“Chile es un país de poetas”; una frase que no por sonar repetida deja de ser cierta. Pablo Neruda, Nicanor Parra, Raúl Zurita, María Monvel, Vicente Huidobro, Violeta Parra y Elvira Hernández son solo algunas de las voces más populares dentro del género, que hoy se actualiza en la prosa de nuevas generaciones.
Pero en esta ocasión queremos destacar la trayectoria y el legado de una de las principales referentes de la literatura chilena e hispanoamericana del siglo XX. Sí, hablamos de Gabriela Mistral, poeta, educadora e intelectual oriunda de Vicuña quien por su obra obtuvo en 1945 el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose en la primera persona y mujer latinoamericana en recibir dicho reconocimiento de la Academia Sueca.
Un hito que cumple 80 años este 10 de diciembre de 2025 y que celebramos con orgullo. Pero, ¿por qué revisitar hoy la obra de Gabriela Mistral después de tantos años? ¿Acaso no basta con releer los “Sonetos de la Muerte”, retomar alguno de sus poemarios o volver a cantar sus rondas infantiles?
La verdad es que no, señalarán las y los invitados de este capítulo. Porque a pesar de la amplia recepción que su obra tuvo durante el siglo XX, se ha insistido en su figura como “madre” o solo como “maestra”, dejando de lado sus otras facetas u “oficios” que permean su producción literaria.
Así indica Fernanda Vera, directora del Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile e integrante de la Comisión Mistral, instancia presidida por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio que busca conmemorar los 80 años del Nobel.
"Yo considero que es muy relevante porque pone en diálogo y resalta esta faceta de Mistral como pedagoga, como diplomática, como una persona muy interesada en el devenir de América Latina y de su pueblo, muy interesada también en el desarrollo e implementación de la educación pública, en la accesibilidad que pudiesen tener los niños y niñas al conocimiento. Nos interesa mucho rescatar todas sus facetas profesionales", menciona la licenciada en teoría de la música y profesora de la Facultad de Artes U. de Chile.
Mistral y su interés por la pedagogía
Desde muy temprano Mistral se interesó por la pedagogía, influenciada por su hermana materna y profesora, Emelina Molina. En ese entonces, con solo 16 años en 1905, Lucila Godoy Alcayaga inició su carrera docente como ayudante en la Escuela de La Compañía Baja de La Serena. Un impulso que posteriormente la llevó a trabajar en establecimientos de Traiguén, Punta Arenas, Antofagasta y Temuco.
El progreso en su profesión docente corrió en paralelo al desarrollo de su producción poética, la cual destaca por sus libros “Desolación” (1922), “Ternura” (1924) y “Tala” (1938), publicaciones insignes que sembraron su camino al Nobel. Pero junto con esto, Mistral también realizó una extensa producción de textos en torno a la educación, las bibliotecas y el fenómeno pedagógico, con miras a la innovación y a la belleza de aprender y enseñar.
Ideas y experiencias como maestra que constituyen una verdadera “Pedagogía Mistraliana”, título del libro publicado por Ediciones Libros del Cardo, y que comenta su compiladora Gladys González:
"En este libro están condensados varios textos conocidos, como el 'Decálogo de la maestra', y a la vez hay una vinculación con el 'Herbario mistraliano', donde ella habla de las escuelas-granjas en México, donde se encuentra maravillada frente a un trabajo que se hace en la periferia de Ciudad de México y los mismos niños son los que administran su propia parcela, quienes tienen un huerto, luego lo venden, generan un diario, se reparten las ganancias. Entonces, ahí está hablando de mutualismo, de colectividad, nuevamente esa cercanía política que siempre es gravitante en todos los libros. Hay también textos dedicados a los bibliotecarios, se habla de los quioscos de lectura, de las madrinas de lectura en Argentina y cómo propiciaban el trabajo de fomento lector en los espacios más pobres".
