Este miércoles se conmemora el Día Internacional de la Educación, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019. Este año, bajo el lema "Aprender para una paz duradera", la UNESCO destaca la importancia de una educación basada en derechos humanos, diálogo y solidaridad para la creación de sociedades pacíficas.
En este contexto, la Universidad de Chile celebra el trigésimo aniversario de la recuperación de sus pedagogías, un hito para la historia de la educación pública chilena. El 21 de enero de 1994 comenzó el programa de prosecución de estudios pedagógicos que dio origen al actual Departamento de Estudios Pedagógicos (DEP) de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Casa de Bello. La actual directora de esta unidad, la profesora Marcela Gaete Vergara, destaca el crecimiento del programa y su contribución a la formación de profesionales comprometidos con la justicia educacional.
“Hoy contamos con el mismo programa al que ingresan cien estudiantes cada año, en diez menciones, además de dos carreras dictadas en conjunto con la Facultad de Ciencias: Pedagogía Media en Matemáticas y Física, la que durante 2023 cumplió veinte años, y la carrera de Pedagogía Media en Biología y Química, abierta el año 2015, mismo año de la apertura de la carrera de Pedagogía Básica. Además de la formación de pregrado, contamos actualmente con el magíster en Didáctica y la Revista Chilena de Pedagogía, ambas iniciadas en 2019”, comenta.
Sin embargo, los desafíos futuros son significativos. Carmen Sotomayor, directora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación (IE) de la Casa de Bello, señala la urgencia de cerrar las brechas de aprendizaje en niños, niñas y adolescentes, especialmente en niveles socioeconómicos desfavorecidos. Además, destaca la necesidad de recuperar y prestigiar la educación pública en Chile como un espacio inclusivo y de calidad. “La verdadera justicia educativa se produce cuando las brechas de aprendizaje, especialmente por nivel socioeconómico, tienden a acortarse. Es fundamental que los estudiantes logren estos aprendizajes y, en particular, los aprendizajes básicos de lectoescritura, sin los cuales no se puede aprender ninguna otra asignatura escolar”, afirma.
La también investigadora del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la U. de Chile subraya dos objetivos clave: primero, preparar a los estudiantes para las demandas futuras, incluyendo habilidades transversales como colaboración y resolución de problemas. “Junto con las competencias básicas, que no podemos soslayar, porque son la base de cualquier otro aprendizaje, tenemos que pensar en habilidades transversales como la colaboración, la tolerancia, la comunicación o la resolución de problemas, y en nuevas formas de enseñar en que concurran distintas disciplinas”.
Un segundo gran reto de la educación en nuestro país, agrega, es recuperar la educación pública; "una educación pública que sea de altísima calidad, inclusiva de todos, pluralista. Hay que devolverle a la educación pública su prestigio y su matrícula, porque ella es, además, el único espacio posible de encuentro e integración social. En un sistema educativo tan segregado como el de Chile tenemos que hacer todos nuestros esfuerzos y poner todas nuestras capacidades en mejorarla y prestigiarla”, afirma la directora del IE.
Contribuciones de la U. de Chile a la educación nacional
La excelencia, la apertura y la innovación en educación son principios que definen el trabajo de la Universidad frente a estos desafíos. En este camino, la institución se involucra a través de diversas unidades, como el Departamento de Educación, el Centro Saberes Docentes y el Instituto de Estudios Avanzados en Educación. De esta manera, a través de la colaboración y el compromiso con la calidad educativa, la Universidad de Chile busca ser un referente en la formación de profesionales y en la mejora del sistema educativo en el país.
Por otra parte, Carmen Sotomayor, en su rol de presidenta del Consejo Directivo del Programa Transversal de Educación (PTE), constituido también por los y las decanas de las facultades de Filosofía y Humanidades, Ciencias Sociales, y Ciencias, advierte que otro objetivo de la Universidad de Chile es contribuir al desarrollo profesional masivo de los docentes en servicio para mejorar capacidades y reducir las brechas socioeducativas.
“Tenemos todas las herramientas para aportar al país con excelentes profesores y profesoras, porque contamos con un cuerpo académico diverso y dedicado, y los estudiantes que ingresan a las carreras de pedagogía de la Universidad de Chile muestran altos desempeños y una vocación por la profesión. Nuestra institucionalidad es todavía fragmentada, pero se están generando valiosas instancias de trabajo colaborativo que permiten pensar que en el mediano plazo tendremos una institucionalidad de excelencia, abierta e innovadora en educación”, sostiene la profesora Sotomayor.
"Me parece que la Universidad de Chile tiene que ocuparse seriamente del desarrollo profesional de los docentes en servicio, no solo aportando con cursos o talleres, sino también participando en el diseño de una política de desarrollo profesional amplia y masiva, que entregue apoyo a los educadores y docentes de todos los niveles y modalidades del sistema educativo. Es fundamental hacer un aporte en este plano, si queremos mejorar las capacidades de nuestros docentes y acortar las brechas socioeducativas", señala la directora del IE.