Un análisis de las nuevas políticas laborales en Chile, fue lo que abordó el episodio 38 del podcast Bitácora Social con el académico del Depto. de Sociología, Pablo Pérez, quien además dirige el Núcleo Milenio en Política Laboral y Vida Familiar y Colectiva (LABOFAM), uno de los tres Núcleos Milenios para el desarrollo de investigaciones en Ciencias Sociales, Exactas y Naturales, adjudicados recientemente por la Universidad de Chile, es decir que contarán con el financiamiento de Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).
El equipo está compuesto por los académicos de la misma facultad, Sofía Donoso y Nicolás Angelcos, y la académica de la Facultad de Economía y Negocios, Valentina Paredes. Además, integrará a académicos/as de la Universidad Alberto Hurtado, la Universidad de Talca y la Universidad de Valparaíso, así como de profesores/as internacionales de la Universidad de Cambridge, The City University of New York - CUNY y la Universidad de Sydney.
A lo largo de los últimos dos años, Chile ha implementado diversas leyes para facilitar el trabajo a distancia (Leyes 21.342 de 2021 y 21.220 de 2022), para reducir la jornada de trabajo de 45 a 40 horas semanales y flexibilizar las jornadas y los descansos (Ley 21.561). De hecho, la nueva ley de Conciliación vida personal, familiar y laboral, entró en vigencia en enero de este año 2024.
Por su parte, la ley sobre “Reducción de la jornada laboral a 40 horas” entró en vigencia el 26 de abril de 2024 (Ley 21.561). Esta iniciativa reduce gradualmente la jornada laboral, concretándose la primera etapa de implementación de la Ley con una reducción obligatoria de la jornada de trabajo de 45 a 44 horas semanales.
En conversación con la periodista de la Facultad de Ciencias Sociales, Carolina Escobar, el académico Pablo Pérez, señaló que en el caso chileno si bien la reforma recién aprobada sobre la reducción a 40 horas semanales de trabajo es positiva, implica también que trabajadores/as deban negociar arreglos en los horarios. “Algunas voces más críticas dicen que las relaciones de desigualdad (empleado-empleador) pueden perjudicar a trabajadores/as”, complementó.
La Ley de Conciliación Laboral y Familia es otro foco de la investigación, particularmente analizar si se pueden hacer arreglos que se puedan pueden traducir en mejoras en la vida familiar. “También queremos analizar los bemoles. Hay lecturas o miradas que dicen que, si las mujeres teletrabajan, se quedarán en la casa y podrán quedarse para labores del hogar. Pero las lecturas menos optimistas indican que eso no es así, porque si teletrabajan más, no conllevará una distribución del trabajo equitativa con hombres. Eso se piensa que podría afectarlas más. Otro punto central del proyecto es analizar cómo cambia el comportamiento y la sociabilidad en el trabajo”, añadió el sociólogo durante la conversación.
Desde el punto de vista metodológico, los núcleos Milenio duran tres años y este es un proyecto de tipo mixto (cuantitativo y cualitativo al mismo tiempo), con un enfoque longitudinal enfocado en las grandes empresas, y se hará una encuesta cada cuatro meses. “Queremos ver cómo cambia el vínculo con los sindicatos. Cómo cambian la labor y la dimensión doméstica en relación al trabajo y también la dimensión política”, detalló Pablo Pérez. La parte cualitativa es longitudinal para entrevistar en profundidad, incorporando una bitácora de registro sobre lo que hacen y saber cómo les afecta el teletrabajo.
A futuro, el estudio podría extenderse al sector público, pero por ahora solo van a contemplar sector privado. “Tenemos pensado hacer encuestas en tres regiones del país: RM, Valparaíso y del Maule para abordar la realidad de grandes ciudades, pero también intermedias y pequeñas ciudades, específicamente empresas receptoras de servicios diversos”, relató.
Una de las motivaciones del proyecto que dirige Pablo Pérez, es contribuir a los debates en torno a estas políticas, ya que “en el caso de la Ley de Conciliación de la vida laboral, familiar y personal hay varias líneas de opinión. Una más optimista señala que cuando se facilitan los acuerdos, la conciliación de las labores domésticas es mayor. Otra línea señala que el teletrabajo no implica cambios en la distribución de las tareas. Desde los sindicatos y sus voces más críticas señalan que el teletrabajo des-socializa y rompe vínculos”.
Al respecto, en Bitácora Social Pablo Pérez indicó que hay una preocupación en el estudio acerca de la falta de vínculos sociales por el teletrabajo, entre ellos la falta de vínculos con sindicatos y de otro tipo. Esto puede traer consigo una merma en la negociación. En esa línea, el proyecto de Conciliación Trabajo y Familia no le asigna un rol fundamental a los sindicatos.
Recordó que en Chile las empresas grandes tienen sindicatos, mientras que las medianas y pequeñas no, por eso se enfocarán en empresas grandes. A mediados de octubre 2024, partirán con el proyecto propiamente tal, a futuro también van a definir el cuestionario y seleccionarán a las empresas para las encuestas. Dichas encuestas serán validadas con sindicatos y contarán con apoyo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). También se harán seminarios internacionales y más actividades.
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