar aquí la Charla Magistral de la Rectora Devés.