La voz de personas con experiencias de privación de libertad y la co-creación de conocimiento universitario, fueron abordados en jornada de Convict Criminology

Jornada de Convict Criminology: voces de ex-presos y saber universitario

El martes 2 de diciembre se llevó a cabo la Jornada de Convict Criminology en el auditorio de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile. La actividad fue organizada por la Fundación SOROMA, el Magíster en Criminología y Gestión de la Seguridad Ciudadana, y el Departamento de Estudios Políticos, estos dos últimos pertenecientes a la Facultad de Gobierno. 

El evento fue concebido como una oportunidad para explorar conexiones entre el mundo académico y la experiencia de vida de quienes han pasado por la experiencia carcelaria, buscando la posibilidad de construir conocimiento de manera colectiva.

La jornada comenzó con las palabras de la académica Olga Espinoza, de la Facultad de Gobierno, quien expresó su satisfacción por la realización de esta actividad, gracias a la oportunidad brindada por la visita del profesor Jeffrey Ian Ross, de la Universidad de Baltimore, experto en Convict Criminology. La académica también describió los esfuerzos previos dirigidos a identificar fórmulas de conectar la universidad y la cárcel en Chile, tensionando la apertura del evento con la pregunta de si la universidad es realmente útil dentro del contexto carcelario.

A continuación, se realizó una performance de intervención y contextualización, encabezada por Catalina Estay, directora de la Fundación SOROMA, junto a Luciano Faúndes, kinesiólogo y socio de la organización. Esta intervención fue descrita como la antesala de una nueva forma de trabajo e investigación para la fundación: un laboratorio creativo que investiga el cautiverio desde una intervención biopsicosocial, utilizando el cuerpo y su kinesfera como eje central.

Estay explicó que el proyecto “Activando autonomías” llevó a la reflexión de que, para trabajar las "sombras" con personas en reinserción social, primero se debe recuperar su kinesfera. Esta recuperación es vital, ya que los cuerpos subordinados al poder presentan sintomatologías físicas comunes asociadas al cautiverio, como hipervigilancia, tensión muscular constante y el uso mínimo del espacio.

SOROMA proyecta este cautiverio principalmente en "corporalidades feminizadas" (mujeres y disidencias), entendiéndolo como una "prisión multiplicada", una red de encierros que superpone limitaciones de movimiento, deseo y autonomía. Para la fundación, la sororidad es vista como una herramienta política y un pacto profundo que funge como la "luz que resquebraja esa sombra". El objetivo es que la libertad deje de ser un sueño individual para convertirse en un "horizonte compartido".

Jeffrey Ian Ross: "Poniéndose al día con la Criminología del Convicto"

La parte central de la jornada fue la presentación de Jeffrey Ian Ross, profesor de la School of Criminal Justice, College of Public Affairs de la Universidad de Baltimore, cuya exposición se tituló "Poniéndose al día con la Criminología del Convicto" (Getting up to speed with Convict Criminology). Ross fue traducido por Vianca Minguzzi quien también fue una de las impulsoras y organizadoras del evento.

Ross, uno de los impulsores de esta corriente desde los años 90, se refirió a los orígenes, dificultades, desafíos y proyecciones de este campo a través de la revisión de su crecimiento y catorce preguntas interrelacionadas.

La Criminología del Convicto o Convict Criminology (CC) fue conceptualizada en la década de 1990 y diseñada para abordar la renuencia percibida para incluir de manera eficiente la "voz del convicto" en los debates y desarrollos políticos relevantes. 

Ross y su colega Steven Richard iniciaron un diálogo en los años 90 que se basó en reconocer que la voz de los convictos era ignorada o marginada de todo tipo de debates, incluyendo los académicos. Este diálogo llevó a la organización de un panel en la conferencia de la Sociedad Americana de Criminología (ASC) en 1997, donde académicos, la mayoría personas previamente encarceladas, formaron un grupo informal bajo la etiqueta de Convict Criminology. La CC se ha organizado en torno a algunos principios y funciona también como un grupo de ayuda mutua, buscando participar en los debates públicos actuales. El movimiento maduró, convirtiéndose en el 2020 en una división oficial de la ASC.

Uno de los conceptos centrales abordados por Ross fue la "experiencia vivida", definida como el conocimiento y las habilidades adquiridas como resultado de pasar una cantidad significativa de tiempo viviendo o estando expuesto a una institución o sistema de encarcelamiento. Sin embargo, la CC intenta no idealizar esta experiencia, dado que, según Ross: "no hay dos experiencias iguales", incluso bajo las mismas condiciones de encarcelamiento. Lo que dificulta la capacidad de generalizar.

En cuanto a su identidad conceptual, la CC no se alinea exclusivamente con una sola teoría, aunque comparte puntos con la teoría del etiquetamiento, la teoría del curso de vida, la teoría de la desistimiento, la sociología sobre prisiones y la criminología crítica. 

Desafíos y Proyecciones

Un desafío clave para la CC es corregir la comprensión limitada y punitiva que el público general tiene sobre la vida trás las rejas. El público a menudo cree que el encarcelamiento disuade de la comisión de delitos, influenciado por los medios de comunicación y las declaraciones políticas. Ross sostuvo que la realidad de la prisión es, en general, "más aburrida" de lo que se muestra en las películas y con "escasas posibilidades de rehabilitación" .

Los tres objetivos principales de la CC son el financiamiento de becas de investigación, el apoyo vía mentorías y el trabajo en políticas públicas. En el ámbito de las políticas públicas, la CC aboga por diversas reformas, incluyendo: reducir la población carcelaria en Estados Unidos; aumentar los programas de justicia restaurativa; desmilitarizar el sistema de justicia penal; restaurar el derecho al voto de las personas condenadas; fomentar la educación superior en todas las prisiones; y mejorar la preparación de los internos para su liberación; entre algunos de los principales lineamientos.

Ross concluyó destacando que los integrantes de la CC han participado en debates políticos importantes, han publicado numerosos artículos académicos, han dado mentoría a muchos convictos y ex convictos para que completen títulos académicos, y han fomentado que diversos expertos observen las prisiones de una manera diferente. Además, la red del CC es internacional, con colaboradores en países como Brasil, Argentina, Italia, Reino Unido y Canadá.

Discusión y Co-creación en Mesas de Trabajo

Tras la exposición, la jornada continuó con un almuerzo de 20 minutos, seguido inmediatamente por el trabajo más importante: la discusión en mesas de trabajo.

Los participantes se organizaron en grupos para abordar las "Estrategias de co-creación de conocimiento para la reinserción social y temáticas vinculadas a la experiencia carcelaria y la criminalización". Las preguntas planteadas para la reflexión colectiva fueron:

1. ¿Cómo se recupera el daño que causan la cárcel y la criminalización para generar procesos de reinserción social?

2. ¿Es la universidad un espacio realmente útil en cuanto a la reparación del daño causado por la cárcel y la criminalización?

3. ¿Existe una posibilidad real de construir conocimiento colectivo, en la universidad, de utilidad tanto cotidiana para las personas afectadas como a nivel de políticas públicas?

La actividad culminó con un plenario donde los grupos compartieron sus respuestas, cerrando con una dinámica de despedida. La organización buscó documentar las discusiones y se comprometió a "ponerlas en limpio" para devolver el conocimiento generado a los participantes.