Hoy China se describe como un país en desarrollo, que desempeña un importante papel de liderazgo dentro del Sur Global, y en ciertos aspectos ha logrado ese liderazgo. Sin embargo, el impacto ambiental, que ha ido de la mano con su crecimiento, podría generar un efecto negativo en otros ámbitos de la gobernanza, como son la salud, el comercio y la seguridad geopolítica.
Así lo afirmó esta mañana la académica de Amherst College, prof. Kerry Ratigan, quien dio a conocer parte del trabajo que ha realizado con los profesores David Janoff Bulman (John Hopkins SAIS) y Ninh Leng (Georgetown University). En este analizan precisamente los efectos en cascada que el impacto ambiental producido por China puede generar en la opinión pública de los países que componen el sur global.
Efectivamente -a su juicio- China produce grandes emisiones de efecto invernadero, pero al mismo tiempo ha incorporado a su industria sendos complejos basados en energías renovables de gran capacidad, tanto solar como eólica, superando con creces a Estados Unidos e incluso a la Unión Europea. También ha impulsado importantes inversiones en el plano local como en el extranjero, a través de la iniciativa de la Ruta de la Seda Verde.
“A ello se suma que la evolución del liderazgo de China se ha visto positivamente influido al ser concebido como una nación creadora y seguidora de reglas, participando en conversaciones multilaterales para la paz en Medio Oriente; aportando tropas a misiones de mantenimiento de la paz de la ONU, y desempeñando un papel más firme en conversaciones sobre el clima. Por su parte, en los últimos años, Estados Unidos se ha mostrado más retraído en cuestiones globales, manteniendo un enfoque en las intervenciones militares en vez de un liderazgo comprensivo en temas como el medio ambiente y nuevas normas para el desarrollo y uso de inteligencia artificial”, explicó.
Esta realidad les motivo a realizar una encuesta de opinión concentrada en 10 países del sur global, la cual abarcó a 17.764 personas (muestra representativa por edad, género, educación y región). Este estudio demostró que existe una percepción positiva de China como líder ambiental, con capacidad innovadora, que responde a las necesidades de su población a través de un gobierno eficaz.
Asimismo, según los resultados de dicha encuesta, los investigadores concluyeron que al gobierno central de China le importan las percepciones que se tienen respecto de los temas ambientales, mientras que al gobierno estadounidense está más preocupado de las percepciones que se tienen sobre el gigante asiático, por lo que ha generado diversas campañas destinadas a socavar la imagen que se tiene de China.
“Podemos afirmar que la opinión pública sobre China es un ‘blanco móvil’, en constante actualización, y ello constituye una gran oportunidad para que la nación asiática pueda cultivar el ‘poder blando’ (soft power) a través de su liderazgo en temas ambientales”, concluyó.