Investigadora del ICBM es reconocida entre los 100 Jóvenes Líderes 2025

Dra. Aracelly Gaete, una de las 100 Jóvenes Líderes 2025: “Este reconocimiento es también para mi equipo y nuestro trabajo con VIH”

Dra. Aracelly Gaete, una de las 100 Jóvenes Líderes 2025

Para la científica, el reconocimiento tiene un sentido colectivo: “Es un gran reconocimiento a una trayectoria que comenzó en Frutillar, en la Región de Los Lagos. Jamás imaginé llegar a trabajar en la Universidad de Chile, y menos ser reconocida entre personas tan destacadas de distintas disciplinas. Este premio viene a culminar un año de mucho esfuerzo y logros que son también del grupo humano con el que trabajo”.

Comprender los efectos del VIH en el cerebro

El trabajo de la Dra. Gaete se centra en los efectos del VIH sobre el sistema nervioso central, un campo poco explorado dentro de la virología. Su investigación aborda qué ocurre con las microglias —las principales células inmunes del cerebro— cuando son infectadas por el virus, lo que podría llevarlas a un estado de senescencia asociado a alteraciones cognitivas y neurodegenerativas.

“La calidad de vida de las personas que viven con VIH no siempre es la misma, incluso con tratamiento. Observamos envejecimiento prematuro, problemas de memoria o concentración, y aún no sabemos del todo por qué. En nuestra línea de investigación descubrimos cambios relevantes en las células cerebrales que podrían ser tratados con nuevos fármacos”, explica la científica.

En esta etapa postdoctoral, la investigadora trabaja junto al Dr. Ricardo Soto Riffo, profundizando en los mecanismos que explican estas alteraciones y explorando terapias que disminuyan la inflamación y los efectos neurodegenerativos del virus. Su trabajo ha sido publicado en revistas de alto impacto como Nature, Science y The Lancet, y recientemente se adjudicó el fondo internacional de la farmacéutica Gilead, que financiará esta investigación hasta 2027.

La trayectoria de la Dra. Aracelly Gaete refleja el espíritu interdisciplinario del ICBM, donde la ciencia se pone al servicio de los desafíos de salud más urgentes, como la comprensión de los efectos del VIH en el cerebro y la búsqueda de tratamientos que mejoren la calidad de vida de quienes viven con el virus.