En 1873, diez años después de la fundación del Cuerpo de Bomberos voluntarios de Santiago, la ciudad pasaba por un silencioso pero potencial desastre. La capital en ese entonces se dividía en 3 sectores: Norte, Centro y Sur, que estaban separados por el río Mapocho y la Alameda. La zona Sur era la más poblada y significativa, y estaba rodeada de edificios como la entonces recién inaugurada Casa Central de la Universidad de Chile (en ese entonces, llamada Palacio Universitario), el Instituto Nacional, Hospitales, estaciones de Ferrocarriles varias, iglesias, colegios y el Palacio Cousiño.
Pese a esto, la mayoría de las compañías de bomberos se concentraban en Santo Domingo 978 (actual Cuartel General de Bomberos), lo que sumado a que en aquel entonces las bombas existentes eran máquinas a vapor muy pesadas, dejaba a la zona Sur desprotegida contra grandes incendios. Fue esta preocupación la que motivó que voluntarios de otras compañías y estudiantes de la Universidad de Chile decidieran fundar la Quinta Compañía de Bomberos de Santiago el 7 de diciembre de 1873. En un comienzo, se denominó Bomba América, nombre que posteriormente fue reemplazado por el de Bomba Arturo Prat, en homenaje al egresado de la U. de Chile fallecido en combate durante la Guerra del Pacifico.
Así lo relata Jerónimo Carcelén, actual director de la Quinta Compañía, quien también destaca otros hitos asociados a esta fundación, como el hecho de ser la primera compañía donde la totalidad de sus miembros eran voluntarios. “Los fundadores deciden que esta compañía no iba a tener auxiliares. Los auxiliares eran personal rentado de apoyo a los voluntarios. Este grupo fundador decide que van a ser 100% voluntarios, lo que después marca algo muy trascendental en la historia de todos los bomberos en Chile”, detalla Carcelén.
Al elegir el lugar donde se establecería, en julio de 1872 los voluntarios de la compañía escogieron un pequeño terreno eriazo situado entre la Universidad de Chile y la antigua Iglesia de San Diego -actual plazuela Arturo Prat- para erigir la nueva compañía, decisión que obtuvo el beneplácito de las autoridades eclesiásticas y universitarias. De esta forma, su construcción comenzó en abril del año siguiente y finalizó el 7 de diciembre de 1873, lugar donde se mantuvo como cuartel de la 5° Compañía hasta agosto de 1893.
Alejandra Araya, directora del Archivo Central Andrés Bello, destaca este elemento de cercanía al ser la Casa Central uno de los primeros edificios financiados con fondos fiscales, coincidiendo con la vocación publica de ambas instituciones. "Eso es relevante porque la Universidad es mucho más que un espacio para estudiar, es un espacio que tiene una vocación país. La dimensión de servicio público que tiene una institución como la de bomberos, que es en consonancia con la de la propia Universidad de Chile, habla de un espacio que tiene una vocación país que pertenece a la vida”, señala la historiadora.
Es así como entre sus primeros voluntarios miembros de la Universidad de Chile se encuentra Adolfo Guerrero Vergara (N°8 de registro), abogado y posteriormente académico de Derecho de la Casa de Bello, que en esa época se impartía en la misma Casa Central. Adolfo Guerrero y todos los interesados en ingresar como voluntarios debían pagar un cóndor de oro, moneda de más alto valor en circulación en ese entonces.
Un Carro Bomba histórico
Considerando el contexto en el que se ubicaba la nueva compañía, era necesario poseer un equipo potente, de rápido transporte y liviano para resistir las malas condiciones del pavimento del barrio Alameda. De esta forma, se encarga desde Valparaíso a la firma inglesa Merryweather un carro que cumpla con estas características, equipo que llegó a manos de la compañía en 1873 y fue uno de los más modernos de su tiempo. Entre sus adelantos, incluía un sistema de presión a vapor que reemplazaba el enorme trabajo humano que requerían los anteriores sistemas de palancas.
Entre sus especificaciones técnicas, tenía un poder nominal de 1.640 litros por minuto y pesaba 24 quintales métricos con todo su material de incendio incluido. Poseía un caldero sistema “Field” de 6 1/2 pulgadas de diámetro en los cilindros de vapor y 5 1/4 pulgadas de diámetro en los cilindros de agua; mientras que su carrera de cilindros era de 18 revoluciones.
Con motivo de las celebraciones de los 150 años de la compañía, este carro se exhibió por una semana en la Casa Central de la Universidad de Chile. La iniciativa es una muestra de la conexión que posee la Compañía con el plantel universitario hasta la fecha. Así lo indica Guillermo Blanc, voluntario de la Compañía desde hace 20 años y académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. “Hoy día, en las filas de la Compañía, hay muchos exalumnos de la Universidad Chile, gente que está estudiando en la Universidad y también habemos algunos académicos de la Universidad. Por lo tanto, hay una relación muy íntima e histórica, que lleva 150, entre la 5ª Compañía y la Universidad”, destaca el voluntario.
Si deseas escuchar más sobre la historia de esta histórica compañía, te invitamos a escuchar el capítulo de Universidad de Chile Podcast sobre la compañía en Spotify, Tantaku y Youtube.