Durante todo el mes de marzo el equipo profesional del Programa PACE UCH se reunió con los equipos de coordinación de los siete liceos acompañados por la Universidad de Chile para analizar cómo las comunidades están enfrentando la vuelta a las actividades presenciales y muy especialmente levantar las necesidades centrales de cada liceo para que el acompañamiento sea significativo.
Si bien la planificación del Programa PACE está definida por el objetivo central que es apoyar el tránsito a la educación superior de los y las estudiantes, para Fabián Retamal, coordinador de enseñanza media del PACE UCH, esta etapa de coordinación junto a los establecimientos educacionales permite diseños mucho más acordes a las necesidades de cada comunidad escolar. “Es necesario dialogar con las comunidades escolares para generar propuestas de acompañamiento que recojan las particularidades y las diversidades de proyectos educativos de cada liceo. Este proceso nos permite hacer un acompañamiento estudiantil pertinente y efectivo que al mismo tiempo se nutre de las lecciones que nos dejaron estos dos años de educación a distancia. Esperamos que el resultado de este proceso de planificación conjunta nos permita abordar la equidad educativa con enfoque participativo donde comunidades escolares y universitarias se unen para favorecer el tránsito estudiantil a la educación superior”, comentó.
Las brechas educativas y de convivencia que ha dejado la pandemia es una de las preocupaciones centrales de los liceos y parte de los enfoques que desde PACE se deberán abordan, tal como plantea Viviana Zamorano, jefa de UTP del Liceo Gladys Valenzuela de Lo Prado, “el PACE es un proyecto bastante interesante para los estudiantes, pero también tiene que ir acompañado de lo que nosotros queremos como escuela: levantar la autoestima académica, convencerlos de que es posible desarollar sus habilidades y proyectarlas hacia el mundo laboral o estudiantil. Queremos propiciar en nuestra comunidad de aprendizaje que los y las estudiantes puedan encontrar en su escuela todas las herramientas que necesitan para desenvolverse en el mundo y creo que el PACE nos va a poder apoyar en esto, comentó.
Novedades y nuevos desafíos
Durante las sesiones de planificación uno de los requerimientos más importantes que las comunidades educativas hicieron al PACE UCH fue la necesidad de que los y las estudiantes volvieran a visitar y tener actividades en la universidad, posibilitando el acercamiento concreto y la ampliación de expectativas.
En este sentido Yorka Álamos, encargada de la línea de Orientación del PACE UCH, comenta: “Sabemos lo significativo que es para los estudiantes conocer la universidad durante los últimos años de educación media, pues este acercamiento les permite ampliar sus expectativas en torno a la educación superior, derribar mitos y reflexionar sobre los miedos y barreras que se enfrentan en el acceso a este nuevo mundo académico al egresar del liceo”.
Otra de las novedades del 2022 es el enfoque territorial de los talleres ARPA, que durante los dos últimos años se ejecutaron en modalidad virtual y que por primera vez se ejecutarán en los propios establecimientos educativos permitiendo un mayor compromiso de los liceos, la posibilidad que más estudiantes se sumen a sus sesiones y la oportunidad de entablar sinergías con otras universidades que son parte de la RED PACE.
“Estamos muy contentos de volver a encontrarnos presencialmente con talleres semanales de la mano y en colaboración con los establecimientos educacionales. Este año funcionaremos en dos sedes, en el Liceo Gabriela Mistral de Independencia y en el Centro Educacional Mariano Latorre de la Pintana. Además generamos una alianza con la Universidad Alberto Hurtado y la Universidad de Ciencias de la Educación para que los liceos que ellos acompañan en estas comunas también puedan sumarse a los talleres”, comenta Rodrigo Loyola, coordinador de los Talleres ARPA PACE UCH.
En la línea de Desarrollo de Capacidades, se dará continuidad al trabajo desarrollado por las Comunidades de Aprendizaje Profesional, pero la buena noticia es la creación de una nueva CAP con profesores de educación artística. “El desarrollo de las asignaturas de arte se vio muy afectado por la priorización producto de las clases en línea, por lo que comenzamos a identificar cómo desde estas disciplinas podíamos desarrollar un trabajo junto a los profesores que resignificara su quehacer”, comenta Carla Giménez, a cargo de la línea de mediación cultural.