A 103 años de su partida al país azteca

Gabriela Mistral y su primer viaje México: un hito en su trayectoria pedagógica e intelectual

Gabriela Mistral y su primer viaje México: un hito en su trayectoria
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Gabriela Mistral, recibió el Premio Nobel de Literatura en 1945, seis años después le dieron en Chile el Premio Nacional. Foto: Archivo Central Andrés Bello.
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Fotografía tomada el mismo día en que Gabriela Mistral parte a México en 1922. Liceo N°6 de Niñas Teresa Prats de Sarratea, Santiago. Foto: Museo de la Educación Gabriela Mistral.
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Gabriela Mistral en México con amigos y discípulos. Foto: Museo Gabriela Mistral de Vicuña.
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Gabriela Mistral junto a un grupo de personas en Zacopoaxtla, México. Foto Museo Gabriela Mistral de Vicuña.

El 22 de junio de 1922, a las 19:45 horas, Gabriela Mistral partió desde la Estación Mapocho rumbo a Valparaíso, donde al día siguiente abordaría el vapor Orcoma. Su destino: México, país que se convertiría en una plataforma clave para desplegar su ideario pedagógico sobre el que ha reflexionado en base a su experiencia como maestra en distintos puntos de Chile.

Elizabeth Horan, académica de la Universidad de Arizona State University  y autora del libro Mistral una vida, señaló que el viaje a México representa un hito en la vida de Gabriela Mistral, quien había contactado y pactado amistades con varios intelectuales, poetas y diplomáticos, desde años anteriores. “Mediante amigos mutuos, ella se estableció un contacto con el destacado poeta y diplomático Amado Nervo en 1917, cuando la Revolución Mexicana llegó al punto de escribir y establecer una nueva constitución. Nervo la admiró por sus versos; en las cartas de Mistral a Nervo vemos que ella ya entendía que pudiera trabajar de manera muy efectiva en la diplomacia, utilizando lo que ella había aprendido como periodista para cultivar y enviarle a México información útil sobre la percepción de ese país en el exterior”. 

Así Gabriela Mistral realiza su primera residencia en el exterior, tras ser invitada por el Secretario de Educación Pública de México, José Vasconcelos, a colaborar en la reforma educativa que su país impulsaba luego de 10 años de guerra civil. A pesar de solo conocerse mediante correspondencia, él admiraba profundamente el pensamiento pedagógico y literario de Mistral. Por su parte, la poeta veía en México una oportunidad concreta para aplicar su pensamiento pedagógico, en un lugar que le ofrecía el reconocimiento que aún no encontraba en Chile.

Poco antes de su viaje, el 14 de mayo de 1921, Mistral se había transformado en la directora del naciente Liceo 6 de Niñas de Santiago (actual Liceo N° 7 Teresa Prats de Sarratea), un proyecto que iniciaba con gran entusiasmo, pero que, sin embargo, se fue transformando en una situación amarga, debido al constante asedio para que abandonara el cargo por parte de la elite capitalina que la juzgaba por ser profesora sin contar con un título universitario. Ante tal escenario, un año después acepta un desafío aún mayor: colaborar en la reforma educativa mexicana.

“Mistral fue invitada a colaborar con la reforma educativa en México, primero, porque ella tuvo una formación muy compleja, tal vez única, como educadora. No conozco de ningún otro caso de alguien que comienza como ayudante de escuela primaria en provincias, a la edad de 14 años y quien estudia por su propia cuenta para pasar los exámenes (ofrecidos para conseguir el derecho de seguir enseñando). Quien es contratada para enseñar Historia y Geografía, y después, Castellano, en los Liceos de Antofagasta y Los Andes. Para posteriormente, reorganizar y dirigir dos liceos y obtener, por concurso, la dirección de un nuevo liceo en Santiago, y hacer todo eso en un periodo menor de 18 años. Ella hizo todo eso mientras escribía, publicaba poemas, cuentos y prosas en la prensa nacional e internacional. Esa combinación de calidades era sumamente atractiva a los Mexicanos, y especialmente a los diplomáticos que entendían que el éxito de la revolución dependía en corregir el imagen de México, internacionalmente”, señaló Horan.

Un par de días antes embarcarse, las estudiantes y el personal docente se despidió de su directora en una hermosa y sencilla fiesta en que asistió el Ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Barros Jarpa, el Ministro de México en Chile, Carlos Trejo Ledo de Tejada; el secretario de la Legación de México, Antonio Castro Leal, el senador Pedro Aguirre Cerda, entre otras figuras de intelectuales, periodistas y admiradores de la poeta.

“He tenido siempre un gran cariño a México, y la oportunidad de conocerlo, que tan generosamente me brinda su gobierno, no puedo perderla, no tengo esperanza de viajar enviada por Chile, porque no poseo un título pedagógico”, escribió la educadora en una carta dirigida a Pedro Aguirre Cerda, Ministro de Justicia e Instrucción Pública de Chile, justo antes de embarcarse en el vapor Orcoma. La invitación fue parte del ambicioso proyecto de reforma educativa posrevolucionaria, que buscaba alfabetizar y llevar cultura a sectores rurales marginados mediante las Misiones Culturales, es así que este viaje se enmarca en muchos hitos de su biografía, al ser su primera estadía extendida en el extranjero. 

