¿Cuáles son los tres principales desafíos y necesidades de cambio que enfrentan las escuelas y los centros educativos hoy en Chile? ¿Qué características debería tener el profesor/a o educador/a que egresa de la formación docente? ¿Qué formas de inclusión debería promover la escuela? ¿De qué manera hoy las escuelas y la formación docente se hacen cargo de la importancia de las emociones en el proceso educativo?
Estas fueron sólo algunas de las preguntas que respondieron más de cincuenta jóvenes secundarios de los liceos acompañados por el Programa de Acceso a la Educación Superior (PACE UCH) y estudiantes de pregrado de las carreras del área de la educación de la Universidad de Chile, quienes participaron del cabildo “Jóvenes pensando el aprender y el enseñar”, encuentro que buscó compartir experiencias entre quienes ya se preparan formalmente para ser profesores y quienes sueñan con aquello.
La instancia, que se realizó en el marco de la VIII Semana de las Pedagogías, estuvo encabezada por la rectora Rosa Devés, quien recordó su etapa estudiantil y los inicios de sus formación como educadora, invitando a los y las estudiantes presentes “a sacar todo lo que tengan dentro para compartir y escuchar, porque para nosotros es muy importante escucharlos a ustedes, ya que uno de los desafíos que tenemos como Universidad es realmente escuchar a los jóvenes y ver qué es lo que quieren. Es por esto que estas conversaciones para definir vocaciones son fundamentales para nosotros también como educadores, y también felicitarlos y decirles que vamos a estar ahí con ustedes, que las puertas están abiertas y que pueden llegar a conversar con nosotros en todo momento”.
La conversación se inició tras la presentación del primer capítulo de la serie web “Educadores”, producción audiovisual que cuenta las historias de diferentes docentes que desde el corazón del sistema son capaces de generar cambios en la vida de sus estudiantes, introduciendo el panel “#EducadoresCL: prácticas pedagógicas en contextos diversos”, donde se “regresó a las preguntas más sencillas y complejas de un sistema educativo, ¿cómo y para qué educamos?”.
Para María Francisca Escobar, realizadora de cine y televisión y estudiante de quinto año de educación básica en la Universidad de Chile, lo importante es “entender que somos parte de una comunidad escolar y todo lo que rodea un proyecto educacional tiene que ir hacia un mismo lado, ya que el responsable no es sólo el profesor o la profesora y a veces se entiende que son los únicos llamados a hacer el cambio, pero desde mi mirada somos parte de algo mayor porque todos podemos promover la educación y la inclusión”.
Por su parte, Rodrigo Serey, educador diferencial y director del "Centro Intégrame a tu Mundo", relató su “largo” tránsito de vida para llegar a ser profesor, enfatizando que para él como docente es fundamental “sentirse incómodo”, ya que cuando esto no sucede es porque algo está mal: “Si estamos cómodos debemos cuestionarnos, porque los profesores que somos proactivos o participativos por lo general estamos incómodos, estamos molestos con el sistema y con las situaciones que enfrentamos y es eso lo que nos mueve a generar cambios, y en el caso de nosotros tiene que ver con la inclusión inversa, ya que hacemos que las personas de afuera se incluyan hacia el mundo de las personas autistas y eso ha hecho grandes cambios en el entorno cercano a nosotros”.
Una compleja realidad
El último informe publicado por el Observatorio Docente del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile reveló la crisis que enfrenta la carrera de Pedagogía en nuestro país, ya que en los último tres años, entre 2018 y 2021, las matrículas cayeron un 35%, fenómeno que se ido arrastrando hace varias décadas.
“Se prevé que los próximos años va haber un déficit muy importante, estamos hablando de decenas de miles de profesores que no van a estar en el sistema o que no vamos a tener la capacidad de incorporar para poder hacerse cargo de los desafíos que tienen las escuelas”, comentó Ivan Salinas, académico del Departamento de Estudios Pedagógicos de la Universidad, quien moderó el primer panel. “Es por esto que escuchar a las y los estudiantes es fundamental. Preguntarles qué quieren y entender cómo ese querer se relaciona con lo que están experimentando nuestros propios estudiantes de pedagogía en sus centros de prácticas, en su trabajo, donde desarrollan sus clases, es lo que enmarca esta actividad”, agregó.
Para Fabián Retamal, coordinador de enseñanza media del PACE UCH, estos espacios de encuentro permiten a la Universidad dar voz a los y las jóvenes que ven en la docencia una forma de construir una mejor sociedad: “Como Universidad tenemos la responsabilidad no solo formar a los mejores profesores, sino también de construir espacios dialogantes, por eso poder conectar a las y los jóvenes secundarios con estudiantes de pregrado nos permite levantar voces, percepciones, intereses y elementos que puedan servir también para el entendimiento de esas disposiciones y cómo desde una perspectiva de las y los jóvenes se puede enfrentar un ejercicio tan complejo como el ser profesor o profesora”.
Posteriormente, las y los participantes se dividieron en siete grupos para reflexionar en torno a diferentes preguntas de la realidad pedagógica en Chile. En estos también participaron las y los docentes que acompañaron desde sus territorios a las y los estudiantes a la Casa Central de la Universidad de Chile.
“Como dijeron los propios estudiantes, estos encuentros son súper gratificantes porque ellos pueden ver más allá de sus propia experiencia, ya que ellos conocen la realidad que tienen en sus propios liceos. Nosotros, por ejemplo, trabajamos bien de la mano para ver qué es lo que piensan, cómo se sienten, pero también cómo se siente el profesor y siempre desde la empatía y la conciencia social, entonces que este grupo de estudiantes que quiere estudiar pedagogía pueda conocer la realidad de quienes se están formando es muy importante”, comentó Jocelyn Navarro, psicóloga del Liceo Ciudad de Brasilia.
Finalmente, las y los estudiantes también respondieron a la pregunta del por qué estudiar pedagogía en este contexto tan complejo: “A mí me gustaría ser profesor por lo que dijeron en el documental: que uno va formando personas, efectivamente, para bien, porque algo que desde chico me quedó en la cabeza es dejar el mundo mejor que como lo encontré y siento que la forma más bella de hacerlo es siendo profesor”, señaló Felipe Caris, estudiante de cuarto medio del Liceo Ciudad de Brasilia.