A casi 100 kilómetros de Santiago, emplazado en la zona precordillerana del valle del Aconcagua, específicamente en las Termas El Corazón de la localidad de San Esteban, se encuentra uno de los lugares más emblemáticos y significativos para un estudio que busca entender cómo funciona el proceso subterráneo del ciclo del agua en la Zona Central de nuestro país. Se trata del proyecto “Agua en Rocas Fracturadas: Sistematización para la explotación en Chile”, una iniciativa impulsada por el Centro Avanzado Para Tecnologías del Agua (CAPTA), encabezado por la Universidad de Chile.
En este lugar está el pozo bautizado como “El Corazón”, ubicado en un entorno natural, a los pies de la Cordillera de los Andes, rodeado de vegetación esclerófila (especies adaptadas a largos períodos de sequía y calor) e imponentes montañas, espacio en el que han levantado instalaciones de trabajo de grandes dimensiones. El recinto alberga a una perforadora de pozo encargada de escudriñar en las profundidades del suelo más un equipo de investigación encargado de recolectar las muestras subterráneas de cada horizonte de suelo extraído. Estas, luego son enviadas a un laboratorio especializado en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, donde el equipo recopila información detallada sobre las profundidades de la Tierra.
Al llegar al campamento, lo primero que resalta es la magnitud y el estruendo de la perforadora de pozo, de unos 8 metros de altura, que tiene como misión cruzar y romper las rocas que se crucen en su camino, atravesando la gran falla geológica de Pocuro. Este profundo sondaje pretende llegar hasta los 500 metros de profundidad para conseguir evidencia científica que ayude a dar respuestas sobre el rol de las rocas fracturadas en el ciclo subterráneo del agua. La investigación nace del proyecto ANID FSEQ210007, a cargo de la investigadora líder del proyecto y académica de la Universidad de Chile, la profesora Linda Daniele, quien explica la importancia de este trabajo.
Los caminos subterráneos del agua
“Queremos entender el rol que cumple la roca fracturada en el ciclo del agua de esta zona, resultados que podrían extrapolarse a Chile Central debido a las similitudes geológicas y climáticas, bajo un contexto antrópico que se condice con un relieve montañoso a un costado de un valle… Con esta perforación, pretendemos encontrar los caminos por los que circula el agua subterránea, lo que significaría comenzar a estudiar en detalle el rol que cumplen estas rocas que ya se han caracterizado e identificado en superficie, pero ahora se pueden estudiar desde los testigos que estamos recuperando directamente en profundidad”, detalla la geóloga.
“Esta investigación es de vital importancia e histórica porque es la primera vez en Chile que un equipo de investigadores de geología de una universidad del país, con fondos públicos (ANID- Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile), consigue hacer un sondaje de esta envergadura con fines científicos para conocer los recursos hídricos profundos, además de poder estudiar los caminos que recorre el agua subterránea. Con las muestras recogidas se pueden hacer múltiples estudios más exhaustivos, dando pie a la tesis de investigación de gran relevancia”, enfatiza el subdirector del proyecto y director del Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA), Diego Morata.
Hasta ahora, existen pocos estudios hidrogeológicos de rocas fracturadas publicados en Chile, pero se conoce que son rocas volcano-sedimentarias por las cuales circula activamente el agua subterránea en Chile Central, de acuerdo a lo observado en Los Andes-San Felipe, Catemu, Laguna Verde, San José de Maipo. Son lugares donde existen fallas geológicas de orientación noroeste que permiten la conexión hidrogeológica entre el medio fracturado y los acuíferos aluviales del Valle Central.
Mientras se ejecuta el proceso de perforación por los técnicos especializados, cada cierto tiempo, el equipo de operadores de la máquina, de uso minero, extraen un testigo de roca (una muestra subterránea), el cual es recolectado y tratado con mucho cuidado para ser entregado a los investigadores de CAPTA en terreno. Estos examinan y anotan todos los datos visibles para luego almacenarlos en cajas de madera destinadas al transporte de este verdadero tesoro geológico, que tiene como misión revelar los secretos geo-hídricos de la zona en los laboratorios de la FCFM. “Cada muestra que se recoge es un caudal de requisas, un verdadero libro abierto que está disponible para ser estudiado por nosotros con información esencial y única para avanzar en el conocimiento de nuestras aguas subterráneas”, señala la líder del equipo, Linda Daniele.
