El carbono es un elemento clave para nuestro planeta y sus seres vivos. Forma parte de moléculas como las proteínas o el ADN, y se considera como la base de la vida en la Tierra. Presente tanto de forma sólida como gaseosa, representa una parte importante de la atmósfera terrestre, donde desempeña un rol fundamental en la regulación de la temperatura del planeta y permite la formación de oxígeno a través de procesos como la fotosíntesis de las plantas.
Es considerado uno de los elementos más antiguos conocidos por la humanidad. Su uso se documenta desde el 3.750 A.C, en el tiempo de los egipcios y sumerios, pero desde la prehistoria se ha asociado al desarrollo tecnológico de nuestra sociedad. Este progreso, acelerado en los últimos siglos, es lo que ha derivado en el problema de las grandes emisiones de carbono, así como de otros Gases de Efecto Invernadero (GEI), una de las principales causas del cambio climático. De esta forma, el elemento que es clave para nuestra vida, paradójicamente también arriesga acabar con esta.
Este complejo escenario motivó la generación de acuerdos a nivel global, incluyendo a Chile, para combatir los efectos del cambio climático. Un momento bisagra en este proceso fue la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 (COP21), que estableció el emblemático Acuerdo de París. En este contexto, nuestro país se ha comprometido a alcanzar la carbono neutralidad hacia el año 2050. “Como primera etapa, el 2030, se definen presupuestos de carbono. Esto no es dinero, sino presupuestos de Gases de Efecto Invernadero con un techo de emisiones para Chile”, explica la directora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) y académica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Pilar Moraga.
En términos simples, la carbono neutralidad significa que las emisiones netas de este elemento sean igual a cero. Para lograr este objetivo, es importante regular las principales fuentes de emisiones de gases, como el transporte o el sector energético, pero también incentivar la captura del carbono realizada por la fotosíntesis de las plantas y bosques.
Sin embargo, Cecilia Ibarra, investigadora del CR2 e ingeniería civil industrial de la Universidad de Chile, aclara que los GEI no solo involucran a las emisiones de carbono. “Eso es solo una parte del problema, porque el asunto es que los Gases de Efecto Invernadero que se emiten al quemar distintos combustibles o materiales que tengan carbono lo liberan al aire. Eso es lo que llamamos emisiones. Y eso tiene un efecto de calentamiento global. Entonces, si hablamos de descarbonización, es como concentrarse en un aspecto muy particular que no es todo el problema y tampoco es toda la solución”, sostiene.
Informe a las Naciones de Carbono Neutralidad
El Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), liderado por la Universidad de Chile, cada cierto tiempo desarrolla los denominados “Informes a las Naciones”, un trabajo colaborativo entre las distintas líneas de investigación de este centro en un contexto interdisciplinario. “Tenemos la vocación de que esta evidencia científica que logramos pueda ser de acceso para la ciudadanía y los tomadores de decisión, cualquiera sea este: gobierno, sector público, privado, empresa, sociedad civil, juntas de vecinos, municipios, etc. En ese sentido, hacemos un esfuerzo muy grande de que esta evidencia científica, que se traduce en los tradicionales papers o artículos científicos, pueda tener un formato de divulgación adecuado para un público más general”, describe Pilar Moraga.
Es así como el próximo Informe a las Naciones del CR2 abordará medidas y políticas que Chile puede implementar para lograr el objetivo de la carbono neutralidad. Así lo destaca la socióloga Gabriela Azócar, investigadora del CR2 y una de las encargadas del desarrollo de este informe, quien plantea, para este cometido, un enfoque centrado en la mitigación de los impactos asociados a la generación de Gases de Efecto Invernadero, pero también asociados a la adaptación.
“La idea es hacer un análisis que visibilice el estado actual de la política pública en el país, pero también identificar posibilidades de contribuir a mejorarla; también proyectar distintos escenarios para la toma de decisiones. Es decir, por ejemplo, que si nos vamos por este camino, cómo logramos la meta que nos propusimos al año 2050 de carbono neutralidad; o si nos vamos por este otro escenario o esta otra trayectoria”, señala Azócar.
Si deseas saber más al respecto te invitamos a escuchar el capítulo 138 de Universidad de Chile Podcast, ya disponible en Spotify, Youtube Music y Apple Podcast.