González, quien es poeta, gestora cultural y profesora de castellano, recomienda este libro a estudiantes de pedagogía, porque aborda problemas y desafíos en torno a la educación artística, la educación integral y la educación para personas con discapacidad.
Además, Gabriela Mistral hablaba del “negocio pedagógico” y fue crítica de la privatización de la escuela y la elitización del contenido, promoviendo incluso el cine documental en escuelas rurales como una forma de mostrar “maravillas del mundo para inspirar a los niños”, indica González.
Recados de Mistral por el mundo
Asimismo, otro de los formatos -menos conocidos popularmente pero que desarrolló Gabriela Mistral- fueron sus “Recados”; textos publicados en medios de diversos países y que trataron todo tipo de temas, a través de los cuales mantuvo comunicación con su gente, enviando noticias y poesía del mundo. Nos detalla Alicia Salomone, Directora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Chile y académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de nuestro plantel.
"Es una enorme producción que ella desplegó, sobre todo desde el artículo periodístico para la prensa, para diarios importantes como fue El Mercurio en esos años, en los años 20, también para el diario La Nación de Buenos Aires, que es más o menos el equivalente, pero también en muchísimas revistas literarias y culturales del continente. Entonces, ella cultivó este género: la columna periodística, el ensayo corto, en algunos casos coloquial, siempre además experimentando con el lenguaje, recuperando palabras antiguas, con una gracia que era muy propia de ella, a veces intercalando regionalismos o formas de lenguaje propias del campo", explica la académica de nuestro plantel.
En el marco de su interés por la escritura de mujeres latinoamericanas entre los siglos XIX y XXI, la profesora Salomone ha estudiado la trayectoria de Mistral durante años, y recientemente editó “Gabriela Mistral. Poemas selectos”, antología de la colección Letras al Sur del Río Bravo publicado por Ediciones Corregidor de Buenos Aires, el cual recorre la trayectoria poética de Mistral y ofrece un conjunto de poemas inéditos o prácticamente desconocidos hasta esta publicación, que recomendamos leer.
Gabriela Mistral y su faceta diplomática
Gracias a su trayectoria educativa y literaria de aquel momento, Gabriela Mistral viajó a México en 1922 invitada por el Ministro de Educación, José Vasconcelos, con el fin de colaborar en la reforma educacional y la creación de bibliotecas populares del país. Un capítulo en su vida que fue de gran trascendencia, no sólo para su carrera, sino para la literatura latinoamericana en general, señala Jaime Quezada, poeta, ensayista y uno de los más prominentes especialistas en la obra de Gabriela Mistral.
"Porque Gabriela Mistral va a seguir con su tarea literaria cada vez más acabada, más profunda y al mismo tiempo abriéndose nuevos horizontes, sobre todo en relación con la educación con la cual se va a encontrar en México. Ella va a contribuir a las campañas de alfabetización en las escuelas rurales, en las escuelas indígenas de México. Entonces va a tener allí un amplio campo de actividad que para ella fue siempre muy importante, que resonaban con aquella época cuando impartía clases en las aldeas de Coquimbo. ¡Caramba! Fue de gran trascendencia para Gabriela Mistral, porque ella quería algo así para la educación en Chile. Lo propuso muchas veces: que hubiese una relación de práctica, no solamente en la parte educativa propiamente tal, doctrinariamente, pedagógicamente, sino que también una pedagogía de la acción, como ella llamaba. Es decir, de trabajo, y aprender oficios o labores es una tarea compartida. Esa enseñanza viene muy arraigada desde su tiempo de México".
La faceta diplomática de Mistral también tuvo su despliegue local, involucrándose activamente en el proceso republicano de Chile y entablando fuertes vínculos con políticos de la época, detalla Quezada. En esta misma línea, Mistral fue una acérrima defensora de los derechos de las mujeres, donde el sufragio era una de sus principales inquietudes y por el cual escribió múltiples artículos, además de prestar ayuda a intelectuales españolas que buscaban refugio en América tras la Guerra Civil Española. Para la profesora Salomone, todos estos aspectos revelan una preocupación de Mistral por la paz y la democracia presentes en toda su obra, y que vale la pena revisar.
