Con gran asistencia y participación de público, el pasado 16 de octubre 2024 se realizó en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile la Presentación del Informe sobre Desarrollo Humano en Chile 2024, a cargo de Maya Zileveti, coordinadora de Investigación PNUD y co-autora del informe titulado “¿Por qué nos cuesta cambiar?: conducir los cambios para un Desarrollo Humano Sostenible. La actividad estuvo organizada por el Departamento de Sociología de la casa de estudios.
Como diagnóstico inicial, Chile ha cambiado de manera profunda en las últimas décadas. Pero hay dificultades objetivas para cambiar pues hay cambios que no se han concretado y otros que han sido insuficientes. Frente a la pregunta ¿Por qué nos cuesta cambiar?, la expositora Maya Zileveti indicó que “cuesta cambiar porque las capacidades de la sociedad chilena para conductor los cambios son actualmente insuficientes”.
Dicho informe muestra que hay una gran diferencia entre la élite económica y el resto de las élites. Por otro lado, ha habido un deterioro del tejido social y baja disposición a participar en organizaciones.
El debate público en torno a cambios institucionales controversiales se caracteriza por la presencia de oposiciones dicotómicas, que funcionan como verdaderas trincheras. Una de las oposiciones más relevantes es la del Estado-Mercado y sus correlativos: solidaridad-competencia, colectivo-individuo, política-economía, ideología-ciencia, etc.
Acerca del sentir de las personas, han aumentado las emociones negativas implosivas pero algunas cambian en intensidad durante la última década. Se mantiene la rabia (7%-9%), por ejemplo. En relación a las demandas del estallido social, un 83% de las personas a favor de las demandas del estallido, continúan estándolo, y también se mantiene la percepción de que la sociedad chilena no respeta la dignidad a los derechos humanos. Pese a las decepciones, persiste el deseo de cambios profundos pero graduales, de hecho un 75% de la ciudadanía prefiere que los cambios sean justamente graduales.
Maya Zileveti aclaró que la decepción de las personas está marcada desde los 40 años en adelante, mientras que las emociones negativas están más asociadas a personas mayores sobre los 65 años, entre ellas la preocupación, el medio y la vulnerabilidad que sienten ante la delincuencia.
Del informe se desprende, como detalló la expositora, una tipología de cómo se posicionan las personas frente a los cambios en Chile, y en ese marco hay conformes, nostálgicos, impacientes (este nos falta por analizar) y gradualistas.
Hay también una revalorización de los proyectos comunes para el país, volviendo a los niveles de hace décadas. Existe, por otro lado, una alta molestia o desaprobación a la desigualdad en diferentes dimensiones de la vida común, siendo la mayor molestia aquella vinculada a la desigualada de género.
Se vislumbran ciertas condiciones por construir y estas son: 1) Reparar la relación entre élites y ciudadanía; 2) Reconstruir la confianza de las personas en la instituciones; 3) Establecer acuerdos pragmáticos y realistas entre el usted; 4) Fomentar un debate público constructivo, y 5) Fortalecer la cultura política de la ciudadanía.
Un aporte de las ciencias sociales para las ciencias sociales y la sociedad
Tras la presentación del Informe sobre Desarrollo Humano en Chile 2024, el académico del Depto. de Sociología, Manuel Antonio Garretón, recalcó que este informe es un aporte para las ciencias sociales desde las ciencias sociales. Esto lleva a distintos ámbitos de la sociedad, pero “no tenemos una teoría del cambio social. Lo que hacemos es referirnos a distintas esferas o campos y eso dificulta la comprensión de porqué esos cambios no ocurren”, comentó.
Sobre por qué nos cuesta cambiar como se titula el informe o por qué no se suscitan los cambios, “pienso que estos no ocurren porque hay estructuras que requieren cambios y hay sujetos que se oponen. Un ejemplo es el tema de las pensiones. El problema es que no hay un proyecto de cambio de la sociedad”, apeló Garretón.
A diferencia de las épocas previas, “estamos en un tipo de sociedad donde los distintos problemas parecieran no tener un hilo conductor”. Lo último que “vivimos en esa línea fue la lucha contra la dictadura. Hoy no tenemos eso”. Actualmente, hay actores que defienden una estructuración, y eso es básicamente la herencia de la dictadora y su orden social.
En una línea similar de análisis, la decana Teresa Matus, aseveró “Chile es un país que se moderniza, pero no tiene modernidad y -en sintonía con lo que decía Manuel Antonio Garretón-, no tenemos un proyecto”. Recordando el slogan de “Chile la alegría ya viene” y conectándolo con la sociedad actual, hoy la “gente percibe que la alegría fue parcial y efímera. Apelando al ex presidente Sebatián Piñera que decía que los tiempos iban a ser mejores, “no fueron mejores sino que peores”.
Se requiere de un proceso de auto-observacion, de lo contrario estamos “condenados a la irrelevancia”, dijo la decana. A veces, incluso, las soluciones se crean por duplicación. Con esa duplicación se gasta mucho más dinero público. Ejemplo de ello es que antes había intendentes en las regiones, mientras que ahora hay delegados presidenciales regionales, gobernadores y consejeros regionales.
Pero también hay un rol que le compete a las universidades de volcarse a una idea de pensamiento que busque trabajar lo social e implementar lo social. “Si uno/a lee el informe, obviamente se abre la pregunta de cómo plantear lo social. El nivel en que está planteado el informe requiere que todas nuestras disciplinas de la facultad tengan una respuesta de vanguardia. Yo creo que todos/as nosotros/as tenemos que trabajar en una producción de sentido país y ejemplo de ello es el Colegio Doctoral que estamos desarrollando”.