El 16 y 17 de enero de 2025 se llevó a cabo la "Tercera Escuela de Verano Indígena" en el Liceo Bicentenario Luis González Vásquez de Nueva Imperial, Región de La Araucanía. El evento reunió a 287 estudiantes de comunidades rurales en un espacio educativo diseñado para fomentar su interés por la ciencia y la tecnología, estableciendo vínculos con instituciones de educación superior y promoviendo oportunidades de desarrollo académico y profesional.
Organizada por la Subdirección de Pueblos Indígenas (SPI) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, en colaboración con las facultades de Ingeniería de la Universidad del Bío-Bío (UBB) y la Universidad de La Frontera (UFRO), esta iniciativa buscó integrar saberes ancestrales con conocimientos científicos. Los y las estudiantes participaron en talleres prácticos, charlas inspiradoras y actividades interactivas que demostraron cómo la ciencia puede ser una herramienta para fortalecer a sus comunidades y enfrentar los desafíos locales.
“Mediante la Escuela de Verano Indígena y otras actividades de extensión, buscamos cumplir con una de las misiones fundamentales de la SPI: conectar las ciencias y las ingenierías, junto con sus académicos, funcionarios y estudiantes, con los pueblos indígenas a lo largo de Chile. En este caso, nos dirigimos a niños, niñas y jóvenes, pero también a sus apoderados, familias y comunidades en general”, señaló Nikolas Studemann, encargado de la Subdirección de Pueblos Indígenas de la FCFM. Además, destacó que estas actividades tienen un enfoque horizontal y lúdico, siempre teniendo en cuenta las necesidades, curiosidades y conocimientos de los participantes.
Llevar la ciencia a los territorios
La relevancia de realizar este tipo de actividades en regiones fue también subrayada por Nikolas Studemann: “Para llegar a los pueblos indígenas de manera profunda, es necesario desplazarse hacia sus territorios. Es crucial que conozcan en primera persona las carreras que existen y los conocimientos que se imparten en la Universidad de Chile, aunque provengan de territorios alejados. Es importante también que sepan que la FCFM tiene cupos especiales para jóvenes indígenas y un sistema de tutorías para ellos”, señaló.
Desde la SPI añaden que estas iniciativas no buscan desvincular a los estudiantes de sus comunidades, sino motivarlos a considerar opciones académicas que, en el futuro, les permitan contribuir a resolver los desafíos que enfrentan en sus localidades. “Esto no implica que deban abandonar sus territorios, sino que, en un plano ideal, tengan la opción de estudiar en Beauchef para luego aportar a la resolución de problemas en sus comunidades. O bien, al conocer estas oportunidades, puedan recurrir a universidades regionales o cercanas. Por eso, el papel de la UFRO y la UBB en esta escuela es tan relevante”, explicaron.
Un taller que conecta ciencia y salud: “Conociendo la Diabetes Mellitus”
Uno de los talleres destacados fue “Conociendo la Diabetes Mellitus”, dictado por el profesor Pablo Caviedes del Centro de Biotecnología y Bioingeniería (CeBiB), junto con la académica María Elena Lienqueo del Departamento de Ingeniería Química, Biotecnología y Materiales (DIQBM) de la FCFM. El taller contó con el apoyo de Bárbara Ulloa, estudiante de Ingeniería en Biotecnología de la misma facultad, y de estudiantes de doctorado de la UFRO, como París Paredes y las doctoras Liset Flores y Allison Leyton.
“El interés mostrado por los jóvenes fue impresionante. Poder explicar una enfermedad tan prevalente como la diabetes desde un enfoque científico y práctico realmente despertó su curiosidad. Actividades como esta permiten que los estudiantes se acerquen a la ciencia de manera más cercana y significativa”, comentó el profesor Caviedes.
Por su parte, Bárbara Ulloa destacó la relevancia de este tipo de iniciativas para los estudiantes. “Son fundamentales para despertar vocaciones y para que los estudiantes de enseñanza media conozcan de cerca la vida universitaria y las diversas áreas de estudio que ofrece la universidad”. Además, enfatizó cómo estas interacciones permiten a los jóvenes obtener una visión más humana y menos formal de la educación superior, abriendo puertas hacia disciplinas a menudo desconocidas.
El rol esencial de los y las ayudantes en la Escuela de Verano Indígena
Los y las ayudantes en la Escuela de Verano Indígena desempeñan un papel crucial en la organización, coordinación y ejecución del evento, cubriendo tareas como la supervisión de equipos, la preparación de espacios, la difusión de actividades y la gestión de redes sociales. Gracias a su trabajo, las actividades se desarrollan de manera eficiente, resolviendo imprevistos que podrían afectar el funcionamiento de la escuela.
Testimonios como los de Whyatt Fahrenkrog, estudiante de Ingeniería Civil Industrial, y Consuelo Laurie, de Ingeniería Civil Mecánica, reflejan el impacto de este rol. Para Whyatt, quien pertenece al pueblo Aymara, estas actividades son esenciales porque “nos ayudan a visibilizar un mundo que muchas veces permanece invisible en nuestra cotidianidad. Estas instancias nos acercan a nuestras raíces, fortalecen nuestra identidad y nos convierten en estudiantes y profesionales más conscientes del entorno que nos rodea”.
Consuelo, por su parte, destaca que “participar en experiencias de este tipo es valioso para todos los involucrados (estudiantes, profesores y ayudantes), ya que nos permite conectar con personas de diferentes regiones, comunas o universidades que estudian o trabajan en carreras científicas o matemáticas. Esto nos da la oportunidad de complementar nuestras experiencias con diversos puntos de vista y enfoques académicos. Además, una gran ventaja de estas actividades es la posibilidad de hacer nuevos amigos” indicó.
La escuela, que ya se ha consolidado como un espacio clave para motivar a jóvenes de comunidades indígenas, no sólo permitió ampliar sus horizontes, sino que también reforzó el compromiso de las universidades organizadoras con la inclusión y la equidad en el acceso al conocimiento.