El pasado 27 de octubre, en el marco de la Jornada de Investigación y Vinculación con el Medio organizada por la Red de Vinculación con el Medio del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH), el Ministerio de Educación, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones (VEXCOM), se realizó el lanzamiento del libro Historia de la Extensión en la Universidad de Chile (1842–2022): Un compromiso con la sociedad, editado por Publicaciones UCH.
La actividad ofreció una mirada histórica sobre el desarrollo y proyección de la extensión universitaria en la Casa de Bello, y contó con la presencia de la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Pilar Barba Buscaglia. El panel estuvo integrado por Fabián Retamal, doctor en gestión de la cultura de la Universidad de Guadalajara y director de Extensión de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la U. de Chile; Matías Flores, doctor en sociología y coautor del libro; Ariadna Biotti, coordinadora del Área de Investigación del Archivo Central Andrés Bello y coautora de la publicación; junto a Agustín Cano, doctor en Pedagogía por la Universidad Nacional Autónoma de México y académico de la Universidad de la República (Uruguay).
Durante la presentación, los autores destacaron la importancia de recuperar la memoria histórica de la extensión universitaria como una labor heredada, en constante construcción y revisión. Explicaron que este libro surge a partir del hallazgo de un manuscrito inédito de 2014, dirigido por el profesor Francisco Brugnoli y elaborado por Carla Meier y Javiera Ruiz, lo que permitió reabrir la reflexión sobre la función extensionista en la historia institucional de la Universidad de Chile. A partir de ese punto, los autores plantean que la extensión ha sido una “práctica sobreviviente”, un espacio de resistencia frente al autoritarismo y el neoliberalismo.
Matías Flores, coautor de la publicación, señaló que “la idea de hacer este trabajo surge cuando se reabre la Vicerrectoría de Extensión en 2006, que en sí misma fue un hito de valorización de la extensión como función académica. El vicerrector Francisco Brugnoli sabía de la importancia de mostrar la presencia y valor de esta labor en la historia de la Universidad de Chile, con figuras tan destacadas como Valentín Letelier, Amanda Labarca, Juvenal Hernández y los estudiantes organizados en la FECH. Brugnoli realizó ese esfuerzo junto a Javiera Ruiz, historiadora, y Carla Meier, ingeniera y jefa de su gabinete”.
De ese esfuerzo quedó un manuscrito inédito que sirvió de inspiración y orientación. “A solicitud de la vicerrectora Pilar Barba, junto con Ariadna Biotti realizamos un trabajo de revisión y análisis de las fuentes trabajadas en el manuscrito, y ampliación en base a investigaciones propias (mi tesis de magíster revisó el caso de Amanda Labarca) y acumuladas en el Archivo Central en los últimos años. Esa labor dio origen a un nuevo texto e interpretación, acorde a los avances y a un nuevo contexto universitario y social”, agregó Flores.
Por su parte, Ariadna Biotti, coordinadora de Investigación Patrimonial del Archivo Central Andrés Bello y coautora de la publicación, explicó que este libro “propone nuevas hipótesis y nuevas preguntas que tienen como objetivo central preguntarnos qué definiciones ha tenido la extensión a lo largo del tiempo, desde el comienzo de la universidad hasta el año 2022”.
Durante la presentación, los autores subrayaron que la obra no busca establecer una cronología de hechos, sino invitar a reflexionar sobre la función pública de la universidad. El texto se organiza en seis capítulos ordenados cronológicamente, que procuran pensar la historia de la extensión como una cualidad nacida de manera implícita e innata desde sus orígenes, cuando Andrés Bello definió a la Casa de Estudios como un “cuerpo eminentemente expansivo y propagador”, cualidad que continúa vigente hasta hoy.
En esa línea, la investigación recorre distintos momentos históricos de la extensión universitaria. El primer período (1842-1906) revisa la fundación de la Casa de Bello y su mandato original como universidad poscolonial orientada a construir una república nueva. El segundo (1906-1931) analiza la rectoría de Valentín Letelier, quien institucionalizó la extensión, destacando el rol activo de la sociedad civil. El tercer capítulo aborda la época de apogeo, marcada por la visión democratizadora de figuras como Amanda Labarca y Juvenal Hernández, quienes impulsaron organismos aún vigentes, como las Escuelas de Temporada y el Centro de Extensión Artística y Cultural (CEAC).
En tanto, el cuarto episodio (1958-1973) se caracteriza por un salto conceptual en el marco de los procesos de reforma universitaria y por el espíritu de cambio social del período. Sin embargo, el quinto capítulo (1973-2006) describe la interrupción de un proyecto de extensión y la emergencia de uno nuevo, autoritario y neoliberal. Para concluir, en el sexto capítulo (2006-2022), este libro narra la labor de las vicerrectorías de Francisco Brugnoli, Sonia Montecino y Faride Zerán, quienes crearon una nueva institucionalidad.
