Un acabado análisis sobre las élites en materia de gobernanza global y política exterior, realizó ayer la Dra. Benedicte Bull, reconocida cientista política; profesora titular del Centro para la Sostenibilidad Global de la Universidad de Oslo, y presidenta del consejo directivo del Instituto Nórdico de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo.
Invitada por el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, la Dra. Bull llevó a cabo una conferencia en la cual explicó los distintos acercamientos a través de los cuales se puede desarrollar el estudio de las élites políticas.
En primer lugar mencionó el acercamiento teórico, de carácter institucional. Se trata de un estudio sociológico basado en recursos/capitales, el cual también incorpora una mirada estructural que se fundamenta a través de disciplinas como la teoría política.
“En segundo término, tenemos un acercamiento más doméstico, con estudios de redes políticas y clubes informales. Hablamos de élites institucionales (burocráticas, de partidos políticos, militares, etc.), a los que se suman los estudios de élites intelectuales/mediáticas, redes de élites, así como también los grupos de poder, élites económicas y grandes empresas”, explicó.
Finalmente se refirió al acercamiento internacional, a través del cual se analizan las élites de organizaciones internacionales, las redes políticas, clubes informales, asociaciones públicas y privadas. Aquí también caben los representantes de empresas transnacionales, inversionistas, etc.
Nuevos enfoques
Como bien señala Benedicte Bull, en la actualidad también se pueden sumar nuevos enfoques, como el populismo en relaciones internacionales, el cual se define como una estrategia de poder que busca dividir gente entre “malos” y “buenos” y establecer una relación directa entre el líder y las personas, menospreciando y socavando instituciones.
“Este tiene un discurso ‘anti-elitista’ aunque fortalece a las élites existentes o genera nuevas”, agregó Bull. Un ejemplo de ello lo constituirían los presidentes Milei, Trump y Maduro.
Pero también tenemos el regreso de estudios sobre oligarquías y oligarcas, donde se constata que los ricos se han vuelto mucho más ricos aún.
“En este sentido, es importante señalar un dato: las fortunas totales de milmillonarios se han multiplicado 17 veces desde 2000. Ahora tenemos seis veces la cantidad de milmillonarios que en 2000. Por su parte, el PIB mundial se ha multiplicado por 3 en el mismo período y el PIB por cápita es ahora 2.4 veces que en el año 2000”, destacó la cientista política.
En este punto vale explicar lo que entendemos por oligarquía, que el politólogo estadounidense, Jeffrey Winters, definió como la política de defensa de la riqueza por parte de actores con recursos materiales.
“ Según Winter, en este caso en particular estamos hablando de un poder minoritario basado en la riqueza, resistente a la dispersión y de alcance sistémico. O sea, actores que dirigen y controlan concentraciones masivas de recursos materiales, que pueden emplearse para defender o mejorar su riqueza personal y su posición social exclusiva”, agregó.
Pero América Latina tampoco se ha quedado atrás en este tema, pues ha experimentado un cambio en cuanto a quienes son los más ricos en América Latina, en rubros como la tecnología, finanzas y procesos de diversificación, por mencionar algunos.
“Acá se da un cambio en la forma de ejercer el poder, donde transitamos desde el poder coercitivo e institucional, hacía el poder infrastructural y transnacional, sentenció.
Por último, la Dra. Bull destacó los beneficios y limitaciones de estudiar a los ultra-ricos.
“Entre los beneficios, señalamos el hecho que nos orienta al estudio de las consecuencias políticas de la desigualdad. Estamos hablando de individuos de creciente importancia también en la política global. Por su parte, entre las limitaciones no enfrentamos al problema de la estructura-agencia. Es un enfoque en los individuos, los cuales no sabemos si definirla como una ‘clase dominante global’ o una ‘súper clase’”, concluyó.