El sector de viviendas prefabricadas en madera en Chile central ha experimentado un crecimiento significativo, pero también enfrenta grandes desafíos en términos de cumplimiento normativo, complejidad y sustentabilidad. Así lo revela un reciente estudio liderado por la profesora Rosemarie Garay, académica del Departamento de Desarrollo de Productos Forestales de la Universidad de Chile, en colaboración con la ingeniera forestal Susana Benedetti del Instituto Forestal (INFOR). El estudio publicado en la revista "Habitat Sustentable" de la Universidad del Bio-Bío, proporciona una radiografía del estado actual de esta industria en las regiones de Valparaíso, O'Higgins y Metropolitana, poniendo en evidencia tanto las fortalezas como las debilidades del sector.
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El estudio se enfocó en revisar los antecedentes de los fabricantes de viviendas prefabricadas en medios digitales de venta y en el Servicio de Impuestos Internos (SII), aplicando criterios que incluyeron el cumplimiento de normativas técnicas, el nivel de complejidad de los proyectos y la incorporación de prácticas sustentables. Los resultados muestran que un 83% de las empresas evaluadas corresponden a "constructoras-fabricantes" y están legalmente constituidas, lo que refleja un nivel importante de formalización en el sector.
En términos de complejidad de los proyectos, el estudio reveló que un 54% de las empresas presenta un nivel bajo en la ejecución de proyectos de mayor envergadura, mientras que un 35% alcanza un nivel medio y solo un 11% logra un nivel alto. Estos resultados sugieren que aún existe una importante brecha en términos de capacidades técnicas para enfrentar proyectos más complejos, un aspecto que, según el estudio, se relaciona directamente con las debilidades en el cumplimiento normativo y técnico.
Uno de los puntos más críticos destacados por Garay y Benedetti es la falta de información técnica clara y accesible para los potenciales clientes, especialmente en lo que respecta a la sustentabilidad de los productos ofrecidos. La investigación concluye que el atributo menos destacado entre las empresas es precisamente la sustentabilidad. Pocas compañías proporcionan datos sobre la huella de carbono, el uso de materiales reciclables o certificaciones voluntarias, factores que podrían ser clave para diferenciarse en el mercado y mejorar su competitividad.
Finalmente, el estudio subraya la necesidad de implementar acciones que impulsen la industrialización del sector, promoviendo una mayor integración de la gestión y la reglamentación. Esto no solo ayudaría a mejorar la calidad y seguridad de las viviendas prefabricadas, sino que también podría contribuir a reducir los riesgos asociados a la autoconstrucción en áreas con problemas de inseguridad territorial. Para ello, es necesario un mayor apoyo institucional y normativo que acompañe el crecimiento de esta industria en auge.
El estudio realizado por la profesora Garay y la ingeniera Benedetti plantea un llamado de atención para las empresas del sector, que deben adaptarse a los nuevos desafíos ambientales y regulatorios, potenciando la sustentabilidad y la calidad técnica en sus procesos. La madera, como material de construcción, presenta múltiples ventajas en términos de sostenibilidad, pero su correcto uso y certificación serán clave para el desarrollo futuro de esta industria.