Para Dra. Zoila Schrojel, investigadora e integrante del Área de Gestión y Extensión del Archivo Central Andrés Bello, durante este momento Gabriela Mistral también toma conciencia de su transformación en figura pública incluso antes de partir desde Santiago. “Comienza a ser noticia en diferentes periódicos nacionales e internacionales, a los cuales concede entrevistas, en los que en más de una ocasión tuvo inconvenientes respecto a la forma y edición de sus dichos”, añade.

Gabriela Mistral viajó rumbo a México haciendo escala en Antofagasta (Chile), Lima (Perú) y La Habana (Cuba), antes de llegar al puerto de Veracruz. Durante su estancia en México, entre 1922 y 1924, recorrió en tren, camiones y a caballo diversos estados como Hidalgo, Morelos, Puebla, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Jalisco, Querétaro y Veracruz, participando activamente en iniciativas de enseñanza, fomento lector y difusión cultural.

“Al conseguir una invitación a México, Mistral puede lanzar el perfil internacional que había comenzado desarrollar en Punta Arenas con la revista Mireya y sus colaboraciones con Argentina. El perfil internacional de Mistral es naciente en Chile pero con su experiencia en el México post revolucionario, ella se acerca al estreno mundial pues toda la América Latina en aquel entonces estaba fascinada por lo que estaba pasando en México. Era el centro del mundo artístico y políticamente muy complejo”, señaló Horan.

En su primera estadía en México, la poeta fundó escuelas rurales inspiradas en las ideas educativas de Tagore y Tolstói, escribió textos de estudio, compuso himnos escolares y publicó un libro que reunió textos de autores latinoamericanos y europeos dedicados a la educación de niñas.

“Gabriela, gracias a su expertise como maestra rural, directora y eminente escritora, principalmente se le encargó la misión de creación de escuelas modelo, la instalación de bibliotecas públicas y la edición de materiales educativos, como la compilación de escritos para el libro Lecturas para mujeres. Fue contratada para hablar en la prensa local, en discursos oficiales, en libros, en escuelas rurales y en organismos latinoamericanistas y estudiantiles sobre el proyecto que se construía, para apoyar, visibilizar y legitimar desde su voz de intelectual pública”, señaló la Dra. Zoila Schrojel.

Asimismo, Schrojel detalló, “este recorrido le permitió conocer diferentes realidades que fueron determinando su pensamiento pedagógico, el cual, durante este periodo, plasmó en cartas, artículos para revistas y notas de prensa, tanto en prosa como poesía. Gracias a ello, la maestra rural, la educadora en terreno con su amplia y crítica mirada al sistema educativo de ese entonces, más sus contactos con distintos intelectuales, le permitieron abrirse paso en otras naciones del continente”.

“Tanto como hizo en Chile, pero en un campo más amplio, Mistral trabajó al lado de artistas visuales, otros poetas, maestros y maestras para desarrollar nuevas ideas sobre la educación estatal. Como una educadora Mistral era comprometida con la creatividad, con los movimientos como la idea de incluir el entorno, el aire libre, los jardines, el ejercicio físico en las clases. Ella tuvo experiencia en todo eso y estaba siempre explorando, informándose de los nuevos corrientes en el mundo de la educación, con énfasis en la práctica, que iba incluir el mundo del campo  y de los campesinos, de donde ella venía”, destacó Horan.

En esta misma línea, cabe destacar que Gabriela Mistral publicó su primer poemario Desolación en Nueva York por el Instituto de Las Españas, con apoyo del hispanista Federico de Onís, días antes de embarcarse a México. Esto provocó que la masiva difusión internacional de su publicación concordara con su proyección en el continente americano. Asimismo, durante esta estadía, Gabriela Mistral recibe de parte de la Universidad de Chile el título de Profesora de Estado en la asignatura de Castellano en 1923.

Durante su estancia en México entre 1922 y 1924, la colaboración entre Gabriela Mistral y Jose Vasconcelos fue constante y significativa. Aunque con los años sus caminos tomaran rumbos distintos, la invitación de Vasconcelos fue clave en la internacionalización de Gabriela Mistral, abriéndole las puertas a Europa, Estados Unidos y a la diplomacia.

Gabriela Mistral viajó a México en dos oportunidades. La primera, entre junio de 1922 y abril de 1924, culminó con una gira por Estados Unidos y Europa (visitando países como Italia, Francia, Suecia y España) antes de regresar a Chile en febrero de 1925. Con el paso de los años y su experiencia como diplomática, regresó a México en 1949 con el cargo de Cónsul de Chile en Veracruz hasta 1950. No obstante, su cariño por esta nación se vio reflejado a lo largo de su vida al mantener contacto con distintos intelectuales mexicanos.

Terminada su labor en México, Mistral fue nombrada secretaria de una de las secciones de la Liga de Naciones y, más tarde, del Instituto de Cooperación Internacional de la Sociedad de las Naciones, en Ginebra. Desde 1933 también ofició como cónsul de Chile en diversas ciudades de Europa y América.

En esta línea, Nathaly Calderón, coordinadora del Área de Educación y Mediación Cultural del Archivo Central Andrés Bello y Sala Museo Gabriela Mistral, destacó la importancia de este hito tanto para de Gabriela Mistral, así como para Chile. “De cierta forma, Mistral se transforma en una voz de Chile que dialoga con el mundo, a través de su pensamiento, poesía y labor política y diplomática. Y que posteriormente, Mistral se convierte en la representante de Latinoamérica en el mundo al ganar el Nobel. Este vínculo es parte de lo que celebramos este año con el programa “Sembrando América en el Mundo”, cómo Gabriela Mistral llevó Latinoamérica al resto del planeta desde la mirada y experiencia latinoamericana”.