Hallazgos en el pozo
Las investigaciones del equipo CAPTA han demostrado que las rocas fracturadas de la cordillera abastecen de manera subterránea a los acuíferos ubicados en el Valle Central. En esta línea, el estudio se vuelve relevante ante el reciente interés en explotar las rocas fracturadas como una “nueva fuente hídrica”, puesto que la extracción de agua de estos medios provocaría una disminución en la renovación de agua de los acuíferos de los cuales hoy se extrae el agua. Por lo mismo, es necesario conocer en detalle el rol de las rocas fracturadas en el ciclo del agua de Chile.
Así lo plantea Matías Taucare, uno de los investigadores del consorcio CAPTA que se encuentra en terreno, quien al momento de la entrevista observa con atención cómo se cierran las cajas con las muestras que irán rumbo a la FCFM. “Es necesario entender el papel que juegan las rocas fracturadas en el ciclo del agua para que los tomadores de decisiones consideren esta información y puedan tomar medidas correctas en base a la ciencia e investigación… Hay que aclarar que hoy en día se habla de hacer pozos profundos para extraer agua, pero antes de hacerlo es necesario entender el rol que cumplen las aguas profundas y saber si son renovables o no. Entender cómo circula el agua y en qué cantidades lo hace es lo que estamos tratando de aclarar con nuestro proyecto. Es un trabajó único con mucha investigación previa que ahora está dando frutos debido a la perforación de este pozo en las Termas El Corazón”.
Con mucha emoción, la profesora Linda Daniele, explica que “la perforación es muy esperanzadora, ya que han surgido múltiples hitos que confirmarían lo proyectado, incluso han aparecido algunas sorpresas en el pozo que vale la pena mencionar, como encontrar arena suelta (muy similar a la arena de playa) a 170 metros de profundidad, en plena Cordillera, algo que debemos indagar porque fue sorpresivo. Además de ello, puedo contar que hemos encontrado, hasta ahora, varias cosas de nuestro interés, tales como distintos niveles de agua a gran profundidad, lo que validaría el rol de "agentes de recarga" de las rocas fracturadas a los acuíferos aluviales”.
Actualmente, agrega, “seguimos avanzando con el pozo a más de 300 metros de profundidad y las rocas continúan apareciendo con muchas fracturas, lo que podría permitir la circulación de agua a través de ellas. Aún quedan muchas cosas por determinar, pero las conoceremos después de realizar las pruebas de campo y laboratorio que tenemos programadas realizar en los próximos meses. Por lo mismo, estamos muy ansiosos con los descubrimientos que nos está arrojando el pozo en cuanto a la cantidad de agua encontrada, calidad y edad de estas aguas profundas que se han ido encontrando”.
El profesor Diego Morata, en tanto, espera que "a fines de septiembre o inicios de octubre finalice la excavación en terreno para dar paso a la parte instrumental y analítica de laboratorio, donde queremos sacar la mayor información posible de las muestras extraídas en el sondaje y conocer con certeza la calidad del agua encontrada. Son muchas las interrogantes que debemos aclarar gracias al material extraído, casi 500 metros lineales de roca, que sin duda, son una oportunidad más allá de los 4 o 5 años de investigación indirecta en la zona, previa al sondaje”.
Por otra parte, sostiene que a través de esta labor “estamos demostrando que con un poco de inversión en ciencia y tecnología podemos aportar a tener otra mirada de la crisis hídrica que nos afecta como país. Mi deseo sería que este proyecto sea la puerta de entrada a más inversión en investigaciones hídricas para poder comprender el futuro hídrico de Chile, tal como lo hacen países con realidades similares a la nuestra, como Israel”, finaliza el profesor Morata.
Este proyecto es uno de los trabajos de investigación que realiza el Centro Avanzado para Tecnologías del Agua para encontrar soluciones frente a la crisis hídrica que vive Chile, un consorcio que es liderado por la Universidad de Chile y que cuenta con la participación de las Universidades de Playa Ancha y Atacama, con fondos de Corfo y empresas asociadas. En esta iniciativa, además, participa el Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA), que posibilitó sumar este proyecto a CAPTA.