En la sede del Congreso Nacional en Valparaíso se realizará, en junio próximo, la Segunda Cumbre Parlamentaria Mundial Contra el Hambre y la Malnutrición, una iniciativa conjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). En este importante evento, la Universidad de Chile cumplirá un rol clave: dar apoyo técnico y facilitar conocimiento para nutrir de contenido esta reunión.
Así se estableció el pasado 29 de diciembre de 2022, cuando la FAO y la U. de Chile firmaron una carta de acuerdo para el acompañamiento académico durante la organización de la cumbre. Con el fin de preparar este encuentro mundial, la Rectora de la U. de Chile, Rosa Devés, recibió en la Casa Central a Marcela Villarreal, directora de la División de Asociaciones y Colaboración con las Naciones Unidas de FAO desde 2012 y responsable de la administración del acuerdo entre ambas entidades.
“Como Universidad de Chile apoyaremos con conocimiento relevante a la Cumbre Mundial contra el Hambre y la Malnutrición. Nuestro compromiso público se vincula estrechamente con los objetivos de la FAO, relacionados con la seguridad alimentaria y con el acceso igualitario a una nutrición adecuada”, afirmó la Rectora Devés. “El equipo de académicos y académicas que está abocado a esta tarea representa una muestra genuina del trabajo interdisciplinario con impacto social que desarrollamos en nuestra Universidad”, señaló.
Por su parte, la representante de FAO señaló que el organismo “valora enormemente el gran compromiso de la Universidad de Chile con el derecho a la alimentación”. En esta línea, destacó “su trabajo colaborativo con la red ODA-ALC, que desde nuestra organización promovemos, y su gran contribución al desarrollo de la Cumbre, al poner a disposición sus equipos técnicos, estudios e información relevante para garantizar la alimentación por ley en todo el mundo”.
Marcela Villarreal también afirmó que Chile es “un país cuyo trabajo ha sido tomado como ejemplo e inspiración en temas de alimentación para el resto del mundo, como lo fue con la Ley de Etiquetado Frontal, replicada por muchos países”. Agregó, además, que “también nos pueden compartir experiencias exitosas, desafíos y buenas prácticas en materia agricultura familiar, pesca artesanal, equidad de género, cambio climático, entre otros”.
Como agencia de las Naciones Unidas encargada de liderar el esfuerzo internacional para poner fin al hambre, el objetivo de la FAO es lograr la seguridad alimentaria para todas las personas y, al mismo tiempo, garantizar el acceso regular a alimentos suficientes y de buena calidad para llevar una vida activa y sana. Hoy cuenta con 195 miembros –194 países y la Unión Europea– y trabaja en más de 130 Estados en todo el mundo.
El rol de la U. de Chile
Para desarrollar esta labor, la Casa de Bello ya conformó un equipo académico interdisciplinario, cuyo objetivo será facilitar conocimiento y contenido a nivel pragmático-temático, teniendo como referencia algunas de las conclusiones y los resultados obtenidos en instancias multilaterales pasadas, como la I Cumbre Parlamentaria de Madrid en 2018, los Diálogos Parlamentarios Virtuales y las recomendaciones de la Cumbre de Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas (UNFSS).
Entre las tareas asignadas a la U. de Chile para preparar el encuentro, que reunirá a cientos de parlamentarios de todo el mundo, se cuentan elaborar minutas informativas, proponer expositores internacionales y dar soporte en la redacción de la declaración final del encuentro, entre otras.
El equipo de la Universidad involucrado en el evento es liderado por la directora de Relaciones Internacionales, Alicia Salomone, y participan en él los profesores Francisco Pérez Bravo, del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA); Eduardo Carreño, del Instituto de Estudios Internacionales (IEI); Dorotea López, directora del Instituto de Estudios Internacionales; Gabino Reginato, decano de la Facultad de Ciencias Agronómicas; Marcos Mora, director del Departamento de Economía Agraria; y la Dra. Lorena Rodríguez-Osiac, subdirectora de la Escuela de Salud Pública e integrante del grupo GTOP de la Universidad de Chile.
“El tema central de esta cumbre es el derecho a la alimentación, lo que implica elevar esta garantía para toda la población a un alto nivel, incluso constitucional”, explicó la Dra. Rodríguez. “El trabajo de la Universidad ha sido realizado transdisciplinariamente por académicos y académicas expertas en asuntos internacionales, en nutrición y alimentación, en producción alimentaria y en sistemas alimentarios", agregó.
"Ha sido un trabajo de revisión y actualización de estos temas en nuestra Región y en el mundo, y de poner encima de la mesa un problema que no está solucionado y que se traduce en que millones de personas en el mundo aún sufren inseguridad alimentaria, llegando hasta la situación más extrema que es el hambre, pero también teniendo en consideración que hay personas que no acceden a alimentos saludables y que sufren sobrepeso y obesidad en un contexto de cambio climático, en una tríada llamada sindemia global, principal desafío mundial actual”, explicó.
La Universidad de Chile y la FAO han trabajado en conjunto en una serie de ocasiones, sobre todo en colaboración con la Escuela de Salud Pública, en numerosas iniciativas académicas y proyectos de cooperación para combatir la malnutrición y el impulso de importantes políticas públicas en el ámbito agrícola.
Algunos de las cooperaciones históricas entre ambas instituciones se han materializado en instancias como el apoyo que brindó la FAO al proceso de creación de la carrera de Ingeniería Forestal de la Universidad de Chile; los proyectos de asistencia técnica a la industria de procesamiento de alimentos junto a la Facultad de Agronomía en 1955; la asistencia a la Facultad de Ciencias Agrarias en la implementación de programas de capacitación; el análisis e interpretación de la información del área de la pequeña propiedad agrícola en 1981 o el acuerdo para facilitar el intercambio de conocimientos y la transferencia tecnológica para abordar los desafíos de cambio climático y seguridad alimentaria en 2019.