Cuatro papas, carne, porotos verdes, zapallo, agua, sazón y a cocinar una cazuela. Así de fácil es preparar el almuerzo para una familia. ¿Pero qué pasa cuando queremos que las y los estudiantes aprendan a planificar la alimentación para varios cientos de personas? Ese era el problema de las académicas de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Chile, porque “planificar a este nivel significa equilibrar el costo y el aporte nutricional y hacer este trabajo “a mano” es realmente lento, sobre todo para ajustar y llegar al valor y aporte nutricional que se requiere”, comenta la profesora Claudia Lataste.
En efecto, agrega la docente, planificación organización alimentaria a nivel colectivo es mucho más que ajustar la comida a la recomendación nutricional individual. “Cuando hablamos de alimentación colectiva nos referimos a casinos donde se alimenta un gran número de personas por ejemplo en una minera pueden comer más de 1000 personas en un almuerzo y en un hospital si sumamos funcionarios y pacientes las raciones alimentarias que se entregan pueden sumar fácilmente sobre 500 quinientas”.
Para aprender la técnica y ciencia detrás de este proceso las y los estudiantes en el curso de Planificación Alimentaria en Servicios de Alimentación colectiva (PSAC) desarrollan un taller de un semestre que termina con el cálculo del costo y aporte nutricional de la minuta que proponen. “Desarrollar esa minuta, ingrediente por ingrediente, es realmente lento, e incluso podría tardar días. Finalmente, el trabajo se vuelve estresante, tedioso y sumado a que está hacia el término del semestre, se ve muy aumentada la carga académica”, agrega la académica de la Escuela de Nutrición.
Buscando una solución al problema consultaron en la Dirección de Innovación de la Vicerrectoría de Tecnologías de la Información. “Hace algunos años atrás trabajamos también con la VTI para desarrollar un tour virtual sobre un recorrido de un servicio de alimentación, por lo que nos acordamos de esta experiencia y los contactamos para solicitarles ayuda”, recuerda la profesora Lataste.
La primera parte del trabajo conjunto fue definir el problema y luego “les enviamos las guías de trabajo que utilizamos con los estudiantes y una base de datos en Excel donde teníamos los datos de los alimentos, posteriormente ellos nos mostraron una versión de prueba y la piloteamos entre nosotras para ver su funcionamiento y mejoras que se podían hacer. Posteriormente nos reunimos una tercera vez para comentar como nos había funcionado y finalmente la utilizamos con un grupo de estudiantes para recibir retroalimentación”, agrega la docente.
La experiencia de esos usuarios fue positiva. La estudiante Michelle Valderrama asegura que “la herramienta simplifica enormemente procesos que antes requerían cálculos manuales o en excel. Esta aplicación, presenta un gran potencial para su uso en el curso Planificación en servicios de alimentación u otros donde se realicen actividades similares"
Con la aplicación el tiempo de costeo y de estimación de aporte nutricional se reduce hasta casi un 50%, porque los estudiantes solo deben ingresar las recetas de sus preparaciones y la aplicación les dará el costo por ración y el aporte nutricional. Si no es lo que esperan, pueden ajustar y volver a probar.
Al utilizar la aplicación podemos dedicar más tiempo al análisis y evaluación de la información y así podemos llevarlos más fácilmente a cumplir el resultado de aprendizaje propuesto en el curso que dice: “Argumentar la pertinencia y coherencia de su planificación alimentaria en base a la evidencia disciplinar y contexto interno y externo de la organización para ajustarla y cumplir los objetivos propuestos.”, resaltó la profesora Sandoval