Debido a ingesta excesiva de ácidos grasos omega 6

Obesidad gestacional: Investigación U. de Chile determinará su impacto en el hígado del feto

Obesidad gestacional: Investigación evaluará impacto en hígado fetal
La ingesta excesiva de ácidos grasos omega 6, especialmente ácido linoleico –presente en los aceites vegetales de uso común- podría afectar tanto la salud hepática de la madre como del niño por nacer, e incluso repercutir en su vida de adulto
La ingesta excesiva de ácidos grasos omega-6, especialmente ácido linoleico (presente en los aceites vegetales de uso común) podría afectar tanto la salud hepática de la madre como la del niño por nacer, e incluso repercutir en su vida de adulto.
Doctor Manuel Maliqueo, investigador principal del proyecto.
“Una población normal debería consumir una proporción, entre ácidos grasos omega-6 y omega-3 (como el presente en el aceite de oliva), cercana a cuatro es a uno. Hoy en día esa proporción es cercana a 20 es a 1", advierte el doctor Manuel Maliqueo, investigador principal del proyecto.
Doctor Nicolás Crisosto
El doctor Nicolás Crisosto es otro de los investigadores que participa en esta investigación, que determinará si la ingesta de estos ácidos grasos omega-6 se relaciona con marcadores de función hepática en la sangre del cordón umbilical de los recién nacidos.

“La obesidad gestacional afecta el hígado fetal mediante la acción de derivados de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) omega-6” es el título de este proyecto encabezada por el doctor Manuel Maliqueo, investigador del Laboratorio de Endocrinología y Metabolismo del Departamento de Medicina Interna Occidente de la Facultad de Medicina de la U. de Chile. La iniciativa se basa, en parte, en los hallazgos realizados por un proyecto Fondecyt Regular de 2018, donde se detectaron cambios en la función placentaria de embarazadas con obesidad gestacional, lo que permitió encontrar marcadores de disfunción hepática en la sangre del cordón umbilical de los niños. “Entonces pensamos ahí que hay una asociación entre el consumo del ácido graso omega-6 y algunos mecanismos asociados con su transporte y con su metabolización que podrían incidir en el metabolismo hepático", explica el académico. 

El ácido graso omega-6 se encuentra en la mayoría de los aceites vegetales de uso común, añade el doctor Maliqueo, “principalmente, en los que derivan de la soya. Y en la actualidad, la población ingiere una cantidad importante de estos aceites, tanto en alimentos listos para consumir como al cocinar o freír”. Al respecto, afirma que “una población normal debería consumir una proporción, entre ácidos grasos omega-6 y omega-3 (como el presente en el aceite de oliva), cercana a cuatro es a uno. Hoy en día esa proporción es cercana a 20 es a 1, considerando la mayoría de los alimentos que son ultraprocesados, por ejemplo, y que las personas usan estos aceites vegetales para cocinar. Lo complejo de este tipo de ácidos grasos omega-6, en particular el ácido linoleico, es que durante su metabolización generan compuestos que son las oxilipinas, que favorecen la oxidación y son proinflamatorios”.

Sobre los efectos asociados al consumo de ácidos omega-6, el investigador señala que “no está muy claro si son beneficiosos o no. Algunas publicaciones sugieren que su ingesta puede ser beneficiosa para el perfil lipídico y para disminuir el riesgo cardiovascular en población general; otras, en modelo de animales gestacionales, muestran que podrían tener algunos efectos deletéreos sobre el hígado de las crías, además de otros en el largo plazo. Pero no hay mucha información acerca de esa relación en base a estudios en humanos”.

¿Beneficioso o perjudicial?

El objetivo del estudio, de esta forma, es determinar si la ingesta de estos ácidos grasos omega-6 se relaciona con marcadores de función hepática en la sangre del cordón umbilical de los recién nacidos. Para ello, seguirán dos líneas de trabajo: la primera es clínica, reclutando en consultorios del área Occidente a 60 embarazadas con normopeso como grupo control, y a igual número con obesidad gestacional, pero sin patologías concomitantes como diabetes o hipertensión, para seguirlas desde etapas tempranas de su embarazo. A todas, se les aplicarán encuestas alimentarias, con el propósito de conocer el consumo declarado de los ácidos grasos omega-6. Asimismo, se les tomarán muestras de sangre para determinar su presencia y la de las oxilipinas a niveles plasmáticos.

Al momento del parto, y dado que la mayoría de las madres que se atienden en dichos consultorios tienen a sus hijos en el Hospital San Juan de Dios, “podremos recolectar sus placentas y muestras de sangre de cordón, con el fin de poder caracterizar todo este fenómeno desde un punto de vista clínico y vincular estos resultados con los que obtuvimos durante sus embarazos. En la placenta queremos ver cómo se expresan las enzimas que tienen que metabolizar estos ácidos grasos, y en la sangre de cordón buscaremos algunas moléculas que son marcadores que permitan acercarnos a la función hepática del hígado del feto”.  

La segunda línea, en tanto, consistirá en el desarrollo de un modelo de obesidad gestacional en ratones para comprender qué pasa con los metabolismos tanto placentario como del hígado fetal. “Tenemos propuesto evaluar el efecto de dietas con distintos niveles de ácido linoleico, considerando que las recomendaciones internacionales la establecen como menor al 2% de la ingesta diaria. Hoy en Chile esa cifra es cercana al 12%. Así, probaremos niveles de consumo de 1,5%, 3% y 11%, similar a la ingesta de mujeres con obesidad gestacional, para analizar niveles de oxilipina en hígado materno y fetal, y su impacto en el transcriptoma, es decir, en la gama completa de moléculas de ARN mensajero expresadas por un organismo”. Además, para probar las alteraciones hepáticas y metabólicas a largo plazo, estudiarán los efectos en la descendencia por marcadores de disfunción hepática, resistencia a la insulina, dislipidemia y tolerancia a la glucosa.

Queremos entender si toda esta ingesta materna tiene finalmente un correlato con disfunción hepática –del tipo esteatosis hepática vinculada a obesidad- que ocurra tanto durante la vida fetal o en el largo plazo, que observaremos en el modelo animal de vida adulta. Nuestros resultados contribuirán a ganar más conocimientos, orientados a estar en la base de estrategias para mejorar la calidad del patrón dietético y prevenir los efectos a largo plazo de la obesidad gestacional”, indica el doctor Maliqueo sobre este trabajo, en el que también participan el doctor Nicolás Crisosto, de su misma unidad; académicos del Departamento de Nutrición de la U. de Chile, como los doctores Rodrigo Valenzuela y Cynthia Barrera; la directora del Departamento de Ginecología y Obstetricia Occidente de la U. de Chile, doctora Helga Vera; y la doctora Paola Casanello, de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica.

- ¿Dado que la literatura científica ha mostrado resultados perjudiciales y también beneficiosos del consumo de ácido linoleico, ¿qué esperan detectar?

Sumando lo que se puede encontrar en la literatura científica más algunos datos que hay en modelo animal y nuestros resultados previos, pensamos que probablemente esto tenga algún grado de efecto deletéreo. El tema es que no sabemos a qué nivel, cuánta concentración de estos ácidos grasos es perjudicial. Probablemente haya un equilibrio con una cantidad moderada y se logren efectos beneficiosos, pero cuando se excede esa cantidad se pueden obtener resultados que no son los más favorables.