El pasado miércoles 30 de octubre, una delegación de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile visitó las instalaciones de la empresa BioGrow, en el marco de su alianza para el desarrollo de tecnologías innovadoras en biocontrol. La comitiva estuvo encabezada por el académico Jaime Montealegre, junto a la investigadora Luz María Pérez, el Gestor Tecnológico de la Facultad, Emilio Olivares, y el Ejecutivo de transferencia tecnológica de la Dirección de Innovación de la VID, Vicente Leyton.
Desde diciembre de 2018, la Universidad de Chile ha licenciado a BioGrow una tecnología de biocontroladores fúngicos, específicamente orientada al manejo de hongos causantes de la enfermedad del brazo muerto de la vid. Este desarrollo ha sido posible gracias a los Proyectos FONDEF IDeA CA13I10035 e IDeA IT16I10006, los cuales fueron ejecutados en los Departamentos de Sanidad Vegetal y de Ciencia y Tecnología Farmacéutica de la Universidad.
“Esta asociación entre la Universidad y la empresa, en proyectos de investigación financiados principalmente con fondos públicos, se convierte en un círculo virtuoso que aporta al desarrollo económico y a la formación de los nuevos profesionales de pre y postgrado,” destacó el profesor Jaime Montealegre, quien ha liderado el proyecto desde la academia.
Durante la visita, los académicos recorrieron las instalaciones guiados por Arsenio de la Torre y su equipo, quienes explicaron los procesos de escalamiento de producción y mejoras en la formulación del bioproducto. Actualmente, BioGrow comercializa dos productos basados en esta tecnología: BioTrunk, un biofungicida, y B-Trunk, un bioestimulante. Ambos productos están en proceso de registro ante el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y se encuentran en evaluación para su uso en distintos cultivos en Chile, Argentina, Perú y Estados Unidos.
Según explicó Juan Carlos Ríos, Jefe de Producción e Innovación de BioGrow, una de las ventajas de esta colaboración ha sido la continuidad en el equipo, ya que el actual Jefe de I+D de BioGrow formó parte del equipo científico que desarrolló y evaluó el BioTrunk, “Esto ha facilitado tanto la gestión de registros como la exploración de nuevos mercados” añadió.
Además, esta tecnología ha alcanzado una proyección internacional. Actualmente, está patentada en Chile y Argentina, con trámites en curso en Estados Unidos, consolidando una innovación chilena con posibilidades globales. Según De la Torre, “la colaboración entre la Facultad y BioGrow contribuye de manera significativa a la producción sostenible y a la resiliencia del sector agrícola chileno e internacional.”
Para el futuro, ambas instituciones esperan continuar fortaleciendo esta relación y explorando nuevas formulaciones y aplicaciones, ampliando así las oportunidades de transferencia tecnológica y de impacto en el sector agrícola.