El 19 de noviembre de 1842 fue la fecha en la que un decreto estableció la fundación de la Universidad de Chile, una institución pensada como principal órgano formador y educador al servicio de la incipiente república, rol que se ha mantenido por 180 años. Así lo reafirmó la Rectora de la Universidad, Rosa Devés, quien en su discurso oficial por el aniversario comparó la institución y su vínculo con el Estado como una suerte de cordón umbilical que nutre y otorga al país de un alma mater. “Como lo señalara Andrés Bello en el discurso de instalación del 17 de septiembre de 1843, el objeto público de la Universidad de Chile sería el de un cuerpo eminentemente expansivo y propagador”, expresó la máxima autoridad del plantel durante aquella ceremonia.
Este nacimiento estuvo asociado a los procesos de transición desde el orden colonial al orden republicano e independiente, posicionándose en el centro de esa historia. De hecho, eran tiempos en que Chile recién estaba construyendo su aparato estatal, ni siquiera contando en 1842 con un Ministerio de Salud o de Agricultura, o el mismo Ministerio del Interior, que fue creado 29 años después.
En este tránsito histórico, sin embargo, no se puede decir que la institución se ha mantenido estática en el tiempo. Ha sabido evolucionar y reinterpretar sus objetivos, tal como señala el encargado de extensión y Comunicaciones del Archivo Central Andrés Bello, Gabriel González, quien reconoce que las palabras del fundador Andrés Bello siempre han sido reinterpretadas por las distintas generaciones. “Si uno piensa en la Reforma Universitaria de los años 60, es bien interesante pensar que el lienzo de la Federación de los Estudiantes rescataba las palabras de Bello para proponer sus puntos de vista. Entonces, claro, desde ahí la figura del fundador también sirve como una evidente pieza con la cual los miembros de la comunidad plantean sus posiciones”, sostiene González.
Así también se percibe desde la comunidad docente. Verónica Palma, directora del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, ve el papel de la Universidad de Chile como un organismo que forma cultura, haciendo un aporte inclusivo a la diversidad y a la formación de nuevos estudiantes. “Es mi casa. La siento muy propia. Siento que la Universidad de Chile somos cada una, cada uno que lo componen. Yo ya pertenezco a esta institución por más de 20 años. He crecido con ella, junto a ella y he tratado de aportar en la formación de estudiantes y en el desarrollo de la investigación” comenta Palma.
La académica destaca, además, su condición de espacio que permite la interacción de la diversidad de personas que integran nuestra sociedad. “Es importante porque la educación es libertad, la educación es crecer y este espacio de la Universidad de Chile tiene que garantizar y seguir garantizando que se encuentren personas que quizás nunca se vieron las caras, nunca tuvieron la posibilidad de verse las caras porque estuvieron segregados en su modo de educación básica o media” añade la docente.
Asi también lo perciben estudiantes de distintas unidades académicas, quienes al consultarles sobre su visión de la Universidad valoran esta diversidad que congrega el plantel. "Este es mi primer año presencial de la U y estoy la verdad súper contento. Me ha encantado, sobre todo la diversidad de gente que uno puede encontrar", manifiesta un estudiante de la Facultad de Economía y Negocios. "Para mí la Universidad es un espacio de aprendizaje para desarrollar distintas dimensiones de la persona, principalmente el conocimiento, las relaciones entre los compañeros, con el profesor", menciona otra estudiante.
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