“El proceso de expansión y vinculación con la sociedad se vio interrumpido tras el golpe de Estado, que frenó el desarrollo de un proyecto que avanzaba en paralelo con las reformas universitarias iniciadas a comienzos del siglo XX. Durante la investigación también descubrimos la relevancia que tuvo la extensión en el periodo de la Unidad Popular, cuando la Universidad abrió sus espacios a los trabajadores y al mundo obrero, en un esfuerzo por democratizar el acceso al conocimiento y la cultura”, agregó Biotti.
El doctor Agustín Cano, académico invitado desde la Universidad de la República (Uruguay), destacó durante la presentación que este libro “no se limita a la descripción de una política, de unas fundamentaciones o de unos aportes normativos, de unas reglas o tipos de actividades, sino que están siempre presentes los movimientos sociales, los estudiantes, el contexto político, cultural y social en general. No como un elemento ornamental o algo que aparece puesto desde fuera, como solemos atribuir al término contexto, sino como un verdadero productor de aquello que estamos analizando”.
El libro sitúa además a Chile, y en particular a la Universidad de Chile, como pionera en extensión dentro de América Latina, recordando hitos como la Primera Conferencia de Extensión de América Latina, organizada en 1958 en Santiago. También rescata figuras menos conocidas, pero fundamentales, como Domingo Piga y Víctor Barbieri, autores de Aspectos doctrinarios de la extensión universitaria, un texto clave que reflexiona sobre los múltiples sentidos sociales de la extensión sin caer en el paternalismo.
Entre las fuentes utilizadas para esta investigación, los autores destacaron la importancia de otros documentos conservados en el Archivo Central Andrés Bello, como las actas del Consejo Universitario y del Consejo de Instrucción Pública, folletos de actividades de extensión y publicaciones como el Boletín Informativo del Departamento de Extensión Cultural. “La identificación de este material fue una tarea ardua, pues no se cuenta actualmente con una colección exclusiva dedicada a la extensión. También fueron consultadas revistas y prensa, principalmente en archivos digitalizados por universidades en Estados Unidos. Además, los trabajos previamente realizados, entre ellos el manuscrito de Brugnoli, Ruiz y Meier, las publicaciones del Archivo Central y múltiples tesis recientes, permitieron complementar el análisis”, señaló Flores.
A lo largo de la investigación, los autores subrayan que más que una evolución lineal del concepto de extensión universitaria, existen diferentes proyectos que la Universidad ha sostenido en distintos momentos. Algunos enfatizaron la democratización del acceso al conocimiento, otros la extensión como eje de modernización nacional, y otros la concibieron como práctica revolucionaria y de diálogo con los movimientos sociales. “No pretendemos seguir la lógica de las leyes oficiales acumulando etapas consecutivas en rígidas líneas de tiempo; por el contrario, hemos tenido la intención de ofrecer un discurso abierto que reconoce la trascendencia de esta casa de estudios, ubicándonos en la historia de un país que ha demandado y ha encontrado aquí vías para transformar y democratizar la sociedad”, señaló Biotti.
Flores complementó que “cada uno de los aspectos más novedosos del concepto de vinculación con el medio (racionalización y planificación estratégica, bidireccionalidad, integración a la investigación y a la docencia e impacto) tiene sus antecedentes en la historia de la extensión de la Casa de Bello. Tener esa perspectiva, articulada en este libro, nos invita a ver el pasado como inspiración y también con ojos críticos”.
“Esta historia no está cerrada, debe seguir escribiéndose, reescribiéndose y debatiéndose desde nuevas miradas. Para nosotros, escribir este libro ha sido un desafío enorme, pero también una experiencia profundamente enriquecedora. No solo por las dificultades para acceder a los archivos y sistematizar procesos dispersos, sino por la responsabilidad ética de haberlo hecho con rigor y sensibilidad”, concluyó Biotti.
Sobre el sentido de este trabajo, la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Pilar Barba, señaló que “nos pareció fundamental entender nuestro origen: de dónde venimos, cómo se ha tejido a lo largo del tiempo la relación entre la sociedad y la Universidad de Chile, una relación que ha ido cambiando junto con la propia universidad y con la sociedad misma. Entonces, para comprender nuestro presente y proyectarnos hacia el futuro, haciéndonos cargo de los desafíos que vienen, nos pareció importante reconocer esa historia. Creo también que este libro pone de manifiesto la estrecha relación entre el rol público de la universidad y nuestra cultura institucional. A veces pensamos que ese rol es algo automático, cuando en realidad es un compromiso que debemos construir día a día”.
Finalmente, Fabián Retamal, director de Extensión de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones, destacó que “este libro da cuenta de la vocación internacional que ha tenido la Universidad de Chile desde sus orígenes, y también porque nos invita a pensar lo que hacemos hoy desde una perspectiva internacionalista. Una perspectiva con un fuerte carácter latinoamericano, pero que también pone énfasis en lo que podemos construir colaborativamente entre los países”.
Este libro se encuentra disponible en el Portal de Libros Electrónicos de la Universidad de Chile.