Un cargador de teléfono pesa unos 50 gramos y su cable otros 20 gramos. No es mucho, pero si se suman todos los que existen en una casa y se multiplican dentro del país el problema es gigantesco. “Por ejemplo en la Unión Europea, donde ya se ha implementado una ley para reducir estos residuos, se espera eliminar 11.000 toneladas de basura electrónica al año, lo que equivale a aproximadamente a 287 millones de cargadores de celular, cada uno con su propio impacto ambiental”, comenta el ingeniero Pablo Garrido de la Oficina de Ingeniería para la Sustentabilidad de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.
Reducir la basura electrónica, ese es el sentido de la ley que acaba de ser aprobada y que que obliga a estandarizar los cargadores y sus cables. Es decir una vez que la regulación entre en vigor tanto los Iphone como los teléfonos con sistema android deben tener la misma interfaz de carga y un protocolo de comunicación de carga compatibles . Durante el trámite de discusión de la norma se dijo que “establecer cargadores universales estandarizados para distintos dispositivos, se generan menos residuos, menos acumulación de cables, se favorece la legítima competencia y se eliminan barreras de entrada”.
El objetivo de la ley que obligará a estandarizar los cargadores y sus cables es reducir la basura electrónica. Es decir, una vez que la regulación entre en vigor, tanto los Iphone como los teléfonos android tener la misma interfaz de carga y protocolo de comunicación de carga compatibles. Durante el trámite de discusión de la norma se dijo que “establecer cargadores universales estandarizados para distintos dispositivos, se generan menos residuos, menos acumulación de cables, se favorece la legítima competencia y se eliminan barreras de entrada”. Una vez que la ley se publique en el diario oficial un decreto ministerial fijará el reglamento para su aplicación.
“Estas leyes ayudan a la sustentabilidad al reducir la cantidad de residuos. Por ejemplo, incentivan a que los productos electrónicos eviten incluir cargadores innecesarios. Esto reduce la producción de estos componentes y, por lo tanto, genera menos basura. Menos producción y menos desechos contribuyen a un menor impacto ambiental”, agrega Garrido.
"Si bien de forma continua hay innovaciones y desarrollos tecnológicos que implican el lanzamiento de nuevos aparatos electrónicos, como sociedad estamos obligados a ser más conscientes del daño al planeta que significa cambiar los dispositivos constantemente. Medidas como la ley recién aprobada y que busca estandarizar los cargadores de dispositivos va en la dirección correcta", agrega la ingeniera en electrónica y jefa de infraestructura digital de la Vicerrectoría de Tecnologías de Información de la Universidad de Chile, Sandra Jaque. De todos modos, "habrá que entender cómo se aplica el reglamento para que redunden en un beneficio de impacto al medio ambiente y no solo un elemento de comercialización adicional, habrá que entender también como se profundiza en las exigencias de sustentabilidad asociadas a esta ley", agrega la ingeniera.
BASURA ELECTRÓNICA
Los cables contienen plásticos que tardan muchos años en descomponerse y minerales valiosos como cobre y aluminio. Al botar cables en lugar de reciclarlos el material se pierde y la es necesario producir más, lo que aumenta la huella de carbono y puede dañar el medio ambiente por la minería y producción, remarca el ingeniero.
De acuerdo al último estudio global desarrollado por la Unión Internacional de las Telecomunicaciones, en 2019 la humanidad generó 53,6 millones de toneladas de residuos electrónicos en el mundo. Una gigantesca montaña de basura que no para de crecer y se calcula que a fin de la década habrá 74,7 millones de toneladas, un 40% más que en 2019.
Chile bota 193 mil toneladas de chatarra electrónica y es el tercer país productor de despojos de este tipo en américa latina con un récor de cerca de 10 kilos de deshechos. Un dato a considerar: menos del 18% de este material se reprocesa.
La ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, ha anunciado que pronto existirá una regulación específica para el reciclaje de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Es posible que esa normativa sea informada a fines de año porque el ministerio amplió en tres meses “el plazo para dictar la Propuesta de Decreto Supremo que establece metas de recolección y valorización y otras obligaciones asociadas de pilas y aparatos eléctricos y electrónicos”.
“La implementación de un decreto de la ley REP, que regula el reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos, está llegando a su etapa final. Es crucial fortalecer y dar seguimiento a esta ley para asegurar su eficacia y promover la valorización de estos equipos. Además, sería beneficioso considerar leyes adicionales que amplíen la responsabilidad extendida del productor o que incentiven el ecodiseño en los equipos importados o producidos”, comenta Garrido.