"Mistral fue una mujer que vivió en el mundo. Y le tocó vivir un tiempo complejo, como fue el trágico periodo que va desde la Guerra Civil Española al final de la Segunda Guerra Mundial. Y siempre tuvo una voz muy fuerte en defensa de la paz, en defensa de las personas perseguidas, mirando a las personas que en nuestro propio continente vivían situaciones muy desfavorecidas, como los mundos campesinos, los mundos indígenas y las mujeres. Yo pienso que hoy esos son temas que representan los desafíos más importantes de nuestra contemporaneidad. Y a veces cuando uno escucha discursos destemplados o discursos autoritarios o discursos incluso de odio, uno puede mirar a Gabriela Mistral y seguramente vamos a encontrar palabras inspiradoras, en un momento difícil como el que atraviesa el mundo".
Así también complementa Jaime Quezada: "Mistral va a tener una mirada muy visionaria sobre las realidades democráticas y políticas de la época. Es decir, la historia ciudadana y cívica de Chile pasa mucho por Gabriela Mistral. Entonces, yo diría que el caso de nuestra Gabriela Mistral es único, singular, muy propio. No hay en nuestra historia chilena -y me atrevo a decirlo con toda sinceridad- un hombre o una mujer que haya tenido una preocupación cultural, social, política, ideológica tan importante como Gabriela Mistral".
Mistral y su vínculo con la Universidad de Chile
La vigencia de su obra y la riqueza del pensamiento mistraliano son difíciles de igualar; patrimonio que la Universidad de Chile ha buscado proteger y promover desde hace décadas en vínculo con Mistral. Desde la concesión de su título como Profesora de Castellano en 1923, la distinción de Doctor Honoris Causa en 1954, hasta el velatorio de sus restos en el Salón de Honor de la Casa Central en enero de 1957, y más recientemente, la inauguración de la Sala Museo Gabriela Mistral en 2015.
Cuatro hitos que custodia el Archivo Bello por medio de colecciones fotográficas, ediciones y borradores de sus publicaciones, y más documentos que sostienen nuestra relación con la poetisa. En esta dimensión, para Fernanda Vera no basta solo con entregar el poemario o compartir los escritos de Mistral, más bien hay que mediar las instancias. "Entonces, pienso que seguir revisitando la obra de Mistral nos permite reconocer una figura que es más que el billete o el mural del Cerro Santa Lucía", puntualiza la académica de nuestro plantel. "Nos permite entender mucho más cómo se configura una imagen de Chile luego del primer centenario, como ella nos pone en diálogo también hacia fuera, pero no es un diálogo puramente literario, sino que es un diálogo de la escena cultural latinoamericana y mundial, y eso muy pocas figuras chilenas lo tienen. Ella entra en el concierto mundial y en ese sentido a mí me parece que realmente es una figura de mentoría para las mujeres también hoy en día. O sea, ¿cuánto más podemos descubrir de Mistral? Gabriela Mistral se forja un derecho a ejercer su palabra desde muy joven y eso es muy notable hasta hoy".
En esta línea, y ante la conmemoración de los 80 años del Premio Nobel de Literatura, la Universidad de Chile -por medio de su Dirección de Extensión y el propio Archivo Central Andrés Bello- convoca a la Agenda Mistral Uchile 2025, instancia que busca articular actividades para relevar los múltiples aspectos de su legado bajo el lema “Sembrando América en el mundo”.
Además, desde el Gobierno de Chile impulsan una agenda programática pública que cuenta con más de 200 eventos a nivel nacional a realizarse hasta el 10 de diciembre. Puedes revisar el detalle de las actividades disponibles en el sitio web GabrielaMistral80.cl.
Si quieres saber más al respecto, te invitamos a revisar el capítulo 179 de Universidad de Chile Podcast. Ya disponible en Spotify, Tantaku, Apple Podcast y YouTube.