“Riesgo de multiamenaza en la nueva constitución” fue el nombre del conversatorio virtual impulsado por Programa de Reducción de Riesgos y Desastres (CITRID) de la Universidad de Chile que se realizó este 13 de octubre. La iniciativa reunió diversos especialistas en un diálogo transdisciplinario sobre los desafíos del modelo productivo y la consideración de la gestión de riesgos y desastres de manera transversal e integral en la nueva constitución.
La evidencia científica presentada el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), indicó que las emisiones de gases de efecto invernadero han tenido una tasa de crecimiento exponencial, llegando a sus niveles más altos en los últimos 800 mil años, generando una alerta internacional.
A su vez, el escrito menciona 98 veces a Chile, de las cuales 34 se refieren a los fenómenos climáticos que el país enfrenta, tales como las bajas precipitaciones y los incendios forestales. Esto se debe a que solo entre 2014 y 2021, en el país se han producido 12 desastres socionaturales, a los cuales se suman los eventos recurrentes que afectan a las comunidades socialmente vulnerables.
De acuerdo con el director CITRID, Ricardo Herrera, “nuestro país se enfrenta múltiples amenazas de origen natural y entrópico. Para reducir el riesgo de desastres de estas amenazas para que no se transformen en catástrofes, es necesario conocerlas desde el punto de vista científico, además de tener un régimen de gobernanza claro en la materia, tanto local como global”.
Por ello, el pasado 12 de octubre, CITRID presentó la “Declaración de Santiago: Por una Constitución para un Chile Resiliente y Sostenible”. La iniciativa emplaza al país a desarrollar un enfoque integral y transversal en la reducción de riesgo de desastres en la nueva constitución y en las reformas que deriven del proceso.
Para el jefe de la Unidad de Redes Transdisciplinarias de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID), Pablo Riveros, “resulta necesario preguntarnos la manera en la que nos relacionamos con el territorio y cómo podemos mitigar las vulnerabilidades a través de la gestión y la reducción de riesgos de desastres. En el contexto nacional de la nueva constitución, debemos considerar que una multiplicidad de disciplinas y conocimientos podrían aportar a enfrentar la complejidad de este fenómeno, construyendo con actores sociales y construyendo democracia”, indicó.
Por un nuevo modelo de desarrollo
Según la Organización de las Naciones Unidas, el 2021 es un año decisivo para el cumplimiento de la agenda política en distintas materias. En esta línea, el proceso constituyente por el que atraviesa el país resulta ser una oportunidad significativa para generar cambios que respondan a las necesidades de todas y todos.
Por ello y formando parte de sus valores institucionales y misión pública, la Universidad de Chile, ha implementado diversas acciones para aportar a la construcción y retroalimentación de la nueva constitución política.
Dentro de ellas, CITRID ha manifestado la importancia de avanzar en la reducción del riesgo de desastres y el aumento de la resiliencia ante los eventos. Dicho interés es reconocido por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, a los cuales se suscribió Chile a través de la Agenda 2030 para el Desarrollo sostenible en 2015, y la recientemente promulgación de la Política Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres y su Plan Estratégico Nacional 2020-2030, que concibe la protección de la vida como el principal deber del Estado.
Sin embargo, la Académica del Instituto de Asuntos Públicos y miembro de CITRID, Paulina Vergara, enfatizó que “nos encontramos en un día muy importante, en donde tenemos que pensar que en Chile nos encontramos ante un desafío continuo de multiamenazas. Esto quiere decir que, además de ser una zona altamente sísmica, contamos con particularidades en todo el territorio que son factores de riesgo en sí mismos, a lo que se le suman la alarmante situación mundial ante el cambio climático”.
A su vez, la profesora Vergara complementó que “debemos ser capaces de aprender de esta crisis, tener memoria y educarnos en la materia, para que de esta forma podamos enfrentar y reducir los riesgos que, queramos o no, se interrelacionan. Para eso es necesario pensar un país sostenible”.
Por su parte, la directora de la Oficina de Equidad e Inclusión UCH y miembro del Consejo Asesor de la Cátedra UNESCO de Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina y el Caribe, Maribel Mora Curriao, manifestó que “existe una estrecha relación entre los problemas del medioambiente y los de origen económico. No se puede hacer una separación entre las dimensiones humanas, ambientales y de desarrollo, ya que están íntimamente ligadas. Esto es entender el mundo como una sola cosa íntimamente relacionada, en donde la acción de cada uno de las personas afecta a todo el sistema”.
“Por ello se ha planteado avanzar hacia un nuevo estilo de desarrollo, o derechamente dejar de penar en un desarrollo como el avance de la humanidad hacia la acumulación de riquezas. Y es que los desastres pueden desarrollarse y ampliarse por la intervención inadecuada en el medio, como por el ejemplo el extractivismo. Entonces, este problema es multidimensional y requerimos de la solidaridad intergeneracional, de equidad y sobre todo, de pensar y aprender la forma en la que debemos comportarnos con nuestro medioambiente”, finalizó la especialista Mora Carriao.
El documento “Reducción del riesgo de desastres y nueva Constitución: hacia una perspectiva pública y transdisciplinar” y la “Declaración de Santiago: Por una Constitución para un Chile resiliente y sostenible” de CITRID, se encuentran disponibles al costado inferior derecho de la pantalla.